El socialismo perdió el domingo tras 12 años
de gobernar la provincia de Santa Fe, la mitad de los 24 años en que gobernó el
PJ desde la vuelta a la democracia.
Bonfatti obtuvo
119.928 votos menos que Hermes Binner en el 2007, y 14.209 votos menos que él mismo
para el mismo cargo en el 2001, con un padrón considerablemente aumentado desde
entonces. Y si no obtuvo menos votos que Miguel Lifschitz en el 2015, es por el
estrepitoso derrumbe del PRO/Cambiemos desde Miguel Del Sel a Corral.
Perdieron las senadurías
de los dos Departamentos más importantes de la provincia por cantidad de
electores (La Capital y Rosario), como consecuencia de lo cual a partir de
diciembre el partido no tendrá representación en el Senado provincial. Ya la habían
perdido en el Senado nacional en el 2015, cuando Hermes Binner perdió en su
intento por ser al menos senador por la minoría, frente a Reutemann y Omar
Perotti.
En la Cámara de Diputados de la nación y como consecuencia del
desastroso resultado en las elecciones legislativas del 2017 (apenas arañaron)
tenían un solo diputado (Luis Contiggiani) de los 11 que supieron tener en su
mejor momento, que para peor formó un monobloque separado del partido desde que
votó en contra de la despenalización del aborto.
La lista encabezada
por Miguel Lifschitz ganó en la categoría de diputados provinciales y en
consecuencia tendrá las 28 bancas que le asigna
la mayoría automática la Constitución de la provincia, lo que les hace
pensar que desde allí podrá intentar volver a la Casa Gris en el 2019. Lo mismo
pensaba Bonfatti cuando estuvo en esa misma posición entre el 2015 y las
elecciones de este año, y ya vimos como terminó la cosa.
Los electos
intendentes de Rosario (Pablo Javkin) y Santa Fe (Emilio Jatón) no pertenecen
al Partido Socialista, ni son afiliados al mismo. Javkin incluso derrotó en las
PASO a la candidata socialista para la intendencia que manejaron los últimos 30
años.
Después de apoyar
la candidatura presidencial de Elisa Carrió en el 2007 y ponerle el candidato a
vice (Rubén Giustinianni), llevaron como candidato a presidente a Hermes Binner
en el 2011, para que terminara segundo pero a 38 puntos porcentuales de
distancia de Cristina.
En el 2015 apoyaron
a Margarita Stolbizer, que obtuvo apenas el 2,51 % de los votos para
presidenta, y ya entre las PASO y la primera vuelta de la elección general, le
soltaron la mano con la campaña de la tijerita, para intentar salvar la lista
de diputados, y la candidatura de Binner a senador nacional, con los resultados
ya señalados. Para las presidenciales de este año, en teoría apoyarían la
fórmula Lavagna-Urtubey, porque Lifschitz se quedó afuera de la candidatura a
vicepresidente.
Datos, no opinión.
Datos que marcan una línea continua de declive electoral, político y de
espacios de representación de un partido que nació municipal porteño, habilitó
una sucursal municipal santafesina con éxito para proyectarse a la provincia
durante algunos años, que desperdició sin poder afianzarse territorialmente en
Santa Fe (a lo largo y a lo ancho de su territorio), ni mucho menos proyectarse
a nivel nacional como una fuerza en condiciones de terciar en la disputa con
alguna chance más o menos cercana de éxito.
Salvo cambios
sustanciales de mediano plazo que no se avizoran en el presente (entre ellos,
remover a la gerontocracia que conduce el partido como un club de bochas, sin
demasiada discusión interna, aunque no exento de puteríos), tienen cantado el
mismo destino del Partido Demócrata Progresista: una lenta pero paulatina
extinción.
En el socialismo santafesino se viene una revolución. Ahora va a asumir la conducción el "gabinete joven",que están por cumplir 50, pero al lado de Binner y Bonfatti son bebes de teta.
ResponderEliminarEl Colo.