Hablando del kirchnerismo el macrismo y los medios oficialistas tienen una obsesión con todo lo concerniente al "relato": 12 años de historia política intensa como pocos quedarían reducidos a un "cuentito", más o menos bien narrado, por un enorme aparato de difusión que gozaba (según dicen) de una ingente masa de recursos para hacerles pasar a los argentinos gato por liebre. Están más obsesionados con "el relato k" que nosotros mismos, que supuestamente seríamos los que lo compramos a libro cerrado.
En cambio ellos serían los cultores de la verdad desnuda, por más dura y antipática que fuere: "no te vamos a mentir, ni con el Indec ni con nada" decían los spots de campaña de Macri.
Sin embargo, también necesitan su propio "relato", y lo construyen a diario: ya vimos como se sinceró la "pobreza cero" como "una meta inalcanzable", y como el esperado segundo semestre ya no queda en éste año, y ya no aciertan a decirnos a ciencia cierta cuando.
Ante eso, lo que hay es una esforzada "construcción del pasado", donde lo que es una "pesada herencia recibida" que se seguiría proyectando como una lápida sobre la gestión de Macri para impedirle despegar, se reconduce en el concienzudo intento de caracterizar al kirchnerismo como una asociación ilícita, cuyo único propósito ostensible fue desvalijar las arcas públicas. Si hasta el penoso informe "El Estado del Estado" (presunto balance del período anterior) naufragó en la intrascendencia para dar paso a los boletines permanentes desde Comodoro Py y aledaños, con allanamientos, desafueros y denuncias.
Decíamos antes que el macrismo construye -como una necesidad política de primer orden- su propio "relato", con el invalorable apoyo del sistema de medios hegemónicos, que por ejemplo ahora valida el argumento de que el despegue de la economía era inminente, pero el "Brexit" lo vino a poner en pausa.
Y los organismos oficiales hacen lo suyo: mientras crecen las dudas sobre el nuevo índice de precios del Indec, y se supo que el Ministerio de Trabajo modificó la metodología para medir el desempleo (de modo de atenuar la pérdida de puestos de trabajo), nos contaba acá Zaiat como Prat Gay (el inventor del déficit fiscal del 7 % del PBI el año pasado) viene realizando una "contabilidad creativa" para maquillar las cuentas públicas; que no están reflejando las "metas" planteadas, ni de cerca.
No obstante los ejemplos en contrario, desde el gobierno tratan de negar que se esté armando un "relato m", claro: veíamos en La Capital de ayer a Avelluto diciendo que ellos -a diferencia del kirchnerismo- "no necesitan aplaudidores de la cultura". Sin embargo, pareciera que sí: veíamos también ayer acá en Página 12 que el gobierno le pagó a una consultora yanqui para que lo asesore en el proceso de elaboración de la nueva ley de medios, y mientras tanto armó "el libro de oro de Mauricio", compilando 25 opiniones de -precisamente- "líderes de opinión sobre Macri y su gobierno, para seducir a los aun esquivos inversores extranjeros.
Entre los "líderes de opinión" consultados sobresalen el propio Macri, María Eugenia Vidal y Rodríguez Larreta, otros funcionarios del gobierno, consultores "amigos" y periodistas "independientes" como Joaquín Morales Solá. Todos ellos críticos en su momento del "aparato de propaganda del relato k".
En cambio ellos serían los cultores de la verdad desnuda, por más dura y antipática que fuere: "no te vamos a mentir, ni con el Indec ni con nada" decían los spots de campaña de Macri.
Sin embargo, también necesitan su propio "relato", y lo construyen a diario: ya vimos como se sinceró la "pobreza cero" como "una meta inalcanzable", y como el esperado segundo semestre ya no queda en éste año, y ya no aciertan a decirnos a ciencia cierta cuando.
