viernes, 3 de febrero de 2017

MACRI Y EL FANTASMA DE LA ALIANZA


Los datos de la economía en éste -que se suponía, por fin “el año del despegue”- son apabullantes: los despidos crecen por montones en especial en la industria, la recesión se prolonga al punto que los medios oficialistas celebran que la velocidad de la caída sea menor, la inflación está tan lejos de ser “un problema fácil para resolver” como prometía Macri en campaña, como de los dibujos del presupuesto nacional y a los trabajadores se les está diciendo (de mil modos distintos, directos e indirectos) que éste año también deberán resignarse a que salarios vuelvan a perder poder adquisitivo.

Los tarifazos de la luz aprobados por el gobierno superan lo pedido por las generadoras y distribuidoras en las audiencias públicas, lo que denota como leyó Macri la rebelión social del año pasado contra los aumentos, y los fallos judiciales adversos: cumpliendo la formalidad de las audiencias, había piedra libre para hacer lo que se le antojara.

En su cruzada contra “la pesada herencia recibida” el gobierno se llevó puestos los planes de compra en cuotas (con la absurda promesa de que bajarían los precios de contado, una “ventaja” que aun de ser cierta pocos podrían aprovechar, con salarios por el piso) como “Ahora 12”, sumando un elemento más para que bajen las ventas, como si faltaran.

Tan cierto es que la inflación pautada en el presupuesto es inalcanzable que el Banco Central hace nueve semanas que mantiene altas las tasas, porque no ve “señales claras” de que baje, y los aumentos en el combustible y la electricidad junto con el “sinceramiento” de los planes de compra en cuotas ya están llegando a las góndolas de los supermercados, y a los locales de electrodomésticos.

Ya ni siquiera se habla de recomponer los salarios por lo que perdieron frente a la inflación el año pasado, ni del cumplimiento o no del “bono” de fin de año que supuestamente los compensaría; el pacto anti-despidos del gobierno con los empresarios es un chiste macabro y de lo que sí se habla es de ponerle techo a las paritarias de éste año, en base a las “metas de inflación” dibujadas en el presupuesto.

Si del mundo del trabajo se trata, el gobierno avanza con una batería de medidas para “bajar el costo laboral” (es decir reducir los salarios y precarizar las condiciones de trabajo), como el DNU de las ART y la intentona de replicar el acuerdo flexibilización de Vaca Muerta en otras ramas de la industria.

De común acuerdo entre Macri y los gobernadores (o al menos la mayoría de ellos) se decidió hibernar la paritaria nacional docente para desactivar toda discusión sobre un nuevo piso común para los salarios de maestros y profesores en todo el país, que dispare en algunas provincias reclamos de otros sectores estatales; mientras los mismos gobernadores arman su propia “paritaria” con el gobierno nacional, para ponerle un techo a los aumentos para el conjunto de los estatales, a tono con las “metas de inflación” previstas.

El gobernador de Río Negro (hombre del massismo, hoy, a ésta hora) hace punta completando la disyuntiva de Prat Gay sobre los zapatos que apretaban (resignar salario para conservar empleo), y plantea que mejor que tener un salario mejor, es poder cobrar en tiempo y forma el que se tiene.

En el gobierno de la transparencia y el sinceramiento empiezan a manipular desembozadamente las cifras de la inflación para diluir el peso de los aumentos de tarifas; y los otrora críticos del “relato k” se abroquelan en el discurso defendiendo los dibujos del presupuesto sobre inflación y crecimiento, como metas al alcance de la mano.

Ya ni se habla de Davos (pasó ya éste año ¿no se enteraron?) ni de la lluvia de inversiones, crecen las dudas por el financiamiento del Estado en particular (la velocidad de endeudamiento es difícil de seguir), y del supuesto “megaplan” de obras públicas reactivador, en particular; y en un esquema de suba de tasas, recorte del crédito para consumo y salarios a la baja ¿desde dónde podría venir el impulso reactivador de la economía?

En voz baja y sin admitirlo en público en el gobierno empiezan a comprender que del “mundo” poco podemos esperar, aunque algunos talibanes como el Secretario de Comercio sigan delirando con “las oportunidades del libre comercio; y así es como pasamos -casi sin transición- del “Estamos creciendo” de un dossier “secreto” del gobierno filtrado a la tapa de Clarín (al mejor estilo del “Estamos ganando” de Gente en Malvinas), al “Caemos, pero menos”, como síntoma de supuestos brotes verdes reactivadores; y del segundo semestre al “antes de las elecciones” como promesa de futuro, como  si las anteriores hasta acá se hubieran venido cumpliendo con la precisión de un mecanismo de relojería.

Esos son los datos puros y duros de la realidad, y la pregunta entonces sería como se articulan con un gobierno que enfrenta elecciones cruciales, y que pretende ganarlas para profundizar éste rumbo.

