Si querés poner que cuando ganamos "gana el peronismo", y cuando se pierde, "pierde el kirchnerismo", metéle nomás: ya lo decía Néstor: "nosotros somos peronistas, nos dicen kirchneristas para bajarnos el precio".
Y después de todo, los que se han esforzado más que nadie para que la campaña transcurra bajo el eje peronismo-antiperonismo fueron ustedes; con lo cual le están "regalando" al FPV el voto peronista suelto que anda por ahí.
Si en lugar de dar simplemente los datos duros de la elección (que anunciaban de antemano fraudulenta) querés enfatizar que Scioli no viajó porque el triunfo fue "por menos de lo esperado", dále por lo carpido: lo concreto es que hasta ayer hablabas de fraude, y ahora no te queda más remedio que admitir que la elección en el Chaco fue impecable, sin ningún tipo de incidentes y con todas las garantías necesarias.
Que no fue ni más ni menos que lo que hizo la oposición chaqueña al admitir su derrota, en un gesto democrático que la distingue de los derrapes golpistas de Cano y Amaya, que perdieron por la misma amplitud y ahí andan todavía por los juzgados; buscando pudrirla.
Si se te antoja titular que "dieron por válida" -como si te hicieran el favor de disimular una truchada- la elección en Tucumán cuando era el único camino racional posible y jurídicamente aceptable (tras el mamarracho clasista de los jueces tucumanos), no te lo vamos a impedir: como decía Napoleón, nunca interrumpas a un adversario cuando está a punto de cometer un error fatal.
Con la diferente actitud que mostró ayer la oposición chaqueña al admitir su derrota mientras la tucumana preanunciaba que irá a la Corte nacional para intentar tumbar la elección que perdió, se abre un espacio interesante para ver en que medida la derecha predemocrática expresada en los medios hegemónicos logra arrastrarla hacia el callejón sin salida de la deslegitimación del proceso electoral; para echar un manto de sospechas sobre un nuevo gobierno del FPV en el caso de un triunfo en octubre.
Algo que ya están empezando a admitir esos mismos medios, publicando encuestas insospechadas de ser bancadas por el oficialismo.
Habrá que ver también si ese hecho -el de empezar a hablar de un triunfo de Scioli-Zannini en primera vuelta- no es parte de una operación para forzar la polarización y aspirar votos "indecisos" o que se están yendo a Massa o Stolbizer, para que yendo hacia Macri obturen la posibilidad, forzando un balotaje.
De cualquier manera, es preferible ese tipo de operaciones, a las que tienden lisa y llanamente a pudrirla, poniendo en tela de juicio toda la transparencia del proceso electoral.
En éste punto, no es de menor importancia tampoco dilucidar que hará la Corte Suprema nacional en el caso tucumano: si "pondrá las cosas en su lugar" en palabras de Cano (sumándose a la movida destituyente), o barrerá la basura bajo la alfombra a la espera de los resultados del 25 de octubre para resolver horas antes del recambio de las autoridades provinciales; con el pronunciamiento de las urnas a la vista; tal como hiciera en las legislativas del 2013, con el fallo sobre la ley de medios.
En éste punto, no es de menor importancia tampoco dilucidar que hará la Corte Suprema nacional en el caso tucumano: si "pondrá las cosas en su lugar" en palabras de Cano (sumándose a la movida destituyente), o barrerá la basura bajo la alfombra a la espera de los resultados del 25 de octubre para resolver horas antes del recambio de las autoridades provinciales; con el pronunciamiento de las urnas a la vista; tal como hiciera en las legislativas del 2013, con el fallo sobre la ley de medios.
Ayer por la noche mientras avanzaban las cifras del escrutinio chaqueño, en el programa de Lanata se informaba sobre el "clientelismo" y -por contraste- en TN se anoticiaban de que una de las razones de los triunfos de Capitanich y Peppo podría ser que en los últimos años en el Chaco se hicieron importantes obras de infraestructura largamente postergadas por años, que resuelven problemas graves de los chaqueños (como el acceso al agua potable) y fueron financiadas por el gobierno nacional.