Ante eso, lo que hay es una esforzada "construcción del pasado", donde lo que es una "pesada herencia recibida" que se seguiría proyectando como una lápida sobre la gestión de Macri para impedirle despegar, se reconduce en el concienzudo intento de caracterizar al kirchnerismo como una asociación ilícita, cuyo único propósito ostensible fue desvalijar las arcas públicas. Si hasta el penoso informe "El Estado del Estado" (presunto balance del período anterior) naufragó en la intrascendencia para dar paso a los boletines permanentes desde Comodoro Py y aledaños, con allanamientos, desafueros y denuncias.
Decíamos antes que el macrismo construye -como una necesidad política de primer orden- su propio "relato", con el invalorable apoyo del sistema de medios hegemónicos, que por ejemplo ahora valida el argumento de que el despegue de la economía era inminente, pero el "Brexit" lo vino a poner en pausa.
Y los organismos oficiales hacen lo suyo: mientras crecen las dudas sobre el nuevo índice de precios del Indec, y se supo que el Ministerio de Trabajo modificó la metodología para medir el desempleo (de modo de atenuar la pérdida de puestos de trabajo), nos contaba acá Zaiat como Prat Gay (el inventor del déficit fiscal del 7 % del PBI el año pasado) viene realizando una "contabilidad creativa" para maquillar las cuentas públicas; que no están reflejando las "metas" planteadas, ni de cerca.
No obstante los ejemplos en contrario, desde el gobierno tratan de negar que se esté armando un "relato m", claro: veíamos en La Capital de ayer a Avelluto diciendo que ellos -a diferencia del kirchnerismo- "no necesitan aplaudidores de la cultura". Sin embargo, pareciera que sí: veíamos también ayer acá en Página 12 que el gobierno le pagó a una consultora yanqui para que lo asesore en el proceso de elaboración de la nueva ley de medios, y mientras tanto armó "el libro de oro de Mauricio", compilando 25 opiniones de -precisamente- "líderes de opinión sobre Macri y su gobierno, para seducir a los aun esquivos inversores extranjeros.
Entre los "líderes de opinión" consultados sobresalen el propio Macri, María Eugenia Vidal y Rodríguez Larreta, otros funcionarios del gobierno, consultores "amigos" y periodistas "independientes" como Joaquín Morales Solá. Todos ellos críticos en su momento del "aparato de propaganda del relato k".
Y el súmum lo veíamos también ayer, en la encuesta de Poligarquía que publicó La Nación, que arriba a estas sorprendentes conclusiones: "La brecha entre la percepción de la situación actual y la futura es muy amplia. El presente aparece peor que el pasado, pero con la esperanza de que en el futuro todo mejorará...".
Tratando de explicar el misterio que desvela a Durán Barba (el de un presidente que aumenta su popularidad mientras la imagen de su gobierno y su gestión se caen a pedazos), encontraron la cuadratura del círculo: eliminar el presente del análisis de la situación del país, para explicarnos que aun cuando ese presente se vea feíto comparado con el pasado inmediato que nos pintan como horrible, la gran mayoría de la gente conserva el optimismo en que el futuro será mejor.
Algo por supuesto que -de modo muy conveniente para el gobierno- es absolutamente imposible de confirmar hoy.
Tratando de explicar el misterio que desvela a Durán Barba (el de un presidente que aumenta su popularidad mientras la imagen de su gobierno y su gestión se caen a pedazos), encontraron la cuadratura del círculo: eliminar el presente del análisis de la situación del país, para explicarnos que aun cuando ese presente se vea feíto comparado con el pasado inmediato que nos pintan como horrible, la gran mayoría de la gente conserva el optimismo en que el futuro será mejor.
Algo por supuesto que -de modo muy conveniente para el gobierno- es absolutamente imposible de confirmar hoy.
Si, claaa... lo último que se pierde es la fe y la esperanza..... aún en el 2001 había expectativas favorables a futuro....
ResponderEliminarCurioso el relato M... cuanto peor, mayor o igual imagen presidencial.... curioso también el comportamiento del "país normal"
Saludos
Bueno, convengamos que éste será un desgobierno pero, si nos fijamos que está repleto de econochantas y CEO's tiene un relato acorde a esa consigna de la contabilidad creativa: "¿Cuánto es uno más uno?... usté cuánto quiere que sea?" - Listo, relato M servido....
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