En nombre de una UCR que considera que las cosas están lo suficientemente hechas mierda como para que la gente recuerde que ellos también son parte del gobierno, Sanz planteó el dilema en términos de “nosotros, o vuelve el populismo”, lamentando que el peronismo siga “atrapado en la lógica del kirchnerismo”; es decir que se resista a sumarse en bloque a la “gobernabilidad ampliada” donde gobierno y oposición difieren solo en detalles respecto a lo que hay que hacer en el país.

Es un guiño de reconocimiento implícito a los dadores voluntarios de gobernabilidad como Massa o Pichetto, que con un timming impresionante se prestaron a sumarle al gobierno argumentos y apoyos para los DNU de modificación de las ART y expulsión de extranjeros; mientras los empresarios (en especial la UIA) aceptan canjear recesión, caída en las ventas, tarifazo y apertura de las importaciones, a cambio de una baja en el costo laboral y una reformulación precarizadora de las relaciones del trabajo. Y por su parte la CGT sale de su hibernación para anunciar una movilización y un paro general...para marzo. En fin, esperemos que el plazo hasta entonces no sea otro intento de negociar vaya uno a saber que. 

Con estos datos en la mano, el gobierno avanza y queda para la discusión de café si con la precisión de ajedrecistas, o como elefantes en un bazar; y el resto de la oposición “no peronista” ni siquiera cuenta en el análisis, sea por levedad electoral o por hibridez política y discursiva. En la crucial provincia de Buenos Aires el gobierno ensaya montar una “colectora” que divida el voto peronista para ganar, con fantasmas del pasado como Duhalde, Ishi y Otacehé. Delicias de la "nueva" política.

Y mientras Macri saca pecho diciendo que le va a poner el cuerpo a las elecciones y no hará lo de De La Rúa en las legislativas del 2001, María Eugenia Vidal empieza a abrir el paraguas, diciendo que una posible derrota no cambia nada, ni disparará una crisis: ¿un reconocimiento temprano de que la mano viene mal?

En un peronismo todavía revuelto por las consecuencias de la derrota comienzan a ganar cuerpo los mensajes “conciliadores” y de unidad, que van dejando atrás los pedidos de “autocrítica”, para aceptar lo evidente: sin una candidatura de Cristina las chances electorales de derrotar al gobierno no es que son menores, sino que no existen, les guste o no; y el “post kirchnerismo” solo fue un rebusque de algunos que exploraron nuevos horizontes, y están volviendo al redil reculando en chancletas, pero silbando bajito para que no se note. O con previa escala en Jujuy (bienvenida sea), para reclamar la libertad de Milagro Sala. 

Por supuesto que con las elecciones tan lejos (tanto como pueden ser en la Argentina los seis o siete meses que restan hasta las PASO) son muchas las incógnitas por despejar, como por ejemplo ¿hasta donde llegará la posibilidad de seguir guionando con eficacia desde los medios adictos una realidad más amable, hasta las primeras facturas de gas y luz?, ¿hasta cuando podrán valer los argumentos de “la pesada herencia”, la demonización de Cristina y el pasado inmediato, es real la “comprensión” al ajuste de la que habla Macri, y de ser así, cuanto durará?

Las incógnitas podrán saldarse por supuesto cuando se abran las urnas, pero mientras tanto la Argentina parece un gigantesco ensayo de laboratorio de fórmulas y experimentos ya probados, y que siempre fracasaron. Si en ésta oportunidad consiguen ser bendecidos nuevamente con el voto ciudadano como en el 2015, la verdad es que nos convertiremos en un caso digno de estudio.

3 comentarios:

  1. LA UCR NO VA HA PRIMARIAS, QUIEREN PONER A LOS VIEJOS Y MEDIANA ESDAD DEL AGUANTE A DELARUA.

    MACRI MAS DELARRUISTA QUE NUNCA.

    CAPAZ QUE HASTA EL CHUPETE SE CAMBIA EL APELLIDO, SE DEJA LA BARBA O EL PELO LARGO.

    O SE DISFRAZA DE PELADO IDIOTA DEL PROS, Y VA DE CANDIDATO CON EL SLOGAN "YO NO SOY DE LARRUA" TINELLI UN SALUDO A LAURA.

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  2. NEFASTA BOLSA DE GATOS, EX Y PRO, ALIANZA Y PROCESO.

    LA GORDA CARROI PUBLICITANDO A GENTE DE LA DICTADURA COMO LOS GOMEZ CINTURON, HIJO DEL GOBERNADOR DE FACTO.

    ALFONSIN VE ESTO Y SE MUERE, RADICALES OLIGARCAS Y PRO PROCESO HACIENDO LA TOMA DE SU PARTIDO.

    LOS RADICALES DE CAMBIEMOS SERIAN ALGO ASI COMO LOS RADICALES CARA PINTADAS.

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  3. "En fin, esperemos que el plazo hasta entonces no sea otro intento de negociar vaya uno a saber que."

    "No sea" no, ¡es otro intento de negociar! ¿Qué duda cabe? Lo único que podemos esperar (de esta CGT) es que esa negociación (sea por lo que sea) fracase. Es nuestra única esperanza.

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