En una dimensión paralela, Maxi Montenegro descubría que el agua moja (más o menos lo mismo que también descubrió Eduardo Fidanza, según cuenta acá Abel Fernández): que el oficialismo retiene un núcleo duro de votos que son inmunes a las campañas mediáticas contra el gobierno o sus candidatos; porque -Montenegro dixit- "votan por otras cuestiones".
Como el operador periodístico del massismo no las mencionó, podemos suponerlas nosotros: ¿por qué razón al tipo que obtuvo una jubilación, consiguió trabajo estos años, accedió a un préstamo del PROCREAR, la AUH, el agua potable o las cloacas habría de preocuparse por las peripecias de Bonadío y la causa Hotesur, o la denuncia de Nisman?
Con este "súbito" descubrimiento de ciertos datos duros de la realidad por la perspicacia del periodismo opositor ocurre lo mismo que con "La carta marcada", el cuento de Poe: los datos esenciales del dilema estaban a la vista de cualquiera, a condición de que los quisiera o supiera ver.
Queda por verse en lo que resta de campaña si la oposición (en especial "Cambiemos" y Macri) seguirá el ejemplo chaqueño o el tucumano, según se acoplen o no hasta el final a la operación deslegitimadora que vehiculizan los medios y el "real power"; para condicionar al futuro gobierno.
Por el contrario, a esta altura parece ya cosa sentenciada que han renunciado a expresar políticamente a los sectores populares; relegándolos al territorio de la irracionalidad política y electoral: los impresentables camaristas tucumanos pusieron en palabras lo que es el credo político inconfeso de muchos opositores, y el explícito de buena parte de sus votantes.
En ese sentido, el informe de Lanata de anoche mostrando prácticas clientelares en el Chaco sonaba a placebo moral para ciertos segmentos de clase media que nutrieron los cacerolazos urbanos: una explicación a su medida de por qué la gente vota como vota; para encontrar el consuelo de la superioridad ética sobre las masas barbarizadas por el populismo.
Algo así como el "esté país no está preparado para que yo lo gobierne, y no me merece" de Carrió; una idea que -con todo y su delirio- deviene anecdótica, y es preferible al activismo sedicioso que no se aviene a las asperezas de la competencia democrática; y en especial a los resultados y su consecuencia: gobierna el que saca más votos, y gana las elecciones.
Hace 70 años atrás nacía el peronismo, como la emergencia de un proceso de orfandad política de los sectores populares, que no se sentían contenidos por los partidos tradicionales; ni siquiera los de la llamada izquierda.
Su persistencia desde entonces (con toda el agua corrida bajo los puentes, incluidos los peronistas) no debería sorprender si se repara en que subsisten exactamente esas mismas condiciones, reforzadas por el extravío opositor de renunciar a hacer política en serio para ganarse el favor de esos mismos sectores; prefiriendo la comodidad del discurso que les niega racionalidad política plena para tomar decisiones electorales correctas, desde la óptica de la preservación de sus propios intereses.
Lo más inteligente que puede hacer Macri ahora es dejarlo a Cano peleando solo su cruzada anulacionista, o incluso impulsar a los radicales a que lo apoyen (cosa que Sanz, el Gil de Lavedra y Vanossi ya están haciendo). Él debería hacer la suya y mencionar el asunto de pasada y sólo si le preguntan. De esa manera se favorecería de lo que haga y diga Cano, sin arriesgar a seguir perdiendo si se le cae la opereta. Y, si Lorenzetti y Fayt llegaran a fallar a su favor, puede usarlo para acusarnos de clientelismo y de lo que quiera.
ResponderEliminarPero, claro, estoy hablando de inteligencia...
En el blog de José Sentís estan las dos tapas que revolearon los clarinetes al compás del escrutinio. Linda manera de borrar no ya con el codo, sino con la muñeca, lo que se escribió con la mano...
ResponderEliminarhttp://joserubensentis.blogspot.com.ar/2015/09/las-dos-tapas-de-clarin-perdidos-en-la.html