En su momento nos ocupamos acá del particular criterio seguido por Macri para
designar a quienes están a cargo de la Unidad de Información Financiera (UIF):
expertos en asesorar las empresas y
bancos sobre como zafar en causas de lavado, y por añadidura, expertos en
lavar, o en enseñar como hacerlo. De allí que no nos extrañaran
algunas de las medidas que fueron tomando desde que asumieron, como
flexibilizar los controles haciéndolos “indicativos y no normativos”, o elevar el monto por debajo del cual no es obligatorio reportar operaciones sospechosas.
Por esas razones tampoco nos
extraña lo que leemos en El Cronista sobre como se prepara la UIF para
el blanqueo que lanzó el gobierno y discute el Congreso: “La UIF emitirá
pautas de orientación, que no serán de carácter normativo, para guiar a los
bancos en la gestión del riesgo durante el sinceramiento. "Tenemos mucho interés en que
este programa sea exitoso y en que la gente que haya estado en situación
irregular frente al fisco se sienta alentada a aprovechar la oportunidad. dijo Mariano Federici,
titular de la UIF, a El Cronista.
Pero se busca que la
decisión final la tome cada banco. "El programa de
blanqueo exige un compromiso de parte de todas las entidades y del
Estado", dijo Federici. Una de las pautas que incluirá es que los
bancos deban evaluar el riesgo de las zonas geográficas de la cual provienen
las operaciones, si se trata de países pertenecientes a mercados financieros
bien regulados y con supervisión adecuada.
Federici resaltó que su
gestión en la UIF es más técnica y profesional que la anterior, por lo que no
va a perseguir a las personas reportadas por los bancos que sólo incumplieron
la obligación tributaria. Y tampoco será una oportunidad para perseguir y
sancionar a los bancos.
Y entiende que las personas y empresas
que en el contexto macroeconómico local y los acuerdos de intercambio de
información internacional vigentes eligen blanquear su capital tiene mayor
razonabilidad jurídica y económica que durante la época kirchnerista. "Cada banco tiene que gestionar
los riesgos, no tienen que reportarnos todas las
operaciones que vengan en el marco del programa", dijo Federici.” (las negritas son nuestras)
Para que se entienda: a partir de ahora
la UIF no está para prevenir y combatir el lavado de dinero (para lo cual fue
creada y así lo dispone la Ley 25.246), sino para ayudar a los lavadores a
lavar, o a que el blanqueo sea un éxito. Y no le interesa a sus autoridades
perseguir a los bancos, aunque hay evidencias contundentes que son los
principales responsables del lavado, al facilitar la plataforma financiera
imprescindible para eso: ahí está justamente la causa de las 4040 cuentas
ocultas en el HSBC de Suiza para comprobarlo; claro que en esa causa la segunda
de la UIF fue abogada de los lavadores.
Decíamos nosotros en ésta entrada que el proyecto de blanqueo del gobierno era deliberadamente ambiguo en
las normas anti-lavado, y la responsabilidad que les cabe a los bancos como
responsables no estatales de hacerlas cumplir.
Y a las pruebas nos remitimos: en
el artículo 35 del proyecto que Macri envió al Congreso se establece que no
podrá declararse dinero o activos provenientes de jurisdicciones o países
identificados por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) como “de
alto riesgo” o “no cooperantes” (léase guaridas fiscales); cuando en la propia página web de la UIF (enlace) se dice taxativamente que “no
existen, en este momento, países o territorios no cooperativos.”
Por no
mencionar que de los dichos del presidente de la UIF surge que la prevención
del lavado en el marco del blanqueo es como el juego del gran bonete: los
bancos dicen que es responsabilidad del Estado, y el Estado de los bancos; pero
ninguno de los dos se hace cargo, ni tiene voluntad de controlar.
Pero hay más: el gobierno ha
propagandizado el blanqueo diciendo que será un éxito porque a partir de enero
del año próximo no habrá más lugares donde esconder dinero o activos no
declarados, por los acuerdos de intercambio de información que suscribieron
diferentes países en la OCDE. Acuerdos que no suscribieron -entre otros-
Estados Unidos y Suiza, destinos preferentes elegidos por los argentinos que
fugaron capitales, históricamente.
El caso de Estados Unidos nos
interesa especialmente porque son a su vez los dispensadores de la
“certificación de calidad” para determinar si un país es serio, honesto y
combate el lavado de dinero o el terrorismo, o no. Y en ese marco el encargado
de la UIF anduvo por allá esta semana diciendo cosas como éstas que leemos en El Cronista: “El
Gobierno presentó en Estados Unidos un duro diagnóstico sobre el tráfico de
drogas en la Argentina durante la era kirchnerista. El titular de la UIF
argumentó que este cuadro respondió a que "la corrupción durante la
gestión anterior (en alusión a la presidencia de Cristina Fernández) fue parte
de una estrategia intencionalmente diseñada para ilícitamente enriquecer a
funcionarios públicos en todos los niveles".
El titular de la UIF apuntó que en los
últimos 12 años hubo "falta de voluntad política para pelear contra el
lavado de dinero y el financiamiento de terrorismo". Federici apuntó
contra la gestión de José Sbatella y dijo que "en los últimos cinco
años la unidad creó 70 regulaciones que hacían imposible operar en el
país" y que se emplazaron "más con fines políticos que para
mitigar los riesgos financieros". "Encontramos un sistema
sobrerregulados con controles que obstruían la inclusión y empujaban a la gente
a los canales informales", puntualizó...” (la negritas son nuestras)
Otra vez, para que se entienda:
sin haber ido todavía al Congreso nacional ni haber sido convocado allí para
brindar un informe de su gestión como manda la Ley 25.246, el titular de la UIF
anduvo por el exterior tirando mierda contra el kirchnerismo (una política de
Estado del gobierno de “Cambiemos”), como régimen que habría institucionalizado
la corrupción y el narcotráfico en el país, al mismo tiempo que dictaba
excesiva regulaciones y controles que empujaban a la gente a evadir impuestos,
fugar capitales y lavar dinero.
¿Y si alguno de los nuestros
recoge el guante y lo convoca al Congreso a este buen señor, que parece más
funcionario de los Estados Unidos que de nuestro gobierno?
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