miércoles, 13 de marzo de 2019

GOLOSOS


Que los bancos son los grandes ganadores del modelo de valorización financiera en cualquier momento y lugar que se lo ensaye en el mundo no caben dudas, y la Argentina de Macri no es la excepción: se cuentan entre los grandes beneficiarios de las políticas implementadas por su gestión, desde el primer momento.

Por eso no sorprende lo que se cuenta en esta nota de Ambito Financiero: los bancos obtuvieron en los últimos días subas sustanciales de las tasas que cobran por las LELIQ´s que coloca el gobierno para absorber pesos y evitar que se vayan al dólar; y son “remolones” (“golosos” dice la nota), para trasladar esa mejora en los rendimientos a los intereses que pagan a los ahorristas por los plazos fijos; con lo cual el “spread” (la diferencia) entre las tasas activas y pasivas son mayores, y mayores en consecuencia sus ganancias.

Claro está que ese es precisamente el corazón del negocio bancario: intermediar entre la oferta y la demanda de dinero, y hacer la diferencia entre lo que cobran por prestarlo, y lo que pagan por recibirlo en depósito. Pero como dice la nota, los bancos no “crean” el dinero que prestan, sino que lo toman de sus depositantes, o sea: se hacen ricos con la plata de otros.

Las LELIQ’s, se sabe, son activos financieros a los que solo pueden acceder los bancos, a diferencia de sus antecesoras las LEBAC’s que estaban disponibles para los ahorristas comunes: para desarmar una bomba racimo cebada durante la desastrosa gestión de Sturzenegger al frente del Banco Central, para -en teoría- absorber el excedente de dólares (en su mayoría especulativos, llegados por el canal financiero), y sostener las “metas de inflación”, el gobierno creó otra peor, pero concentrada en los bancos; que junto con los exportadores (exentos de liquidar las divisas en el país) son los que controlan el mercado del dólar hoy en día.

Una bomba que ya está alcanzando dimensiones alarmantes (el stock de LELIQ’s excedió esta semana el billón de pesos), y que solo trae aparejadas ganancias para los bancos, mientras hunde a la economía en la recesión, con un nivel de tasas insostenibles, que tampoco cumplen el cometido de frenar al dólar: con las últimas subas se volvió al nivel de tasas de hace cinco meses, pero con un dólar más alto.

Y de ese festival tampoco participan los pequeños y medianos ahorristas, porque como las tasas que perciben por sus depósitos a plazo fijo no acompañan la suba de las tasas que el gobierno acepta pagarles a los bancos para que no se dispare el dólar, tampoco esas inversiones se ofrecen como atractivas para competir con la tentación del billete verde.

Al mismo tiempo, se supo en estos días que los bancos privados que habían aceptado (porque no es una imposición) sumarse a la línea de préstamos a tasas menores a las del promedio del mercado (de entre el 25 y el 29 %) para que las Pymes descuenten cheques y documentos que lanzó el gobierno, no quieren cumplir con lo prometido y ofrecerlo...porque subieron las tasas; algo que ellos mismos forzaron, haciendo subir el dólar.

No son ni más ni menos que las consecuencias de la desregulación financiera puesta en marcha por el gobierno de Macri desde diciembre del 2015, abdicando incluso de las potestades asignadas al Banco Central para regular las tasas de interés y el crédito por la reforma introducida en el 2012 en su carta orgánica por la Ley 26.739, que ahora el gobierno quiere dejar sin efecto, por exigencia del FMI, como contábamos hace poco acá.

En primer lugar y en los primeros momentos de la gestión de Sturzenegger, junto con el levantamiento del “cepo” se dejaron sin efecto las resoluciones del BCRA de lagestión Vanoli que establecían una regulación de las tasas de interés; poniendo un “piso” mínimo a la que los bancos podían fijar para los plazos fijos de sus depositantes, y un “techo” máximo a la que cobraban por los préstamos que otorgan; en ambos casos vinculados a un porcentaje de lo que le cobraban al Estado por las LEBAC’s, el activo público más frecuente por entonces.

De ese modo, quedaban fijadas “bandas” que de algún modo delimitaban el tamaño máximo de sus ganancias por la intermediación financiera; y al mismo tiempo, ya en tiempos de Mercedes Marcó del Pont, y en uso de las mismas atribuciones legales, se creó la línea de financiamiento productivo, obligándolos a prestar a las Pymes en condiciones razonables por debajo del promedio de las tasas del mercado, una parte de sus depósitos.

La Ley 24.144 (que aprueba la Carta Orgánica del Banco Central) sigue teniendo el mismo texto que le asignó la Ley 26.739 en el 2012, en su artículo 4 que establece las funciones y facultades del BCRA. Nos interesa destacar su inciso b), que señala que le compete “Regular la cantidad de dinero y las tasas de interés y regular y orientar el crédito;”.

De lo primero (regular la cantidad de dinero) se vienen ocupando en abundancia las conducciones del Banco Central del gobierno de Macri, con la ilusiñón monetarista de suponer que de ese modo combaten la inflación, y contribuyen a la estabilidad de la moneda. A los resultados nos remitimos. 

De los demás aspectos que el artículo determina que son materia de la cual debe ocuparse el Central (regular las tasas y orientar el mercado del crédito) no, porque sería meterse con los negocios de los bancos. Y con los amigos no se jode, aunque ellos te jodan todos los días.

1 comentario:

  1. Del post: "Pero como dice la nota, los bancos --- no “crean” --- el dinero que prestan, sino que lo toman de sus depositantes, o sea: se hacen ricos con la plata de otros"

    Siempre es bueno aprender. ¿Cómo te lo digo? quizá con un "me cagaste la teoría"... Jua!

    A ver, los bancos aprovechan de los depósitos lo que les deja "libre" el encaje (reserva fraccionaria). Y la reserva fraccionaria les permite (por medio de sucesivos depositos) disponer de un dinero "virtual" que no existe como dinero físico. Es decir que los bancos pueden prestar sin tener el dinero físico.

    Supongamos una cuenta sueldo en la que del dinero depositado una parte queda encajada (10% que el banco no puede prestar), y la otra es usada por el propietario de la cuenta en una compra con tarjeta de crédito en cuotas, o lo presta a otra persona o a una PyME dando lugar al proceso de creación de dinero bancario. De esta forma, el dinero físico que el banco presta a esa otra persona o PyME es utilizado para hacer frente a una serie de pagos, y quién recibe estos pagos lo deposita de nuevo en algún banco, de forma que al volver el dinero a los bancos, estos pueden volver a prestarlo a otra persona, por lo que se vuelve a poner en circulación.

    Dado que no es frecuente que las personas retiren sus ahorros de los depósitos bancarios, el proceso de creación de dinero es relativamente seguro. Además, las retiradas se compensan con nuevas entregas, lo que en definitiva da lugar a que el valor de los depósitos puede exceder ampliamente al efectivo que tienen los bancos.

    O sea, los bancos sí crean dinero.

    Entonces, los bancos:

    ¿prestan, o no, a partir de lo que está fuera de lo que tienen encajado?
    ¿pueden comprar, o no, LELIQ's con la emisión secundaria?


    Saludos

    referencia, fuente: ¿Quién y cómo se crea el dinero? - https://www.elblogsalmon.com/

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