viernes, 19 de octubre de 2018

EL DILEMA DE REUTEMANN


La Sociedad Rural de Santa Fe cuestionó duramente las intenciones de seguir incrementando la presión fiscal sobre el sector (¿por qué “seguir”, cuando empezaron?) y ofreció “poner números sobre la mesa” (eso, números y comprobantes de pago de impuestos, cargas sociales, etc. Ah, no, pará...) para demostrar que un amplio espectro de productores (tamberos, ganaderos, agricultores) y sus familias “están insertas sin dudas en las clases medias y bajas de nuestra sociedad”, (Seguro, pero no precisamente los que ellos representan) mientras “la clase política argentina, salvo honrosas excepciones goza de privilegios propios de las clases altas”.(Ah, o sea que los privilegios están reservados solo a las clases altas, como una derecho natural. Más claro no se podía decir)

El parte lleva por título una pregunta retórica: “Y si en lugar de aumentar la presión tributaria a la Producción Agropecuaria, probamos reduciendo el gasto desmedido del Estado y la clase política?”. (¿Y si probamos pagando impuestos para poder hablar con propiedad de “presión tributaria”? Igual, esas ideas suenan muy parecidas a las que aplicaron Alzogaray, Krieger Vassena, Martínez de Hoz, Caballo y ahora Macri, siempre con la venia...de la Sociedad Rural, y los resultados conocidos) En el texto se cuestionan especialmente los dichos del gobernador jujeño Gerardo Morales y el “ex funcionario kirchnerista” Sergio Massa, sobre la conveniencia de subir impuestos al agro, (Ah, que alivio, por un momento pensamos que cuestionaban la prisión de Milagro Sala. Pará un cachito: ¿cuestionan que un tipo diga que hay que aumentarles impuestos, no que efectivamente se los hayan aumentado?) así como también la intención del gobierno nacional de obtener en el Congreso el aval para elevar hasta el 33% el impuesto a las exportaciones cuando se considere necesario.(Otra vez: se están quejando de que les podrían llegar a cobrar un impuesto. ¿Qué queda para los que ya los venimos pagando?)

En ese contexto, el presidente de la entidad, Ricardo Argenti, declaró esta mañana a la emisora LT9 que observan con preocupación que “el empleo público es apetecible” para el común de la población, (Obvio, es en blanco, con aporte jubilatorio y obra social, y estabilidad. Todas características desconocidas para el agrogarca promedio) por ejemplo frente al riesgo y la escasa rentabilidad que ofrece la actividad privada. (Tomá un pañuelo. O mejor, secáte con un dólar o una LEBAC, y aguantá que arrancamos con una encuesta “Más por Menos” para ustedes) Incluso afirmó que muchos productores preferirían garantizarse un ingreso por esa vía: (Obvio, sin ir más lejos fue lo que hizo Reutemann, ponéle: ser gobernador para no aumentar el Inmobiliario Rural, ser senador para votar en contra de las retenciones y además juntar aportes jubilatorios, cosa que en el campo, imposible) “vamos a la pequeña economía; a lo que un pequeño ganadero, tambero o agricultor se lleva a su casa para sus gastos familiares (Un litro de leche, un poco de puchero, algunas papas, para poner en la olla, y algunos canutos de soja para poner en el silobolsa) y ahí te vas a dar cuenta por qué todos quieren terminar siendo empleados públicos; porque la gente no es zonza”.(Claro, por eso votó a Macri, que la única promesa que cumplió fue eliminar algunas retenciones, y bajar otras. Pero “asfixiante presión tributaria” y coso)

Tal afirmación surgió al evaluar la consideración que el agro tiene en el imaginario colectivo, caracterizado por la creencia de que el sector se compone casi exclusivamente de terratenientes que obtienen altas rentas sin mayores inversiones ni riesgo.(Pero no, quien te dijo, si en el 2008 estaba lleno de autos con la calco “Somos el campo” en la luneta, y había gente sin una maceta de tierra en el balcón que iba a los piquetes para apoyarlos. ¿Vos decís que esa percepción social ha cambiado?)

(Las negritas son nuestras, el original acá)

No hay comentarios:

Publicar un comentario