martes, 24 de junio de 2014

LOS PEQUEÑOS Y MEDIANOS BUITRES



El recurso es frecuente, y tan utilizado que nos preguntábamos cuando saldría a relucir en éste caso: en cada conflicto que afrontó el kirchnerismo en estos 12 años el complejo mediático dominante (al fin y al cabo, la verdadera oposición) intentó generar una contracara, un sujeto social en el cual enancarse para pegarle al gobierno.

Claro que ese sujeto tenía que ser "defendible", de modo que la gente común empatizara con él: en el conflicto con las patronales agrarias lograron un éxito rotundo, captando la simpatía de vastos sectores sociales con el "hombre de campo", el sufrido chacarero que se levanta a la madrugada y trabaja de sol a sol para garantizar no sólo su sustento, sino también el nuestro.

Que la imagen poco tuviera que ver con la realidad no importaba a los fines buscados, y la maniobra tuvo éxito porque de algún modo estaba grabada a fuego en nuestro inconciente colectivo desde el propio sistema escolar.

Después de ese éxito (acaso a consecuencia de él), el recurso se dificultó: era difícil conseguir que la gente común simpatizara con "el pequeño y mediano empresario de las AFJP" afectado por la liquidación del sistema, o "el pequeño y mediano empresario de medios" afectado por la ley de servicios de comunicación audiovisual. En éste último caso Clarín apeló a aquélla famosa (por lo falaz y risible) campaña sobre que TN podría desaparecer, o no se podría ver más el Canal Volver.  

En el caso de la disputa de los fondos buitres y sabiendo que entre los que litigan contra el país existen argentinos, nos preguntábamos cuando tardarían en sernos presentados por los medios; para intentar convencernos de que en realidad son la parte débil del conflicto (como decían Tenembaum y Lanata de Clarín durante la discusión de la ley de medios), pisoteada por el ogro estatal.

Y Clarín no nos defraudó: en el video de apertura el profe Romero analiza en "Duro de Domar" la situación de los "pequeños y medianos buitres" mencionados en ésta nota de Clarín del domingo; que nos los muestra casi como homeless, forzados a vivir en la indigencia por el Estado tramposo en el cual confiaron, y que no les paga lo que les debe. 

En el video y en esta nota de Diario Registrado se desnuda la verdad de estas blancas palomitas que no son -por cierto- pobres viejecitos defraudados en su buena fe: trabajaban en bancos y calificadoras de riesgo, sabían perfectamente de lo que se trataba y especularon para ganar tipo; aprovechando eso. Y les salió mal, al menos hasta el fallo de Griesa.

Que los sujetos sociales utilizados en éste caso (o construidos por los medios) sean personajes habituados a moverse en el mundillo de las finanzas (comprando dólares para fugarlos del país, por ejemplo) más que sobre ellos, habla sobre como desde los medios se intenta influir en el debate político; construyendo realidad. 

1 comentario:

  1. Ser miserable no tiene límites, siempre se puede ser un poco más.

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