Nunca se enfatizará lo suficiente la
importancia de las elecciones de éste domingo, por todo lo que está en juego, y
como influirán los resultados en el futuro inmediato del país. Menos -en
cambio- se ha puesto el acento en el clima en el que los argentinos iremos a
votar, sin duda alguna el más sombrío y ominoso desde 1983 a la fecha; incluso antes del macabro
hallazgo de un cuerpo en el río Chubut, y de que su hermano Sergio confirmara que es el de Santiago Maldonado.
Contrariando el triunfalismo que intentó
transmitir después de los resultados de las PASO, el gobierno, la estructura
política de “Cambiemos” y el conjunto del dispositivo oficialista (que incluye
al grupo de tareas de Comodoro Py, los servicios de inteligencia, las fuerzas
de seguridad y los medios y periodistas del régimen) se lanzaron a una campaña permanente, sin
prisas ni pausas, de deslegitimación del adversario político (el kirchnerismo,
bah) y de horadación del piso común democrático.
En un clima
instalado de elección decidida, vienen apelando sin parar a los carpetazos, las
denuncias judiciales, la campaña basura en las redes sociales, la
desinformación y las noticias falsas instaladas como reales que hace pensar que
los números no son tan holgados para la coalición oficialista como dicen; o
están apostando al aplastamiento de toda disidencia para poder tener las manos
libres a partir del lunes para avanzar en la segunda fase del ajuste y el
recorte de derechos. Es como si no quisieran darnos respiro, agobiarnos, desmoralizarnos, quebrarnos, para poder ir definitivamente por todo.
Resulta difícil
enumerar todas las trapisondas judiciales de la escudería oficial, que
culminaron ya en horas de la veda con el bochornoso fallo (algún nombre hay que
ponerle) de un juez que le dejó las manos libres a Macri para remover por
decreto a Gils Carbó, si le place; en paralelo con las muestras de autoritarismo desbordado, como la censura al aire del director de Radio Nacional Córdoba a una periodista por haber entrevistado a la madre de Facundo Jones Huala.
Mientras tanto el
gobierno trataba de dilatar por todos los medios los resultados de la autopsia
del cuerpo encontrado en Chubut, para que el resultado no les explotara en las manos a horas de la elección, en la admisión implícita de que son los responsables políticos de su desaparición y muerte, y del encubrimiento posterior; así como de la humillación y el abandono al que sometieron a un familia a la que el Estado le arrebató un hijo y un hermano.
Algunos “analistas” como Asís hablan de la ruptura de un pacto mafioso entre el
gobierno y la Gendarmería (que incluye las pericias truchas del caso Nisman),
que terminó con que le arrojaron un muerto a Macri, para disuadirlo de la idea
de cortar en los gendarmes la cadena de las responsabilidades por la desaparición forzosa y posterior muerte de Santiago; y se puede avizorar una creciente guerra interna entre las fuerzas de seguridad (que actúan como perros peligrosos a los que les soltaron la cadena) tirándose muertos entre sí: la Gendarmería dejó mal paradas a la Federal y la Prefectura en la muerte de Nisman para complacer los propósitos políticos del gobierno, y estas le devuelven gentilezas en la investigación del caso Maldonado.
La respuesta
institucional del gobierno desde la desaparición de Santiago solo fue superada en bochorno
por la respuesta política de “Cambiemos”, brutalizada en el final de la campaña
por los vómitos verbales de Carrió; mientras María Eugenia Vidal, que no gobierna hace meses si es que alguna vez lo hizo, aparece tiempo
completo en los medios a toda hora para que le pregunten naderías, acompañada
de los candidatos mudos a los que no dejan hablar para que no derrapen; y allá
lejos, en Jujuy, Milagro Sala sigue secuestrada en una cárcel después de un
operativo con encapuchados y autos sin patente, por orden del sátrapa Morales,
y su vida y la de los demás presos de la Tupac corren serio riesgo.
Los empresarios
reunidos en el coloquio de IDEA compiten entre sí y con el FMI y las
“calificadoras de riesgo”en las exigencias al gobierno para que avance con las
reformas lo más rápido posible, aprovechando lo que suponen un seguro triunfo
electoral; que con toda certeza será interpretado como un cheque en blanco,
para hacer lo que les venga en gana; como por ejemplo
empezar a descargar desde el lunes mismo una catarata de aumentos en los
servicios públicos (que ya han anunciado) y los combustibles (al parecer, las
petroleras ni siquiera pueden esperar a que se terminen de contar los votos), y
avanzar en una flexibilidad laboral ya instalada en el debate, frente a una
dirigencia sindical que ya capituló antes de dar pelea, y fue a IDEA a aplaudir a sus verdugos.
Los avances de un
gobierno sin límites que pone en riesgo a la democracia son validados por una
justicia genuflexa, que acaba de autorizar la presencia de la Gendarmería (sí,
justo ellos, en éste momento) en los cuartos oscuros al momento de realizarse
el escrutinio de las elecciones del domingo; y los desequilibrios estructurales de un programa económico
donde todo está atado con el alambre del endeudamiento se disimulan hasta
después de las elecciones.
Este domingo en las urnas
se juega mucho, y esto tipos juegan con todo, no siempre (o casi nunca) con
armas limpias, y ahí estamos en desventaja. Pero no por eso vamos a dejar de
intentar ponerles freno; y si fallamos en el intento la sociedad –como siempre-
deberá hacerse cargo de lo que vota, porque siempre trae consecuencias.
Muy tristemente, hay que decirlo, tienen más posibilidades de ganar que de perder. Y esto último por un margen muy acotado. Es una profunda tristeza ver como una buena parte de la sociedad se tira al vacío arrastrándonos a todos los demás (bueh, casi todos).
ResponderEliminarY adhiero a sus posteos, pero no puedo pensar que sólo lo hacen por hijos de puta: la ignorancia supina que hay, la desinformación, es increíble, al punto que se hace imposible entablar una discusión coherente.
fraternal saludo.
Me hizo reír el título. Un abrazo bruselense.
ResponderEliminarQueda todo el sábado para salir a conseguir algún voto.
ResponderEliminarNo hay que comerse el verso de TN que ya ganaron. El desánimo es lo que buscan.
Queda todo el sábado para salir a conseguir algún voto.