viernes, 8 de marzo de 2019

MEMORIAS DE VUELO


Tal como lo indica la imagen de apertura, el gobierno provincial firmó un convenio con la “low cost” Flybondi para subsidiar con fondos públicos (4 millones de pesos) sus operaciones desde el aeropuerto de Rosario, para vincular la ciudad con Buenos Aires y otros puntos del país y del extranjero.

Es decir que mientras cientos de empresas santafesinas caen víctimas de las políticas del gobierno de Macri y los tarifazos en los que también se anota el socialismo, al gobierno de Lifschitz le parece el momento oportuno para subsidiar a una empresa de los amigos del poder (o del poder mismo); que bate además récords de incumplimientos e incidentes en sus vuelos, que ponen en riesgo la seguridad de los pasajeros transportados.

Al parecer, no fue suficiente con que la provincia lleve invertidos ya más de 1750 millones de pesos para adaptar la infraestructura de los aeropuertos de Sauce viejo y Rosario a la política de “cielos abiertos” impulsada por el gobierno de Macri; 1400 de ellos en Fisherton.

Una política (la de “cielos abiertos” y la apertura a las “low cost”) que el socialismo comparte ampliamente, ya que no es la primera vez que subsidia aerolíneas privadas (en lugar de hacerlo, por ejemplo, con el boleto de colectivo de modo de compensar plenamente la caída de los subsidios nacionales): recordemos que en su momento lo hizo Bonfatti con Sol Líneas Aéreas, caso en el cual se llegó al extremo de que al ocurrir la tragedia de Río Negro, en la que en un vuelo de la empresa perdieron la vida 22 personas, el gobierno provincial emitió un comunicado apresurándose a deslindar toda responsabilidad de la empresa.

Distinta fue la conducta del socialismo, en cambio, cuando se trataba de la aerolínea de bandera: recordábamos hace poco acá que al discutirse en el Congreso nacional la recuperación por el Estado de Aerolíneas Argentinas, los legisladores del socialismo votaron en contra; con el argumento de que los argentinos no podían hacerse cargo de los pasivos que había generado el grupo Marsans.

Uno de ellos llegó a decir en el transcurso del debate que se oponían a la estatización porque de ese modo pagarían lo que costaba tener a Aerolíneas bajo la esfera del Estado, personas que no podían viajar en avión. Es decir, lo mismo que podría decirse en éste caso, en el que el gobierno de Lifschitz decide subsidiar a Flybondi.

Y más acá en el tiempo, cuando Aerolíneas había vuelto a ser conducida por el Estado nacional pero no existía la política de “cielos abiertos” (que, reiteramos, el socialismo apoya desde siempre), el gobierno provincial en manos del Frente Progresista hacía lobby para que la chilena LAN operara desde el aeropuerto eRosario, en desmedro de la aerolínea de bandera

No se puede decir que no tienen una línea de coherencia.

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