Sobre el futuro del proyecto de ley de de emergencia social en el Congreso, leemos en La Política Online: "La oposición pedirá una sesión especial en Diputados para tratar el proyecto de emergencia social aprobado el miércoles en el Senado y reclamado esta tarde por organizaciones sociales y los principales referentes de la CGT. La fecha elegida es el jueves, un día después de la sesión ordinaria convocada por el oficialismo para tratar proyectos pendientes, cuando preveían que la oposición exija tratar la emergencia social.
Pero tras la marcha de esta tarde, los diputados del Movimiento Evita, impulsores la declaración de la emergencia social, gestionaron con el resto de los bloques convocar a una sesión especial para tratarlo y aumentar el costo político del Gobierno por frenarla. Como explicó LPO, Federico Pinedo retuvo el proyecto en el Senado para evitar que se trate en comisiones antes del 20 de noviembre, fecha límite durante el período ordinario. La oposición espera que no se atreva a demorarlo toda la semana próxima.
De todas maneras, sin dictamen, para debatirlo se necesita el aval de los dos tercios del recinto, un número que Cambiemos puede evitar solo si sienta a sus diputados. (la ley) Fue presentada en el Senado por Teresa Luna, Juan Manuel Abal Medina (FpV-PJ) y Jaime Linares (GEN) y como esa cámara no puede iniciar temas tributarios, sugirieron suplir el costo fiscal con impuestos al juego, las mineras y la renta financiera. Pero en Diputados aún no se presentó ningún proyecto con el detalle y por lo tanto Cambiemos hablaba ayer con ironía de la “ley de felicidad”." (las negritas son nuestras)
Sobre la "emergencia social" dijimos lo nuestro en su momento acá, y a lo dicho nos remitimos. Y si es por remitirnos, suscribimos en un todo lo que dice acá Barricada sobre la lectura de la marcha de ayer, y lo que señala acá Oscar Cuervo sobre el discurso de Schmid, del triunvirato que conduce a la CGT. Disgresión: si la conducción de la CGT va a elegir el eje de la corrupción para despegarse del kirchnerismo (y proveerle tapas a Clarín como la de hoy), tendrá que decidir que hace con Barrionuevo, con la guita de las obras sociales y con los negocios de Moyano con Macri a espaldas de los trabajadores (preguntar por OCA).
De lo contrario es posible que los únicos apoyos que consiga sumar desde la política a los que ya tiene sean los de Stolbizer, o Carrió. Y alguien tendría que avisarle además a Schmid que los videos demostraron claramente que Schmid no revoleó los bolsos por arriba de los muros del convento, sino que los entró lo más campante tocando timbre; por lo menos para que renueve la metáfora.
Pero volvamos a la "emergencia social": en la dirigencia de la CGT y en las organizaciones que gestaron el proyecto y la marcha de ayer hay actuales y ex legisladores, mucha gente que conoce en detalle el funcionamiento parlamentario, y lo que dicen la Constitución y los reglamentos de las Cámaras sobre el funcionamiento del Congreso.
De modo que ingresar un proyecto que supone un fuerte desembolso del Estado en el gasto social por el Senado, a sabiendas de que deberá ser "perfeccionado" en Diputados (por donde debería haber entrado) incorporándole las fuentes concretas de financiamiento no se puede atribuir a una simple torpeza, sino a otras cuestiones. Como por ejemplo que prefirieron sentarse a hablar con Pichetto y Abal Medina, antes que con Recalde o Kicillof, son elecciones todas válidas; pero hay que hacerse cargo de las consecuencias.
Pero a su vez esperar para darle aprobación en el Senado a que falten solo dos sesiones del período ordinario para que ingrese a Diputados, lo dictaminen las comisiones (a días del vencimiento del plazo reglamentario para que lo puedan hacer) y lo devuelvan al Senado para que le de sanción definitiva antes del 30 de noviembre o es una torpeza mayúscula, o es otra cosa. Visto desde acá, todo parece indicar que es otra cosa.
Porque si además una de las dos sesiones que quedan ya se da por perdida, y se plantea una "sesión especial" para el jueves para la que hacen falta dos tercios de los votos de Diputados, no hace falta ser pitoniso para darse cuenta que la cosa va encaminada al fracaso: en una hipotética Cámara con asistencia perfecta, se necesitarían 172 votos, cosa que (siempre en el terreno de la hipótesis) sería imposible si "Cambiemos" logra sentar a sus 87 legisladores para que voten en contra del tratamiento.
