Porque el viejo no se fue, aunque era tan profundamente argentino que eligió morirse el día de la patria, hace 40 años.
O como se dijo de tantos, no lo enterraron, sino que lo estaban sembrando.
Y hoy permanece más vivo que nunca, y más vigente aun su pensamiento, sus "ojos mejores para ver la patria", como él decía.
Rodeados a diarios de tilingos, zonzos y cipayos de todas las señas y pelajes, la infatigable obra de don Arturo activa en nosotros la respuesta precisa, el razonamiento adecuado, el enfoque correcto para poder entender lo que nos pasa.
Porque convengamos que además, nos la hacen fácil: como le pasaba a él, basta leer La Nación y ver que piensa, para opinar lo contrario y estar seguros de que vamos por el camino correcto.
Vaya entonces este humilde homenaje para uno que -como decía Sacalabrini, su gran amigo y compañero de luchas- era "uno cualquiera que sabe que es uno cualquiera", pero nos dejó el mejor de los legados: enseñarnos a pensar.
¿Jauretche está más vivo que nunca? coincido: vive en la ignorancia del pueblo argentino.
ResponderEliminarQue recuerden a una figura que, desde el punto de vista intelectual, era tan pobre echa luz sobre muchos aspectos de la decadencia argentina.
Jauretche seguirá más vivo que nunca mientras exista el pelotudo promedio argentino, del cual vos sos tan digno exponente.
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