Leyendo en Diario Uno a Gabriel Culzoni (de
la Cámara de Comercio Exteror) y al vicepresidente de la Sociedad Rural
Bernardo Iturraspe nos enteramos que proponen una solución revolucionaria para
sacar al puerto de Santa Fe de su estancamiento y parálisis de años: que lo
manejen los privados sin injerencia del Estado, porque el Estado es ineficiente
y no puede manejar nada bien.
Para eso proponen
contratar a un operador privado con experiencia, que lo elegirían los propios
privados (destacan que la selección no se haría por licitación pública) y no el
Estado, y nos anticipan que ellos -de comedidos nada más, para que la cosa
salga bien- ya pusieron manos en el asunto, y en breve nos darán novedades.
Dicen también que
el problema del puerto local es que en el Master Plan se puso el acento en los
negocios inmobiliarios, pero no en la actividad específicamente portuaria; y le
pegan a Corral porque la gestión municipal (que aprobó el plan) se abocó casi
exclusivamente a eso; mientras que el gobierno de la provincia con Lifschitz y
Jatón (que hasta donde sabemos, es concejal) los apoya en su idea, y les dijo
que le metan para adelante nomás; sin abandonar el proyecto de traslado del
puerto al cauce principal del Paraná, del que ya nadie habla.
Valoran la gestión del
actual presidente del directorio del ente del puerto, porque tuvo que
“emprolijar” algunas cuestiones que estaban un poco complicadas (eufemismo por
los afanos de Vorobiof), pero dicen que ahora estaría necesitando de “la
creatividad del sector privado” para mejorar el funcionamiento de la terminal.
Finalmente no
quieren repartir culpas en el fracaso del puerto, porque “todos en alguna
medida hemos tenido participación”, o algo por el estilo, y es cierto: el
puerto nunca fue público, ni manejado por el Estado: la nación lo transfirió a
la provincia en 1993 bajo el régimen de la Ley 24.093 inventada por Caballo,
con la condición de que la provincia lo privatizase, o lo administrara a través
de un “ente público no estatal”, con participación de los sectores privados
ligados a la actividad.
Eso fue
precisamente lo que hizo Santa Fe con la Ley 11.011, creando un directorio de 9
miembros, de los cuáles uno representa al gobierno provincial (el presidente),
uno a la Municipalidad de Santa Fe, y los otros 7 al sector privados, entre
ellos la Cámara de Exportadores (la entidad de Culzoni), la Bolsa de Comercio y
la Sociedad Rural.
Por si todo eso
fuera poco, casi todos los presidentes del Ente (es decir, el representante del
Estado provincial) fueron propuestos por los actores privados, como pasó con
Gustavo Víttori u Olegario Tejedor, y el propio Vorobiof, cuya gestión terminó
en escándalos de corrupción y una causa judicial fondeada en los tribunales
santafesinos, por las presiones de la UCR y el socialismo.
El Ente así
manejado (por el “círculo rojo” que ahora reclama que el Estado se corra y lo
manejen los privados al puerto) impulsó en el Concejo Municipal el “Master
Plan” a través de la Bolsa de Comercio, es decir que ellos son los autores
intelectuales de los negociados inmobiliarios que se vienen desarrollando en el
lugar desde hace más de 20 años; y muchos de sus miembros fueron beneficiarios
de los curros orquestados por Vorobiof.
A poco de empezar a
funcionar el “ente público no estatal”, tercerizó la explotación del puerto en
un consorcio en el que estaban Malvicino y la Unión Ferroviaria (o sea, la
misma solución que ahora proponen), experimento que como todos sabemos, terminó
en un completo fracaso.
Y el ente conducido
por los representantes del “círculo rojo” gestionó el contrato con la operadora
Loginter S.A., que se terminó yendo sin que lograran reemplazarla nunca, porque
el que venga tiene que poner unos 3 millones de dólares de entrada para
instalar un escáner que cumpla con las normas de la Aduana, para poder mover
cargas desde la terminal.
Demás está decir
que estos “gestores eficaces” del fracaso nunca ofrecieron poner siquiera un
céntimo de esa plata, para que el puerto pueda operar y ellos hacer sus
negocios: deben estar esperando que la ponga “el Estado ineficiente que no sabe
gestionar”, con lo cual nosotros no estaríamos en desacuerdo si como
consecuencia, el puerto fuera administrado directamente por el Estado, sin
“operadores privados” que solo buscan hacer negocios con bienes públicos, sin
poner una moneda a cambio.
Para peor, lo que sí apoyó el "círculo rojo" local fueron otros disparates costeados con dineros públicos por la misma cifra (o más) que costaría el escáner, como los arreglos en la Plaza 25 de Mayo frente a Casa de Gobierno, o el "Parque Biblioteca de la Constitución".
Lo que evidencia en
todo caso la nota son dos cosas: 1) Que el zorro pierde el pelo, pero no las
mañas, y ya hay un nuevo curro en ciernes, con un guiño del socialismo, 2) Que
el “círculo rojo” local le soltó la mano a Corral y a la UCR y se suma a la
campaña de Jatón para la intendencia (y de Lifschitz para su reelección,
digamos todo), a cambio de que el Estado ponga la guita, mire para un costado
mientras tercerizan la explotación del puerto en un consorcio privado sin licitación,
o las dos cosas juntas.
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