Por no mencionar que la mitad más o menos de esos 172 votos eventuales los tendría que aportar el bloque del FPV conducido por Recalde, después de una marcha en la que uno de los dirigentes de la CGT habló de los bolsos revoleados, y -más grave aun- de la época en la que no se tenían que preocupar por los despidos y la desocupación, sin mencionar jamás que fue en los gobiernos de Néstor y Cristina. A la que además como no estaban preocupados por los despidos, le hicieron cuatro paros por Ganancias.
Otra vez: visto desde acá, pareció un discurso para espantar esos votos, no para conseguirlos. ¿Debemos suponer también que Schmid, el "intelectual" de la CGT, es torpe o irreflexivo y no meditó debidamente sus palabras?
Pero seamos claros por si alguno no lee atentamente: igual hay que ir a la sesión, dar el quórum, votar el proyecto y hacerle todos los cambios que sean necesarios para que sirva para algo y no quede en puras declamaciones, no sea cosa que después nos echen la culpa a nosotros del fracaso de las estrategias que diseñaron otros.
Incluso sabiendo que el enfoque es errado porque no va al fondo de la cuestión (que son las políticas económicas del macrismo), y que las chances reales de que prospere son casi nulas: los que peor la están pasando no tienen la culpa de nada de eso.
Hasta acá entonces todo parece estribar más en la idea de causarle un costo político a Macri impulsando el proyecto, antes que lograr que efectivamente sea sancionado (de paso: ¿los votos del massismo y "Sanguchito" Bossio y su bloque para la sesión especial ya los tienen seguro, no?). Sin embargo como viene la mano, tal parece que ni al veto tendrá que apelar el presidente, y que si se cae la sesión especial, el costo lo pagarán quienes la promuevan y no el gobierno.
Pero seamos claros por si alguno no lee atentamente: igual hay que ir a la sesión, dar el quórum, votar el proyecto y hacerle todos los cambios que sean necesarios para que sirva para algo y no quede en puras declamaciones, no sea cosa que después nos echen la culpa a nosotros del fracaso de las estrategias que diseñaron otros.
Incluso sabiendo que el enfoque es errado porque no va al fondo de la cuestión (que son las políticas económicas del macrismo), y que las chances reales de que prospere son casi nulas: los que peor la están pasando no tienen la culpa de nada de eso.
Hasta acá entonces todo parece estribar más en la idea de causarle un costo político a Macri impulsando el proyecto, antes que lograr que efectivamente sea sancionado (de paso: ¿los votos del massismo y "Sanguchito" Bossio y su bloque para la sesión especial ya los tienen seguro, no?). Sin embargo como viene la mano, tal parece que ni al veto tendrá que apelar el presidente, y que si se cae la sesión especial, el costo lo pagarán quienes la promuevan y no el gobierno.
Otra vez y no jodemos más: visto desde acá (nos podemos equivocar, como cualquiera), parece que toda la movida tiene otros propósitos, que no son estrictamente los de atender la situación apremiante de los más castigados por las políticas de Macri: acaso permitirle a la dirigencia de la CGT descomprimir las críticas por su pasividad en la protesta y la facilidad con la que bajó la bandera de la reapertura de paritarias las cambio del "bonito, acaso una moneda de cambio para lograr que se apuren los cambios en Ganancias. Y los senadores también hacen su negocio, blanquéandose de haberle votado todo a Macri a lo largo del año, fungiendo en los hechos como bloque oficialista
Desde el resto de las organizaciones convocantes de la protesta e impulsoras del proyecto, vaya uno a saber cual es la idea: quizás presionar al gobierno para terminar de cerrar algunos acuerdos, u obtener que se abra alguna billetera, con la promesa de tener unas fiestas en paz. En todo caso, nada que parezca que el macrismo no pueda tolerar, ni digerir tranquilo; en tanto sigue avanzando con sus políticas de exclusión.
Gestos de oposición mientras se arregla y convalida...
ResponderEliminarNo se puede vivir de la traicion y el chanchuyo.
ResponderEliminarTodo esta guardado en la memoria y encima digital.
La gente se va ha cansar de tanta entrega y se va ha venir el que se vallan todos y con un palo y una zanahoria en la promo.
Pórtate bien.
Que auque no parezca el horno no esta pa bollos.
Y portase bien es de vivos, es de repiolas.
Es lo mas conveniente.
SEÑORES TRUCHOS.
A PORTARSE BIEN QUE ES NEGOCIO.