(*)
Aunque ambos eligieron la misma estrategia de victimización (Ah, mirá vos. Hasta se pensaba que la estrategia los eligió a ellos) y esperan sacar partido político de esa iniciativa, en el fondo, los ex presidentes Lula Da Silva y Cristina Fernández de Kirchner no se parecen en nada. (Y, viendo una foto, no) Lula, en Brasil, es valorado por propios y extraños por haber incorporado al mercado de trabajo en particular y el sistema económico y social, en general, a millones de pobres, que vivían marginados. (Sobre todo por los extraños, como se puede comprobar por estas horas. es una valoración rara, pero valoración al fin) Lo hizo mientras gobernó, desde 2003 hasta 2010, gracias a una política económica sostenida en el precio de los commodities, (Ah, mirá vos, allá también hubo "viento de cola". Y acá nos lo ponían como ejemplo) con baja inflación y cientos de microprogramas que llegaron hasta las zonas más pobres y olvidadas. ("Cientos", claro, la mejor forma de no nombrar ninguno, porque no tenés ni idea)
Cristina Kirchner, en cambio, gobernó durante la primera parte de su primer mandato, con el impulso de las políticas económicas iniciadas por su marido, (Y con un conflicto con las patronales del campo que duró meses, causado justamente por el alto precio de los commodities, digamos todo) pero desde el principio se caracterizó por negarse a investigar los casos de corrupción. (¿Y Lula sí, como le fue a Cristina con la baja de la pobreza? digo, para seguir comparando en base a lo mismo, y no peras con manzanas) De hecho, a las pocas horas de asumir, le adjudicó a una conspiración de la embajada de Estados Unidos la denuncia contra el valijero Guido Antonini Wilson. (Un caso que comparado con el gobierno actual es un robo de lápices en el jardín de infantes) "Hizo campaña diciendo que iba a transformar a Argentina en Alemania y la terminó convirtiendo en Venezuela", (Bueno, nunca dijo eso pero andá a chequearlo a la concha del mono. Igual, Macri hizo más o menos lo mismo, y nos terminó convirtiendo en Panamá) dijo en su momento Alberto Fernández, cuando todavía conservaba la memoria. (Y cuando todavía te daba notas y te pasaba info. Igual, cuando pasó lo de Antonini era jefe de gabinete, te comento)
Lula, en Brasil, tuvo la capacidad de elegir a su heredera y de sugerir los nombres del gabinete que designó Dilma Rousseff durante su primer mandato. (Lo cual se reveló un completo error, esperamos la comparación con Cristina en éste punto) También tuvo la suficiente cintura política como para hacerle creer a la opinión pública que todo lo que hizo fue virtuoso, (O no, pero mientras no se metiera con determinadas cuestiones, les chupaba un huevo si era cierto o no) y que el ajuste que debió aplicar su sucesora no fue producto de sus anteriores decisiones. (Un talento que le faltó a Macri, que le echa la culpa de todo lo que hace al gobierno de Cristina) Lula logró, además, mientras pudo, convencer a sus partidarios que gobernaba a favor de los pobres y los desamparados y contra la oligarquía financiera y las grandes empresas. (¿Cómo "convencer", no era que lo alababan los propios y los extraños porque había sacado a millones de la pobreza?) Pero la verdad es que, según las estadísticas, (¿Las mismas de los cientos de planes, u otras? Esta buenísimo esto de hablar de estadísticas sin dar un puto número) los bancos y las grandes constructoras nunca ganaron tanto dinero como durante su gobierno. (Verdad, pero acá pasó lo mismo con Cristina. Segunda comparación que queda en el aire) Y lo siguieron haciendo durante el gobierno de Dilma, aunque el relato progresista y a favor de la distribución de la riqueza nunca fue abandonado por él ni por la otra. (¿No pudiste poner "por ella" porque lo tenés registrado como nombre de libro?)
