lunes, 5 de diciembre de 2016

Y DÁLE CON CRISTINA


En pocos días se cumplirá un año desde que Cristina dejó el gobierno, y la política argentina parece seguir girando en buena medida en torno a ella: por lo que habla o por lo que calla, por lo que hace o deja de hacer, que si aparece o si se resguarda en su casa.

Habla de Cristina todo el tiempo el gobierno, desde Marcos Peña y Frigerio hasta -sin nombrarla, acaso como un conjuro- el propio Macri, y el gurú del PRO Durán Barba. Sopesan sus chances electorales sin que siquiera haya anunciado que será candidata a algo, y repiten una y otra que no les preocupa que lo sea, lo cual es la muestra más evidente de que sí les preocupa, y bastante.

También está presente por supuesto en cada referencia a la “pesada herencia recibida” que pretende exculpar los fracasos de una gestión de gobierno que exhibe mes a mes los números de su mediocridad; y con Cristina llenan páginas de diarios y horas de televisión y radio los medios oficialistas, parte esencial del dispositivo comunicacional del gobierno.

Cristina es la pieza de caza favorita del partido judicial, que se lleva puesto todo en su intención de meterla presa o complicarla en las causas que tiene abiertas, no solo para satisfacer los deseos del gobierno, sino sobre todo para acumular facturas para cobrarle, cuando lo crean oportuno. Ella, sus hijos, su nuera, su sobrina, hasta su madre: todos pueden ser blancos de la persecución.

Jueces y fiscales buscan su minuto de fama o de súbito ascenso al estrellato del heroísmo civil impulsando denuncias, allanamientos, embargos, inhibiciones y pintadas de dedos contra ella; así como algún funcionario oscuro chupaculos de Macri de cuarta línea (como Regazzoni, el del PAMI) busca entrar en el radar presidencial polemizando de tú a tú con ella en las redes sociales o los medios, hablándole a la mano, por supuesto.

De paso: un comunicado de solidaridad de tres o cuatro líneas del Consejo Nacional del PJ contra lo que ya es una evidente campaña de persecución política para intentar proscribir a quien gobernara el país por dos mandatos por una enorme mayoría de votos populares en nombre del peronismo, no vendría mal, eh. Ni tampoco los mataría.

Buena parte de la oposición se construye exclusivamente a partir de ella (como Stolbizer, la Manaos de Carrió), o sale del sarcófago y vuelve a gozar de cierto espacio en los medios solo si habla pestes de ella, como Duhalde o su mujer.

Los que aspiran a reemplazarla en el peronismo (como Urtubey) se desviven por contarnos que su ciclo está terminado, que cada vez representa a un sector más pequeño o por pedirle (como Pichetto) que cierre la boca, porque los ex presidentes no deben hablar, ni participar en la política activa. Y tal como pasó cuando ganó las legislativas del 2013, o como lo anunció Macri desde Davos al principio de su gobierno, nos dicen que la brújula del peronismo apunta ahora a Massa, la rueda de repuesto por si se pinchan Macri y “Cambiemos”.

Lo curioso es que muchos de los que piden autocríticas porque se cometieron errores que le allanaron a Macri el camino a la presidencia (y con ese argumento se sacuden de encima años de kirchnerismo), le hacen al mismo tiempo guiños a Massa, como si no tuviera ninguna parte en la derrota electoral de la fórmula del FPV; o como si no hubiera anudado desde entonces ningún acuerdo con el gobierno, para apoyar todas y cada una de sus iniciativas más importantes en el Congreso.

A Cristina la dan por terminada, liquidada, con mala imagen, cada vez menos incidencia y representación, pero no pueden dejar de hablar de ella; y por carácter transitivo, del kirchnerismo; que como el Cid Campeador, gana batallas después de muerto: desaparecido en la Argentina, contaría con una influencia decisiva en la ONU, la OEA y la CIDH, para forzar los reclamos por la libertad de Milagro Sala.

Tampoco faltan los que plantean que hay que articular “alianzas amplias” contra Macri y sus políticas (como la CGT o el Movimiento Evita), pero la dejan puntillosamente de lado: en la amplitud hay espacio para los “movimientos sociales”, Felipe Solá o Daer, pero no para Cristina. Acaso preferirían que no existiese, o que se flagele en público asumiendo en exclusividad la paternidad de la derrota electoral, como si el resto no tuviera nada que ver.

