LA FRASE

"HABÍA DOS BOTONES, UNO VERDE Y OTRO ROJO, Y YO PENSÉ "EL ROJO DEBE SER PARA VOTAR A FAVOR DE CUBA"." (DIANA MONDINO)

domingo, 3 de febrero de 2019

REAL ESTATE


Tal como da cuenta la imagen de apertura, el viernes apareció publicado en el Boletín Oficial el Decreto 104 (completo acá), por el cual Macri decide transformar a Fabricaciones Militares en una Sociedad del Estado (SE) regida por la Ley 20.705, sancionada en 1974.

Hasta entonces, la empresa venía funcionando como un ente autárquico del Estado nacional desde su creación en 1941 durante el gobierno de Ramón Castillo, por la Ley 12.709; y durante el menemismo se intentó privatizarla.

Como Sociedad del Estado y de acuerdo con la Ley 20.705 que rige a éste tipo de entes, no pueden transformarse en sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria ni admitir bajo ningún concepto la participación de capitales privados (artículo 3); así como tampoco pueden ser declaradas en quiebra ni liquidadas, sin autorización especial del Congreso (artículo 5).

Hasta acá, pareciera que el gobierno dictó un acto que va en contra de todos sus precedentes, reforzando el carácter estatal del organismo. Sin embargo, a poco que se analiza en detalle el decreto, se le ven las patas a la sota: por su artículo 2 se aprueba el Estatuto Social de la SE, cuyo artículo 5 inciso iv) la faculta expresamente a “Realizar actos de disposición sobre bienes muebles e inmuebles, registrables o no”, o sea a vender inmuebles de su propiedad.

Exactamente igual que la Agencia Nacional del Deporte creada por DNU esta misma semana como ente autárquico, como era hasta ayer Fabricaciones Militares pero sin esa atribución especial en sus normas de creación. Y como pasó con la Agencia y lo muestra la imagen de apertura (que corresponde a ésta nota de Infobae) la excusa es la misma: el organismo se había convertido (como se dijo en el caso de la disuelta Secretaría de Deportes) en una “cueva de kirchneristas” que ejercerían una suerte de gobierno paralelo, como el de Guaidó, pero acá, ¿vieron?

Un verdadero modus operandi de un gobierno desguazador del Estado para negocios privados, aun cuando parece que adopta modalidades que inhibirían privatizaciones: la política parece ser la de “no te morirás, pero te irás secando”: primero desfinanciar los organismos públicos presupuestariamente, para luego vender sus activos. El Estado convertido en una agencia inmobiliaria.

Y para que no queden dudas de cuáles son las preocupaciones principales del gobierno, el decreto en su artículo 4 fija un plazo de 180 días para negociar con los trabajadores de Fabricaciones Militares, un nuevo convenio colectivo de trabajo que reemplace el que actualmente los rige; sin que se puede descartar que al transformarla en una sociedad, traten de remitirlos al ámbito de la Ley de Contrato de Trabajo”.

Por todo fundamento de la medida, el decreto señala que “...resulta conveniente avanzar en la concreción de un marco jurídico que posibilite la reorganización administrativa, contable y financiera de dicha Dirección General, con el propósito de facilitar su operación con un nivel de dinamismo, eficiencia y economicidad comparables con el resto de las empresas pertenecientes al sector privado con incidencia en el ámbito de la producción de materiales para la defensa y la seguridad.”. Es decir, el credo liberal de que lo privado, por definición, es eficiente y lo público, no. Tuit relacionado:

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