CRÓNICA AMARILLA

Primero salieron a cazar Madres de Plaza de Mayo.

Después se presentaron como víctimas, a causa de cascotazos que nunca recibió un presidente paranoico, el que tiene que huir de la gente común y mandar a blindar el auto.

Junto a un sector del poder judicial, organizan persecuciones políticas y utilizan para eso, mano de obra represiva sin control operativo ni límite de recursos.

Ahora mandan a pegarle a los jubilados.

Una ministra alcohólica, balbucea justificaciones y diario Clarin titula que hubo "empujones" entre la policía y los jubilados.

El cóctel se completa con una política económica que solo suma recesión y desempleo, mientras los precios de bienes indispensables como los alimentos, la luz o el gas, son deliberadamente llevados a precios inalcanzables para amplios sectores de la población, con el único fin de asegurar grandes ganancias empresarias.

Estamos en manos de animales, los que siempre tuvieron el poder económico, pero que ahora sumaron las armas estatales a su servicio privado.

Y por esas armas al servicio privado, la advertencia de Cristina o de Hebe de Bonafini, para no reaccionar ante las provocaciones. Y es lógica la advertencia, porque las víctimas de las armas privatizadas estarán en el lado de la protesta.

El tema es que pasará cuando ya no alcance ni para comprar fideos.