A Cristina, en cambio, las cartas marcadas se le vieron enseguida. Quizás el punto de inflexión se vio a principios de 2011, (Entonces no fue enseguida, jeño, porque asumió en diciembre del 2007) cuando movió los labios para pronunciar la frase: "Vamos por todo", (Otra cosa que nunca dijo, pero bueno, dále) inmediatamente después de la tragedia de Once. (Tenés un despelote bárbaro en el almanaque, Luis: lo de Once fue en febrero de 2012, mal pudo habr sido antes de principios del 2012, y en todo caso ¿qué tiene que ver con "ir por todo" y lo que venís diciendo, que tiene que ver con Lula como promete el título?) Ya había tomado la decisión de inaugurar el denominado "cepo cambiario", que trastornó de manera ostensible la economía de bolsillo de casi todos los argentinos. (¿De quiénes, Majul, de los beneficiarios de la AUH que no podían comprar dólares, de los jubilados que no podían repatriar dividendos al exterior?) Cristina Fernández también fracasó en su intento de imponer a su candidato. (¿Y antes en que había fracasado? porque la nota no lo dice) Para empezar, tuvo que apoyar a uno que no soportaba, Daniel Scioli. (Viene bien que lo aclares, porque los que lo impusieron ahora dicen que la culpa de que perdiera la tuvo ella y piden autocrítica) Para seguir, era tan ostensible el desprecio que tenía por Scioli, que terminó favoreciendo con sus decisiones sobre las demás candidaturas, el triunfo de su adversario, Mauricio Macri. (A ver) El día que se escriban los detalles de la historia reciente de la Argentina, (No lo hagás vos, te lo pedimos por las nenas, por Dalma y por Gianina) no se podrá obviar el hecho de que fue decisión de Cristina imponer a Aníbal Fernández como postulante a gobernador de la provincia contra María Eugenia Vidal.(Pero hubo una interna abierta Luis, votó la gente y ganó él) Fue esa decisión clave la que terminó aportando a Macri los votos necesarios para doblegar a Scioli. (Pero Luis, Scioli ganó en Buenos Aires en la primera vuelta y en el balotaje la presidencial, pero perdió en Córdoba con el 71 % de los votos en contra. ¿Vos decís que a Schiaretti también lo puso Cristina?)
A esta altura de la comparación, nadie debería dudar sobre la capacidad de uno y de otra para manejar los tiempos políticos en medio de la tormenta. (Si leyó esta nota, lejos de dudar, debería tener un mambo bárbaro en la cabeza, y no entender nada) El ex dirigente metalúrgico estuvo a punto de lograr su deseo de transformarse en presidente una vez más. (Falta todavía, Luis, las elecciones son en octubre y el cierre de candidaturas en agosto, no te apurés) De hecho, todavía las encuestas lo muestran como uno de los candidatos con más posibilidades de ganar las elecciones nacionales de octubre próximo. (Exacto, por eso lo metieron preso) Tanto en primera como en segunda vuelta. Aunque la mayoría de los expertos sostienen que la final la interpretación de las leyes no se lo permitirá, (O sea que no depende de las encuestas, ni de la intención de voto ni de la opinión de la gente, sino de los jueces, que lo piensan proscribir, hay una pequeña diferencia) llegará a las últimas instancias con una expectativa cierta de triunfo.
