lunes, 9 de septiembre de 2019

LA PREGUNTA DE LOS MILLONES


En las últimas presentaciones de "Sinceramente" en distintos puntos del país, Cristina viene siendo insistente en un punto en particular: se pregunta -de modo retórico- donde están los 57.000 millones de dólares que el FMI le prestó al gobierno de Macri, quien se los llevó, y quien va a pagar la deuda que generaron.

El sábado en Posadas recordó también que hace poco, en España, Alberto Fernández dijo que su gobierno iba a honrar las deudas, pero no al precio de imponerle al pueblo argentino mayores sacrificios para pagarla. El kirchnerismo siempre se ha caracterizado por honrar los compromisos de la deuda, y al mismo tiempo hacer crecer al país, e instrumentar políticas de fomento al empleo y distribución de la riqueza, de modo que cuenta con antecedentes en la materia.

Decimos que la pregunta de Cristina es retórica, porque ella misma la responde en sus presentaciones: los dólares de la deuda se fueron por la canaleta de la fuga de capitales, como también les advirtió Alberto Fernández a los miembros de la misión del FMI en el país, en persona y por escrito. Y violando para eso los propios acuerdos constitutivos del Fondo, como les recordó en cada oportunidad que se encontraron.

De modo que no puede haber mayores misterios al respecto de cual sea la postura de la fórmula del "Frente de Todos": pagar sí, pero sin imponerle mayores sacrificios y privaciones a las grandes mayorías, que las que ya le ha infligido el macrismo; concepto que es perfectamente aplicable al conjunto de la deuda.

Del otro lado de la vereda, hace poco la AEA (es decir, e club exclusivo que nuclea a los empresarios y las empresas más grandes del país) volvió a reclamar una mejor injerencia del Estado en la vida de las empresas, y una rebaja de la presión tributaria, como hacen cada vez que pueden. Lo mismo acaba de decir la cúpula empresarial nucleada en la UIA, y el punto de la rebaja de inpuestos, es "una de las tres o cuatro cosas" en la que los grandes empresarios argentinos parecen estar todos de acuerdo; y no pocos de los no tan grandes.

Como al mismo tiempo reclaman terminar con el déficit fiscal, no es necesario ser un premio Nobel de Economía para darse cuenta como quieren conseguirlo: con una brutal reducción del gasto público. Pues bien, ajuste fiscal para generar excedentes para pagar deuda es. ni más ni menos, el programa del gobierno de Macri que acaba de ser rotundamente rechazado por los argentinos en las PASO, junto con las reformas "estructurales" que estos sectores siempre reclaman, como la flexibilización laboral.

Néstor Kirchner decía (y hoy lo repiten Cristina y Alberto con las mismas palabras, u otras parecidas) que los muertos no pagan sus deudas, y que cualquier país para hacerlo, debe crecer, no ajustarse: para pagar las deudas (con el FMI, con los bonistas privados), el Estado necesitará recursos, y esos recursos no pueden salir del bolsillo o los derechos de los que menos tienen, en forma de menos salud, educación, jubilaciones, obra pública o protección social; es decir los bienes que el Estado debe proveer porque el mercado no lo hace.

Con la excusa de la "insportable presión tributaria" y garantizar beneficios para el capital que "derramarían· en forma de inversiones, los principales grupos empresarios del país consiguieron del gobierno de Macri el primer blanqueo de la historia en el que no era obligación legal traer los bienes exteriorizados al país (más del 93 % de lo blanqueado sigue afuera), la derogación del Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta, la reducción a un ridículo 0,25 % de la alícuota de Bienes Personales, el ajuste por inflación de los balances empresarios para el pago de Ganancias, la rebaja de los aportes patronales a la seguridad social, el perdón de las multas por el trabajo informal (el blanqueo supuso además la amnistía fiscal por lo declarado) y la derogación del pago de Ganancias por la distribución de los dividendos empresariales. Por estos días muchos de ellos se están apropiando del sacrificio fiscal que hace el Estado al eliminar el IVA de algunos productos de la canasta básica.

Por eso apoyaron tan fervientemente a este gobierno y apostaron a la reelección de Macri hasta el urnazo del 11 de agosto, y ahora quieren hacer borrón y cuenta nueva, y seguir como si nada hubiera pasado;exigiendo que el "Frente de Todos" si llega al gobierno los trate del mismo modo y persevere en las mismas políticas que ya fracasaron.

En estos cuatro años además tuvieron todas las facilidades posibles para acceder a comprar divisas, o no traerlas al país si eran exportadores, hasta el "cepo" de hace algunos días; y muchos de ellos se endeudaron fuertemente en dólares, alentados por el gobierno. Deuda corporativa que se suma al endeudamiento global del país en forma de demanda futura de divisas que profundizarán la restricción externa; y en este punto no es ocioso recordar que precisamente la AEA se formó en el 2002, en medio de la anterior crisis, para presionar al gobierno de Duhalde por la pesificación de los pasivos empresarios en dólares, regalo que finalmente terminaron consiguiendo.

Y estos grandes grupos empresarios que otra vez están reclamando veladamente que nosotros paguemos su fiesta, son también expertos en el deporte de fugar capitales, como cuentan en ésta nota de Página 12 Rapoport y Musacchio, y en esta otra de "Nuestra Voces" Lidia Rodríguez Olives: si entre los principales fugadores de todos los tiempos desde el 76' para acá figuran siempre los principales miembros de la AEA, no es pura casualidad, porque para eso la formaron. 

Por eso como Cristina, todos queremos saber donde está la guita (que indudablemente vino), quien se la llevó y quien va a pagar la cuenta, que no seamos nosotros. Si siguen la línea de puntos de los hechos que relata el posteo, hay una respuesta posible; que nos parece en línea con lo que vienen diciendo ella y Alberto. En la respuesta a esa sencilla pregunta, se juega el futuro del próximo gobierno, y el del país.

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