Como es sabido, anoche la Cámara de Diputados aprobó el proyecto que le pone un freno a los tarifazos consensuado entre los bloques opositores, con números contundentes 133 votos a favor contra 94 en contra, y 133 contra 90, en la votación en particular.
La imagen de apertura corresponde a la parte del acta que marca los ausentes al momento de votarse en general, y la de cierre a la de la votación en particular: como pueden ver, la mayoría de las ausencias correspondieron a diputados del interbloque "Cambiemos", casi en su totalidad de la Coalición Cívica; empezando por Carrió.
Que luego de votar la ley de su autoría con la cual resolvería el problema del precio del chivo en los supermercados se rajó, para ya no volver; y fue reemplazada en su banca por una gigantografía de cartón.
Que al fin y al cabo, es más barata (no cobra sueldo ni canjea pasajes) y más tolerable, porque no hay que escucharla decir pelotudeces.
El raje fue la estrategia elegida por Carrió para que su tropa no tuviera que poner la caripela bancando los tarifazos, pensando que de ese modo no pagarán los costos políticos que paga el gobierno por sostenerlos, incluso al extremo de que Macri tenga que vetar la ley si el Senado también la aprueba.
Es decir entonces que pese a las públicas promesas de amor de Elisa para Mauricio, ya empieza a tomar distancia del desastre en ciernes, que no es otra cosa que la estrategia que siguió en su momento para despegarse del gobierno de De La Rúa, sin resultados: Carrió también fue alcanzada por la ola del "que se vayan todos" que le impedía a cualquier dirigente político conocido sentarse en un bar a tomar un café; de la que los rescató Néstor Kirchner reivindicando a la política ante los ojos de la sociedad, aunque jamás lo reconocerán.
Y esta vez cuando suceda de nuevo (porque todo indica que de algún modo u otro sucederá) no estará Kirchner para rescatarla, y se hundirá con el naufragio del Titanic, aunque crea que consiguió bote salvavidas huyendo oportunamente, como anoche.
Un síntoma más de la descomposición política del oficialismo, que así como se le bajan ratas del barco antes del naufragio, pesca algunos "apoyos tácticos" entre los gobernadores: ahí están las ausencias de los diputados santiagueños y misioneros (que de haber estado presentes y votar en contra le habrían propinado una derrota más contundente aun al oficialismo, que la que tuvo.
Y también hubo gobernadores (en éste caso del PJ) que pusieron los huevos en dos canastas, apostando a dividir sus diputados entre el voto a favor del proyecto, y las ausencias funcionales al gobierno: ahí están los cordobeses de Schiaretti, por ejemplo.
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