Cristina Fernández, en cambio, hace tiempo que inició su caída final. (Pero todavía les da que hablar, tanto que no hablan de otra cosa, todo el tiempo) Es verdad que todavía conserva una intención de voto de más del 25 % a nivel nacional. (Con lo cual suma sola más que el resto de los opositores, todos juntos) Pero también es cierto que esa expectativa, lo único que hace, es favorecer la fragmentación del voto de la oposición. (Ah, los otros se fragmentan en 50 pedacitos de 0,5 % de intención de voto cada uno, porque Cristina tiene el 25 %, ya entendimos) O para decirlo de otra manera: garantizar una nueva victoria de Mauricio Macri candidato a presidente para el año 2019. (¿Qué más querés Luis? descorchá un champú, son cuatro años más de levantarla con pala para hablar...de Cristina) Tampoco se parecen tanto las denuncias que pesan sobre Lula y las que tienen en vilo a Cristina Fernández de Kirchner. El delito que puso al ex presidente de Brasil en una cárcel vip es la presunta aceptación de una dádiva de una constructora, que le habría comprado un tríplex en Guarujá y habría pagado además las refacciones y los arreglos. (O sea, mucho menos que un PBI, en el San Clemente del Tuyú brasileño) Todo, por un total de U$S 1.200.000. (Menos que los bolsos de López, casi lo mismo que las transferencias de Arribas, de una empresa brasileña, mirá vos) En el caso de la ex presidenta de la Argentina, se la acusa de ser la jefa de una asociación ilícita y de favorecer a los mismos empresarios (¿A cuáles, a los que le compraron el tríplex a Lula?) que le entregaron retornos en diferentes modalidades y por decenas de millones de dólares. ("Diferentes modalidades", "decenas de millones", es de admirar tu precisión, Luis)
La otra gran diferencia entre Lula y la ex jefa de Estado de nuestro país es el sistema judicial. (Sí, uno es horrible y el otro espantoso) En Brasil, un juez de Curitiba, Sergio Moro, pudo privarlo de su libertad por un tiempo relativamente breve. En la Argentina, a pesar de las contundentes evidencias que la inculpan, incluida la prisión efectiva (Preventiva, y de pedo, Luis, informáte un poco) de su contador, Víctor Manzanares, Cristina Fernández sigue libre, vivita, coleando, y dando clases de política y de moral, protegida por el bloque mayoritario de Senado. (Tres aclaraciones, Luis, ya que estamos comparando: 1) Lula no tiene fueros, 2) Tiene una condena, no una preventiva con la "doctrina Irurzun", 3) A Cristina le pidieron el desafuero por la denuncia de Nisman, nada que ver con asociaciones ilícitas y corrupciones. Y todos los que estaban en su misma situación menos Esteche, ya están libres. ¿No era de comparaciones esta nota?) Esa mayoría hace que la Cámara alta termine funcionando más como una guarida para presuntos delincuentes que como una organización creada para elaborar leyes. ("Una organziación creada para elaborar leyes". Que horrible escribís, Majul. Igual, si son "presuntos" no hay tal guarida)
Cristina Kirchner, en cambio, gobernó durante la primera parte de su primer mandato, con el impulso de las políticas económicas iniciadas por su marido, (Y con un conflicto con las patronales del campo que duró meses, causado justamente por el alto precio de los commodities, digamos todo) pero desde el principio se caracterizó por negarse a investigar los casos de corrupción. (¿Y Lula sí, como le fue a Cristina con la baja de la pobreza? digo, para seguir comparando en base a lo mismo, y no peras con manzanas) De hecho, a las pocas horas de asumir, le adjudicó a una conspiración de la embajada de Estados Unidos la denuncia contra el valijero Guido Antonini Wilson. (Un caso que comparado con el gobierno actual es un robo de lápices en el jardín de infantes) "Hizo campaña diciendo que iba a transformar a Argentina en Alemania y la terminó convirtiendo en Venezuela", (Bueno, nunca dijo eso pero andá a chequearlo a la concha del mono. Igual, Macri hizo más o menos lo mismo, y nos terminó convirtiendo en Panamá) dijo en su momento Alberto Fernández, cuando todavía conservaba la memoria. (Y cuando todavía te daba notas y te pasaba info. Igual, cuando pasó lo de Antonini era jefe de gabinete, te comento)
Lula, en Brasil, tuvo la capacidad de elegir a su heredera y de sugerir los nombres del gabinete que designó Dilma Rousseff durante su primer mandato. (Lo cual se reveló un completo error, esperamos la comparación con Cristina en éste punto) También tuvo la suficiente cintura política como para hacerle creer a la opinión pública que todo lo que hizo fue virtuoso, (O no, pero mientras no se metiera con determinadas cuestiones, les chupaba un huevo si era cierto o no) y que el ajuste que debió aplicar su sucesora no fue producto de sus anteriores decisiones. (Un talento que le faltó a Macri, que le echa la culpa de todo lo que hace al gobierno de Cristina) Lula logró, además, mientras pudo, convencer a sus partidarios que gobernaba a favor de los pobres y los desamparados y contra la oligarquía financiera y las grandes empresas. (¿Cómo "convencer", no era que lo alababan los propios y los extraños porque había sacado a millones de la pobreza?) Pero la verdad es que, según las estadísticas, (¿Las mismas de los cientos de planes, u otras? Esta buenísimo esto de hablar de estadísticas sin dar un puto número) los bancos y las grandes constructoras nunca ganaron tanto dinero como durante su gobierno. (Verdad, pero acá pasó lo mismo con Cristina. Segunda comparación que queda en el aire) Y lo siguieron haciendo durante el gobierno de Dilma, aunque el relato progresista y a favor de la distribución de la riqueza nunca fue abandonado por él ni por la otra. (¿No pudiste poner "por ella" porque lo tenés registrado como nombre de libro?)
