miércoles, 10 de junio de 2015

AL FINAL, LA ÚNICA INTERNA SERIA ES LA NUESTRA


Todo esto arrancó con "Canaleta" Sanz, designando como candidato a vice a un tuitero cazador de guanacos, que dice que compensa su "falta de territorio" con los 33.000 seguidores que tiene en la cred del pajarito, que sería más grande que varias provincias juntas.

Ahora sigue con la Gordi, anunciando como su compañero de fórmula al "Toty" Flores, su piquetero cama adentro que le sirve para decir "¿cómo voy a ser gorila yo, si tengo un Equeco peronista?"

Muy pero muy seria la interna republicana: si estos dos muñecos trataban de descartar la idea de que son simples spárrings de Macri para legalizar la entrega de sus votos al PRO, no estarían muy bien rumbeados que digamos.  

Ni hablar el propio Macri, que vacila entre llevar de compañera a Rueditas, que no le pareció lo suficientemente buena como para sucederlo en la CABA; o algún otro de sus compañeros de estudiantina porteña, por consejo de Durán Barba.

Encima se suma a la moda la izquierda, que pese al curioso sistema de rotación de cultivos que hace en diputados (sale el nabo Pitrola, entra la zanahoria Bregman), no lograría evitar la interna entre Altamira y Del Caño: a ver si el hermano Wermus pierde, la primera vez que afronta competencia.

Rodríguez Saá presenta de nuevo su candidatura mientras estudia armar una interna con Pino Solanas, que esperan sea más seria que la de los papelitos del 2011 entre el Alberto y Duhalde.

A lo mejor se confundió Pino, le dijeron que quería ir a filmar a San Luis, y creyó que lo estaban invitando a candidatearse de nuevo.

Mientras Massita, el Kennedy de Nordelta, estira la definición hasta el final; aunque todo indica que mantendrá su postulación compitiendo con De La Sota, para ver cual de los dos está más en declive.

Muy poco serio todo, o en todo caso queda claro que la única interna seria es la nuestra; porque es donde se cocina el estofado: el que la gane, será el futuro presidente.

Gracias a Cristina y a todo lo hecho en estos años y -como no- a la invalorable colaboración de todos estos impresentables. 

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