Pero el hecho real es que está, habla, opina y “ordena” a favor y en contra suyo, como cuando gobernaba. Dicen que cada vez que lo hace la da una gran mano a Macri, que se aferra a la polarización kirchnerismo-antikirchnerismo, pero ¿y si fuera a la inversa, que es Macri con sus desaguisados de gestión y los estropicios que causan las medidas de su gobierno el que le confiere actualidad política a Cristina, angostando la “ancha avenida del medio” y las posibilidades de hacer una “oposición constructiva”?

De lo contrario no se entendería como los “opositores responsables” (Massa, Bossio) están empezando a sobreactuar gestos de supuesto despegue de un gobierno al que le votaron todo, pero del que ella no acompañó ninguna medida: fue opositora decidida desde el principio; aun cuando Macri gozaba de su luna de miel con el electorado.

Solo con eso y sin salirse de la huella, conserva un caudal político que muchos envidian (aunque no lo digan), porque los “reconstructores” del peronismo post derrota hasta acá no reconstruyeron nada, y se desperdigan cada día más para que Macri se los fagocite más fácil. 

Algo de todo esto empezaron a olfatear los intendentes bonaerenses, duchos en surfear con la ola: ya no hay “bolilla negra”, ni tampoco “alambarado” a la provincia, para que no sea candidata. También los gobernadores, que se le pararon de manos a Macri con la reforma electoral; y que empiezan a intuir que Roma no paga traidores, algo que puieden aprender en cuero ajeno, como el apoyo de Das Neves y el Movimiento Popular Neuquino a las principales medidas del gobierno correspondido por Macri con la eliminación de los reintegro a los exportaciones canalizadas por puertos patagónicos, o el desguace de YPF.

También están por supuesto los que viven y vivieron de ella, y de su liderazgo, magnetismo y poder de fuego electoral: tendrán que ponerse a pensar alguna vez como hacen para aportarle caudal político a Cristina, en lugar de vivir usufructuándolo.

Así como todavía no surgió en el espectro opositor a Macri quien la reemplace (ni en lo individual ni en lo colectivo), no hay nada en el medio entre ella y lo que expresa, y Macri y su modelo. Algo de esto intuyen algunos sectores del sindicalismo que no fueron parte del núcleo duro del kirchnerismo, como la Corriente Federal de los Trabajadores de la CGT.

Cristina es en sí misma un hecho político objetivo que va más allá de ella, de sus propios deseos personales o de lo que vaya a hacer con su futuro. Y como todos los hechos políticos de peso, no se los puede ignorar porque si no se estará interpretando erróneamente la coyuntura, sobre datos falsos o prescindiendo de uno que es esencial; y por ende se estará más cerca del error. 

Menos construir una oposición a Macri que no la incluya, porque sería confundir las roscas y las intrigas palaciegas que vienen reflejándose en las votaciones del Congreso, con el pulso de vastos sectores de la sociedad. Una bifurcación tan difícil de explicar como la del presidente (Macri) que -dicen- conserva o aumenta su popularidad y la confianza en su gobierno, aunque ese gobierno sea percibido como absolutamente desastroso.

Los liderazgos o las referencias políticas trascienden las estructuras, no se decretan ni tienen caducidad de plazos, sino por la propia voluntad popular que los llevó a ese lugar; lo que no implica que todos deban aceptarlos, ni -en el caso particular de Cristina- que las cosas sigan siendo iguales a diciembre pasado, o puedan siquiera volver a serlo en el futuro.

4 comentarios:


  1. El Nestor y Cristina formaron parte del MILAGRO ARGENTINO de como la argentina surgió de la gran crisis que comenzó en el estallido del 2001.

    Y eso lo saben y sirvió de ejemplo en todo el mundo, así que son muchos los pensadores y economistas a nivel mundial que analizan estos fenómenos económicos a contramano de la actual muy mala economía mundial.


    Todo el mundo esta igual así que esta vez volveremos y seremos billones.

    El mundo lo pide, el liberalismo esta embalsamado y dentro de un sarcófago de oro.

    Las emblemáticas economías neoliberales, al igual que la de Estados Unidos, están ricas y muertas.

    Si aparentan vida es gracias al tubo de oxigeno, que les representa el saqueo.

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  2. "Stolbizer, la Manaos de Carrió". ¡Jajajajajajajajajajajaja! El arte de injuriar, que diría Borges. Malvado y divertido, me encantó.

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  3. ya comunico el pj, comunico que esta listo para resolver los problemas de gestion del modelo neoliberal y esta muy preocupado tambien de que fracase y vuelva la anomalia k aunque todos sabemos que cuando vuelva van a ser los primeros que no se fueron nunca

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  4. Ademas comenzo la campaña d

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