Tal como da cuenta la imagen de apertura, el viernes apareció publicado en el Boletín Oficial el Decreto 104 (completo acá),
por el cual Macri decide transformar a Fabricaciones Militares en una Sociedad
del Estado (SE) regida por la Ley 20.705, sancionada en 1974.
Hasta entonces, la
empresa venía funcionando como un ente autárquico del Estado nacional desde su
creación en 1941 durante el gobierno de Ramón Castillo, por la Ley 12.709; y
durante el menemismo se intentó privatizarla.
Como Sociedad del
Estado y de acuerdo con la Ley 20.705 que rige a éste tipo de entes, no pueden
transformarse en sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria ni
admitir bajo ningún concepto la participación de capitales privados (artículo
3); así como tampoco pueden ser declaradas en quiebra ni liquidadas, sin
autorización especial del Congreso (artículo 5).
Hasta acá, pareciera que el gobierno dictó un acto que va en contra de
todos sus precedentes, reforzando el carácter estatal del organismo. Sin
embargo, a poco que se analiza en detalle el decreto, se le ven las patas a la
sota: por su artículo 2 se aprueba el Estatuto Social de la SE, cuyo artículo 5
inciso iv) la faculta expresamente a “Realizar actos de disposición sobre
bienes muebles e inmuebles, registrables o no”, o sea a vender inmuebles de
su propiedad.
Exactamente igual que la Agencia Nacional
del Deporte creada por DNU esta misma semana como ente autárquico, como era
hasta ayer Fabricaciones Militares pero sin esa atribución especial en sus
normas de creación. Y como pasó con la Agencia y lo muestra la imagen de
apertura (que corresponde a ésta nota de Infobae) la excusa es la misma: el
organismo se había convertido (como se dijo en el caso de la disuelta
Secretaría de Deportes) en una “cueva de kirchneristas” que ejercerían una
suerte de gobierno paralelo, como el de Guaidó, pero acá, ¿vieron?
Un verdadero modus operandi de un gobierno
desguazador del Estado para negocios privados, aun cuando parece que adopta
modalidades que inhibirían privatizaciones: la política parece ser la de “no te
morirás, pero te irás secando”: primero desfinanciar los organismos públicos
presupuestariamente, para luego vender sus activos. El Estado convertido en una
agencia inmobiliaria.
Y para que no queden dudas de cuáles son las
preocupaciones principales del gobierno, el decreto en su artículo 4 fija un
plazo de 180 días para negociar con los trabajadores de Fabricaciones
Militares, un nuevo convenio colectivo de trabajo que reemplace el que
actualmente los rige; sin que se puede descartar que al transformarla en una
sociedad, traten de remitirlos al ámbito de la Ley de Contrato de Trabajo”.
Por todo fundamento de la medida, el decreto
señala que “...resulta conveniente avanzar en la concreción de un marco jurídico
que posibilite la reorganización administrativa, contable y financiera de dicha
Dirección General, con el propósito de facilitar su operación con un nivel de
dinamismo, eficiencia y economicidad comparables con el resto de las empresas
pertenecientes al sector privado con incidencia en el ámbito de la producción
de materiales para la defensa y la seguridad.”. Es
decir, el credo liberal de que lo privado, por definición, es eficiente y lo
público, no. Tuit relacionado:
Vieron que transformaron Fabricaciones Militares en Sociedad del Estado? Saben que puede hacer una SE que no puede un ente autárquico como era hasta hoy? Vender inmuebles de su propiedad. Lo dice el estatuto que aprobaron. Como la Agencia del Deporte, vieron?— La Corriente K (@lacorrientek) 1 de febrero de 2019
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