“La
Sociedad Rural de Santa Fe cuestionó duramente las intenciones de seguir
incrementando la presión fiscal sobre el sector (¿por qué “seguir”, cuando
empezaron?) y ofreció “poner números sobre la mesa” (eso, números y
comprobantes de pago de impuestos, cargas sociales, etc. Ah, no, pará...) para
demostrar que un amplio espectro de productores (tamberos, ganaderos,
agricultores) y sus familias “están insertas sin dudas en las clases medias y
bajas de nuestra sociedad”, (Seguro, pero no precisamente los que ellos
representan) mientras “la clase política argentina, salvo honrosas
excepciones goza de privilegios propios de las clases altas”.” (Ah, o sea que los privilegios están reservados solo a las clases
altas, como una derecho natural. Más claro no se podía decir)
“El
parte lleva por título una pregunta retórica: “Y si en lugar de aumentar la
presión tributaria a la Producción Agropecuaria, probamos reduciendo el gasto
desmedido del Estado y la clase política?”. (¿Y si probamos pagando
impuestos para poder hablar con propiedad de “presión tributaria”? Igual, esas
ideas suenan muy parecidas a las que aplicaron Alzogaray, Krieger Vassena,
Martínez de Hoz, Caballo y ahora Macri, siempre con la venia...de la Sociedad
Rural, y los resultados conocidos) En el texto se cuestionan especialmente
los dichos del gobernador jujeño Gerardo Morales y el “ex funcionario
kirchnerista” Sergio Massa, sobre la conveniencia de subir impuestos al agro, (Ah,
que alivio, por un momento pensamos que cuestionaban la prisión de Milagro
Sala. Pará un cachito: ¿cuestionan que un tipo diga que hay que aumentarles
impuestos, no que efectivamente se los hayan aumentado?) así como también
la intención del gobierno nacional de obtener en el Congreso el aval para
elevar hasta el 33% el impuesto a las exportaciones cuando se considere
necesario.” (Otra vez: se están quejando de que les
podrían llegar a cobrar un impuesto. ¿Qué queda para los que ya los venimos
pagando?)
“En ese
contexto, el presidente de la entidad, Ricardo Argenti, declaró esta mañana a
la emisora LT9 que observan con preocupación que “el empleo público es
apetecible” para el común de la población, (Obvio, es en blanco, con aporte
jubilatorio y obra social, y estabilidad. Todas características desconocidas
para el agrogarca promedio) por ejemplo frente al riesgo y la escasa
rentabilidad que ofrece la actividad privada. (Tomá un pañuelo. O mejor,
secáte con un dólar o una LEBAC, y aguantá que arrancamos con una encuesta “Más
por Menos” para ustedes) Incluso afirmó que muchos productores preferirían
garantizarse un ingreso por esa vía: (Obvio, sin ir más lejos fue lo que
hizo Reutemann, ponéle: ser gobernador para no aumentar el Inmobiliario Rural,
ser senador para votar en contra de las retenciones y además juntar aportes
jubilatorios, cosa que en el campo, imposible) “vamos a la pequeña
economía; a lo que un pequeño ganadero, tambero o agricultor se lleva a su casa
para sus gastos familiares (Un litro de leche, un poco de puchero, algunas
papas, para poner en la olla, y algunos canutos de soja para poner en el
silobolsa) y ahí te vas a dar cuenta por qué todos quieren terminar siendo
empleados públicos; porque la gente no es zonza”.” (Claro,
por eso votó a Macri, que la única promesa que cumplió fue eliminar algunas
retenciones, y bajar otras. Pero “asfixiante presión tributaria” y coso)
“Tal
afirmación surgió al evaluar la consideración que el agro tiene en el
imaginario colectivo, caracterizado por la creencia de que el sector se compone
casi exclusivamente de terratenientes que obtienen altas rentas sin mayores
inversiones ni riesgo.” (Pero no, quien te dijo, si en
el 2008 estaba lleno de autos con la calco “Somos el campo” en la luneta, y
había gente sin una maceta de tierra en el balcón que iba a los piquetes para
apoyarlos. ¿Vos decís que esa percepción social ha cambiado?)
(Las negritas son nuestras, el original acá)
No hay comentarios:
Publicar un comentario