miércoles, 8 de enero de 2020

EN CASO DE DUDA, CONSULTE A UN GARCA


Cuando se contempló en la ley de emergencia facultar al presidente a disponer por decreto aumentos salariales que fueran aplicables al sector privado surgieron las dudas si de ese modo no se "planchaba" la discusión en paritarias, o que iba a pasar en definitivas con esos ámbitos de negociación: muchos gremios plantearon que se oponían, y dejaron sentado que iban a pedir más o lo que creyeran conveniente; como pasó con Moyano y Camioneros.

Después salió el Decreto 14/20, que dispuso un aumento de 3000 pesos sobre los haberes de enero, y 4000 sobre los de febrero, pero aclarando que el incremento "Deberá ser absorbido por las futuras negociaciones paritarias." (artículo 2 inciso a) del decreto), y que "No deberá ser tenido en cuenta para el cálculo de ningún adicional salarial previsto en el convenio colectivo o en el contrato individual de trabajo, en tanto no sea pactado específicamente para este incremento, un criterio distinto mediante negociación colectiva." (inciso b) del mismo artículo, las negritas son nuestras)

Queda claro entonces que el aumento dispuesto por el decreto es a cuenta de lo que los gremios pacten con las patronales en paritarias, y que incluso en ese ámbito pueden disponer que la suma otorgada sea tenida en cuenta para el cálculo de algún adicional salarial contemplado en los convenios colectivos.

Pero si alguna duda quedara, basta leer esta nota del inefable Julián De Diego en El Cronista de ayer, para despejarla: entre quejas porque "no se respeta la autonomía negocial colectiva", detecta que la medida responde al pacto social planteado por el gobierno, pero "condicionado por los gremios m{as combativos", y "sin participación del empresariado", con lo cual la suma acordada por el presidente "termina siendo un incremento real que desplazará a la negociación colectiva".

Y dice más: que con el decreto se consolida "la unión del Poder Ejecutivo con los sindicatos, que ahora son socios mayoritarios frente a los empleadores, que ahora son minoritarios"; y recuerda que con esta medida, Alberto Fernández retoma la política de Néstor Kirchner de otorgar aumentos de suma fija por decreto, para favorecer a las escalas más bajas de los convenios colectivos, que suelen corresponder a los pactados por los sindicatos con menor poder de negociación, y se complementaba (señala De Diego) con el aumento del salario mínimo vital y móvil por encima de la inflación.

En sus palabras, este aumento salarial por decreto más la reposición de la doble indemnización por despido son "una reforma laboral con el estilo del nuevo gobierno", o sea el diametralmente opuesto al de Macri: se lamenta de que no hayan habido cepo a las paritarias, topes de aumento o congelamiento liso y llano de la negociación colectiva, ni suspensión de las cláusulas de revisión de las paritarias pactadas el año pasado.

Todo eso, luego de quejarse dos párrafos más arriba que el Estado haya "interferido en la autonomía negocial colectiva" de las partes: todos los climas, digamos. Y una opinión a tener en cuenta por si uno se despista, porque refleja como ve el empresario garca promedio la política laboral y de ingresos del nuevo gobierno. Tuit relacionado:

No hay comentarios:

Publicar un comentario