A Cristina, en cambio, las cartas marcadas se le vieron enseguida. Quizás el punto de inflexión se vio a principios de 2011, (Entonces no fue enseguida, jeño, porque asumió en diciembre del 2007) cuando movió los labios para pronunciar la frase: "Vamos por todo", (Otra cosa que nunca dijo, pero bueno, dále) inmediatamente después de la tragedia de Once. (Tenés un despelote bárbaro en el almanaque, Luis: lo de Once fue en febrero de 2012, mal pudo habr sido antes de principios del 2012, y en todo caso ¿qué tiene que ver con "ir por todo" y lo que venís diciendo, que tiene que ver con Lula como promete el título?) Ya había tomado la decisión de inaugurar el denominado "cepo cambiario", que trastornó de manera ostensible la economía de bolsillo de casi todos los argentinos. (¿De quiénes, Majul, de los beneficiarios de la AUH que no podían comprar dólares, de los jubilados que no podían repatriar dividendos al exterior?) Cristina Fernández también fracasó en su intento de imponer a su candidato. (¿Y antes en que había fracasado? porque la nota no lo dice) Para empezar, tuvo que apoyar a uno que no soportaba, Daniel Scioli. (Viene bien que lo aclares, porque los que lo impusieron ahora dicen que la culpa de que perdiera la tuvo ella y piden autocrítica) Para seguir, era tan ostensible el desprecio que tenía por Scioli, que terminó favoreciendo con sus decisiones sobre las demás candidaturas, el triunfo de su adversario, Mauricio Macri. (A ver) El día que se escriban los detalles de la historia reciente de la Argentina, (No lo hagás vos, te lo pedimos por las nenas, por Dalma y por Gianina) no se podrá obviar el hecho de que fue decisión de Cristina imponer a Aníbal Fernández como postulante a gobernador de la provincia contra María Eugenia Vidal.(Pero hubo una interna abierta Luis, votó la gente y ganó él) Fue esa decisión clave la que terminó aportando a Macri los votos necesarios para doblegar a Scioli. (Pero Luis, Scioli ganó en Buenos Aires en la primera vuelta y en el balotaje la presidencial, pero perdió en Córdoba con el 71 % de los votos en contra. ¿Vos decís que a Schiaretti también lo puso Cristina?)
A esta altura de la comparación, nadie debería dudar sobre la capacidad de uno y de otra para manejar los tiempos políticos en medio de la tormenta. (Si leyó esta nota, lejos de dudar, debería tener un mambo bárbaro en la cabeza, y no entender nada) El ex dirigente metalúrgico estuvo a punto de lograr su deseo de transformarse en presidente una vez más. (Falta todavía, Luis, las elecciones son en octubre y el cierre de candidaturas en agosto, no te apurés) De hecho, todavía las encuestas lo muestran como uno de los candidatos con más posibilidades de ganar las elecciones nacionales de octubre próximo. (Exacto, por eso lo metieron preso) Tanto en primera como en segunda vuelta. Aunque la mayoría de los expertos sostienen que la final la interpretación de las leyes no se lo permitirá, (O sea que no depende de las encuestas, ni de la intención de voto ni de la opinión de la gente, sino de los jueces, que lo piensan proscribir, hay una pequeña diferencia) llegará a las últimas instancias con una expectativa cierta de triunfo.
