viernes, 18 de agosto de 2017

FUERTE AUTOCRÍTICA DEL SOCIALISMO TRAS LA DERROTA: SE QUIEREN REMONTAR AL 2009


Sobre el proyecto de modificación de la ley de partidos políticos que rigen en Santa Fe que enviaría el gobierno a la Legislatura, leemos al ministro de Gobierno Pablo Farías en Edición Límite: "Adelantó que se moverán en esa dirección una vez pasadas las elecciones generales del 22 de octubre. “creemos que hay que reformar la legislación actual en torno a la conformación y sostenimiento de los partidos políticos en la provincia”.En esa línea, consideró que “hay muchos partidos que son un libro de actas y nada más” y, en buena parte, se debe por la permisividad de la legislación actual en La Bota. “La ley tiene un bajo nivel de exigencia en cuanto a actividades reales que deben las agrupaciones políticas como así también son muy pocas las causales de caducidad de los partidos”, indicó el funcionario.

En tanto, comentó que en la boleta única utilizada en las PASO de este domingo había “muchísimas listas de las que se desconoce si tienen vida más allá de presentar candidatos“. En ese sentido, agregó que pasados los comicios se evidenció dichas fuerzas, en los resultados, “tuvieron apoyos ínfimos”. El ministro señaló que a pesar de eso estos grupos reciben fondos del Estado y le quitan espacios a otros que “están activos, cuentan con candidatos y realizan actividades partidarias“."

Podría decirse que en términos generales estamos de acuerdo con el ministro: cualquiera que vote en Santa Fe sabe que, elección tras elección, proliferan los sellos de goma que no representan a nadie, obtienen una cantidad insignificante de votos elección tras elección y se mantienen al solo efecto de morderle el monedero al Estado con los aportes de campaña.

Lo curioso es que con la misma lógica de mezclar todo con la que hoy el gobierno de Macri aprovecha el bochorno del escrutinio provisorio para propagandizar el voto electrónico, allá por el 2011 el socialismo vendió la boleta única diciendo que iba a terminar con la dispersión de la oferta electoral que generaba la ley de lemas; derogada siete años en el 2004 por Obeid en su gobierno. Evidentemente la boleta única podrá servir para otras cosas (que aun están por verse), pero no para evitar la fragmentación política, porque muy por el contrario la favorece.

Pero volvamos al anuncio de Farías: al parecer el oficialismo provincial ha decidido salir del laberinto en el que lo dejó su desastrosa perfomance electoral del domingo pasado en las PASO reformando la ley de partidos políticos de la provincia, para hacer más exigentes las condiciones para crear un partido político, otorgarle la personería y que ésta subsista; cosa con la que no podemos más que estar de acuerdo.

La Ley 6808 (que data de 1972, aunque tuvo modificaciones menores) en efecto, no contiene demasiadas disposiciones para decretar la caducidad de un partido político, pero sin embargo hay una que sí establece en su artículo 44 inciso c) como una de ellas, no alcanzar como mínimo votos equivalentes al 3 % del padrón electoral, durante dos elecciones consecutivas. Claro que esa condición -como otras que dispone la norma, como realizar elecciones internas- las debe verificar al Tribunal Electoral de la provincia, que nada hace al respecto.

Pero lo más curioso es que cuando en el año 2009 se discutió exactamente la misma cuestión en la nación, el socialismo y sus socios en el Frente Progresista Cívico y Social votaron en contra, como se puede comprobar en las imágenes de las actas de la sesión de la Cámara de Diputados donde se trató la cuestión:


En efecto, por entonces Cristina había remitido al Congreso un proyecto de reforma política que luego terminaría siendo la Ley 26.571, que estableció la obligatoriedad de las PASO, la publicidad de campaña gratuita en los medios audiovisuales y también reformas a la Ley 23.298 que regula a las partidos políticos.

En éste último caso introdujo el artículo 7 Bis, que regula los requisitos para que un partido obtenga la personería jurídico política; entre ellos acreditar un número de afiliados no inferior al cuatro por mil del padrón de electores del distrito; número que deben mantener como mínimo para conservar la personería (artículo 7 Ter).

La misma ley estableció al modificar el artículo 50 de la ley de partidos políticos que son causales de caducidad de la personería de los partidos -entre otros- no mantener esa afiliación mínima, o no alcanzar en dos elecciones consecutivas el dos por ciento (2 %) del padrón electoral del distrito por el cual compiten. A su vez como en el caso de los partidos nacionales se exige tener personería en cinco de ellos al menos para tenerla con alcance nacional, si la van perdiendo en los distritos por cualquier Causal, puede acarrearle la caducidad de la personería nacional.

Como se puede ver en el acta, la reforma fue rechazada por los diputados del socialismo santafesino y de sus socios en diferentes Pymes electorales nucleadas en el Frente Progresista (también por la UCR, socia hasta hace poco del socialismo), con el argumento de que “era proscriptiva”.

Un argumento que ahora parecen haber desechado en la provincia, por una razón muy sencilla: en el orden nacional son expresiones minoritarias e irrelevantes, que corren riesgo de desaparecer si se sube la vara de las exigencias para sostener un partido político; y en el orden provincial gobiernan desde el 2007, y suponen que los votos (muchos) que fueron perdiendo desde entonces, fueron a parar a esos emprendimientos políticos, en muchos casos unipersonales.

Y de paso crean una cortina de humo (como fue en su momento el ensayo de reforma constitucional, ahora archivado por el urnazo en contra) para tenerlos a todos discutiendo en torno a eso, y no hablar de las verdades razones de su progresiva –pero indetenible debacle electoral, aun en su tradicional reducto municipal rosarino; que son otras que las desastrosas gestiones de gobierno que vienen protagonizando, sin solución de continuidad, y su insoportable levedad e hibridez política al pretender mantener siempre al margen de los grandes debates y dilemas políticos que se plantean en el país; acelerados a partir del experimento neoliberal que se despliega con toda su fuerza desde diciembre del 2015.

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