El Estado aporta los terrenos, que es lo más difícil de conseguir por la escasez, y la especulacioón inmobiliaria que tira a la alza los precios.
Pero además financia el 40 % de las viviendas, con precios ajustables por UVA, a pagar a los que las construyan (contratistas, no particulares).
Los "desarrolladores inmobiliarios" (¿IRSA de Daniel Elsztain, Niky Caputo?) aportan el 60 % restante del costo de las viviendas.
Y "ceden" el 15 o 20 % de las viviendas construidas al programa Procrear, quedándose con el 80 u 85 % restante, para comercializarlo libremente en el mercado.
Aunque hayan financiado apenas el 60 %, y el terreno les haya salido gratis.
¿No es maravilloso lo que estamos construyendo juntos, como diría Mariú Vidal?
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