Cristina Fernández, en cambio, hace tiempo que inició su caída final. (Pero todavía les da que hablar, tanto que no hablan de otra cosa, todo el tiempo) Es verdad que todavía conserva una intención de voto de más del 25 % a nivel nacional. (Con lo cual suma sola más que el resto de los opositores, todos juntos) Pero también es cierto que esa expectativa, lo único que hace, es favorecer la fragmentación del voto de la oposición. (Ah, los otros se fragmentan en 50 pedacitos de 0,5 % de intención de voto cada uno, porque Cristina tiene el 25 %, ya entendimos) O para decirlo de otra manera: garantizar una nueva victoria de Mauricio Macri candidato a presidente para el año 2019. (¿Qué más querés Luis? descorchá un champú, son cuatro años más de levantarla con pala para hablar...de Cristina) Tampoco se parecen tanto las denuncias que pesan sobre Lula y las que tienen en vilo a Cristina Fernández de Kirchner. El delito que puso al ex presidente de Brasil en una cárcel vip es la presunta aceptación de una dádiva de una constructora, que le habría comprado un tríplex en Guarujá y habría pagado además las refacciones y los arreglos. (O sea, mucho menos que un PBI, en el San Clemente del Tuyú brasileño) Todo, por un total de U$S 1.200.000. (Menos que los bolsos de López, casi lo mismo que las transferencias de Arribas, de una empresa brasileña, mirá vos) En el caso de la ex presidenta de la Argentina, se la acusa de ser la jefa de una asociación ilícita y de favorecer a los mismos empresarios (¿A cuáles, a los que le compraron el tríplex a Lula?) que le entregaron retornos en diferentes modalidades y por decenas de millones de dólares. ("Diferentes modalidades", "decenas de millones", es de admirar tu precisión, Luis)
La otra gran diferencia entre Lula y la ex jefa de Estado de nuestro país es el sistema judicial. (Sí, uno es horrible y el otro espantoso) En Brasil, un juez de Curitiba, Sergio Moro, pudo privarlo de su libertad por un tiempo relativamente breve. En la Argentina, a pesar de las contundentes evidencias que la inculpan, incluida la prisión efectiva (Preventiva, y de pedo, Luis, informáte un poco) de su contador, Víctor Manzanares, Cristina Fernández sigue libre, vivita, coleando, y dando clases de política y de moral, protegida por el bloque mayoritario de Senado. (Tres aclaraciones, Luis, ya que estamos comparando: 1) Lula no tiene fueros, 2) Tiene una condena, no una preventiva con la "doctrina Irurzun", 3) A Cristina le pidieron el desafuero por la denuncia de Nisman, nada que ver con asociaciones ilícitas y corrupciones. Y todos los que estaban en su misma situación menos Esteche, ya están libres. ¿No era de comparaciones esta nota?) Esa mayoría hace que la Cámara alta termine funcionando más como una guarida para presuntos delincuentes que como una organización creada para elaborar leyes. ("Una organziación creada para elaborar leyes". Que horrible escribís, Majul. Igual, si son "presuntos" no hay tal guarida)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.
Sólo pude leer hasta lo de "la tragedia del Once a principios del 2011".
ResponderEliminarSi Macri es el gobierno de los ricos, por los ricos, para los ricos, Majul es el "periodismo" de los burros, por los burros y para los burros.
El famoso "vamos por todo" de Cristina fue el 27 de febrero de 2012 en un acto en Rosario.
ResponderEliminarEn realidad es como dice Majul: Cristina movió los labios y se puede ver que dijo "vamos por todo", pero fuera de micrófono y dirigiéndose a la militancia que estaba al costado del escenario, no en el discurso público.
Que se haya montado toda una campaña acerca del "vamos por todo" basado en algo no dicho en el discurso, muestra el grado de locura de los medios.
La Nazi On, un año después del hecho, dedicó una nota al aniversario del "vamos por todo".
La verdad, si las ratas se la inngeniaron para morfarse, o fumarse, media tonelada de mary juana..... ustedes las ofenden malamente comparándolas con luisito, no se merecen ser compasarads con un especimen como éste.... unas usan el cerebrito, el coso ése lo tiene difunto por falta de uso... hay diferencia ahí.
ResponderEliminarLo de guarida para presuntos delincuentes se refiere a Gladys González, calculo. ¿O no?
ResponderEliminarJusto estaba tomando un mate cuando leí el título de este post. Y me atraganté de la risa. Gracias por ponerle humor a mis mañanas
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