martes, 22 de junio de 2021

EL DOLOR DE YA NO SER

 


Con apenas un día de diferencia, el domingo Maronna en La Capital, y el lunes el "Bigote" Acosta en el diario de Nahuel reclaman nuevos liderazgos para Santa Fe, porque se fueron (algunos para no volver) Binner, Natale, Vernet, Reutemann, Obeid, Lifschitz. Por pudor acaso no se atrevieron a mencionar a Usandizaga, aunque el "Bigote" hasta se le animó a Rubeo padre. Y en el medio, los dos se hicieron tiempo para derramar una lágrima por Evaristo Monti, el amigo del genocida Galtieri.

Los dos podrían ser catalogados como "vacas sagradas" del periodismo político santafesino, en especial rosarino, a cuya opinión vaya uno a saber por qué (o sí sabemos por qué) se le dio importancia durante mucho tiempo en la política santafesina; y algunos hoy consideran imprescindible a la hora de analizar los asuntos políticos de la invencible.

Especialistas en hablar de nada, con zonceras, lugares comunes y metáforas para que nadie entienda pero pasar por leídos, surfearon por más de 30 años las aguas turbias de la política provincial, sin que nada los sacara de su eje: la política como una cosa a la que en el fondo odian, que es inaccesible al común de los mortales y solo pueden explicarla iluminados como ellos, que tienen todos los teléfonos importantes. Y que se reduce, por supuesto, a las roscas para el armado de las listas cada vez que hay elecciones, y no mucho más. 

Hace un tiempo y hablando de Maronna (pero la descripción aplica perfectamemte al "Bigote") decíamos acá que para ser columnista política de los principales medios provinciales bastaba con seguir una serie de tips: "Ensarte como ristra de chorizos un montón de lugares comunes que en el fondo no quieren decir nada, pero escritos de tal modo que parezcan reflexiones profundas y -esto es crucial- originales suyas. Despotrique contra la política, los políticos, sus roscas, internas y enfrentamientos, aunque le den de comer porque vive de eso, que es básicamente sobre lo que escribe siempre.

Nunca -pero nunca de los jamases- aporte una sola fuente corroborable de la “información reservada” que tira, y prescinda en la medida de lo posible de señalar datos concretos y medibles. Si se ve obligado por alguna razón a romper la segunda parte de la regla anterior, jamás en la puta vida amplíe o señale la fuente de la que obtuvo el dato: apele a la credibilidad que su palabra ha generado entre los lectores/televidentes/oyentes.

Lamente siempre -esto es importante y no debe faltar- la decadencia nacional y lo bajo que hemos caído como país, por culpa de la política, los políticos, los sindicatos y los sindicalistas. Jamás incluya en la crítica a los empresarios, que deberán ser presentados como víctimas permanentes de los constantes cambios de las reglas de juego. 

Busque el modo de echarle siempre la culpa de todo lo que anda mal (sea que efectivamente ande mal, o que a usted no le guste, trate de que no se note la diferencia) al peronismo en todas sus formas y manifestaciones; salvo que se trate del peronismo que le gusta a la gente que es antiperonista, como Reutemann, pongámosle. Escriba siempre en difícil, usando muchas palabras del castellano antiguo, sacadas de un diccionario de sinónimos, citando algún autor de algún libro (no es imprescindible que haga al tema tratado): pasará por ilustrado, y ayudará a disimular que en el fondo, no está diciendo nada.".

Hoy a los muchachos les pintó la nostalgia por un pasado que inexorablemente se va, y se les antoja mejor. Sin embargo, ese pasado de la Santa Fe cuya clase política "civilizada" y capaz de lograr consensos era un modelo para el país, incluye la ley de lemas aprobada con sospechas de valijas, el desguace del patrimonio público durante el menemato, la sangrienta represión que se cobró la vida de "Pocho" Lepratti y varios más en diciembre del 2001, el copamiento absoluto de la justicia con funcionarios y militantes (con el estudio Cerrutti en tiempos de Vernet escandalizaba, ya con el de Superti se naturalizó, en tiempos del socialismo), un jefe de policía preso por narcotráfico, la casa de un gobernador baleada y una multitud de casos de complicidad comprobada de estructuras del Estado, la política, la policía y la justicia con el narcotráfico; por solo citar los hechos más vergonzosos.

Tanto es así que cuando apareció en escena un "outsider" de la política santafesina como Marcelo Saín y descubrió que el rey estaba desnudo (es decir, la profunda podredumbre interior de un sistema político "impecable" en apariencia, y sus vínculos con el delito), le hicieron la cruz: estaba mentando la soga en casa del ahorcado, hablando de lo que no debía hablarse, bajo ningún punto de vista. Con más énfasis Maronna, disimulado el "Bigote" porque buscaba moderle el monedero al gobierno de Perotti, habrá que decir -lamentablemente- que con éxito.

Están grandes los muchachos, la vida y la política (la real, no la onírica que ellos describen en sus columnas) los pasó por arriba: miran el teléfono todo el tiempo esperando llamados que no llega, para concretar reportajes que -acaso- ya no son juzgados tan importantes como antes, para construir una carrera política. Cada vez tienen que apelar más a la ficción, porque la ven de afuera y no están "en la cocina", y se nota que les molesta.

Y en especial los pasó el kirchnerismo, al que cada uno a su modo (abiertamente gorila Maronna, peronista facho de derecha el "Bigote") detestan, porque les complicó la cosa: ya no sería en adelante tan fácil explicar la política -ni santafesina ni nacional- con naderías y giros idomáticos barrocos, porque la cosa era más compleja. Fueron -y son- fervientes cultores de la "teoría del alambrado": la política santafesina debe mantenerse al margen de influencias "foráneas" como el kirchnerismo, so riesgo de "conurbanizarse" y perder lo que la distinguió, en los tiempos que añoran.

Es posible que la política santafesina -que estuvo por muchos años manejada por gerontes- necesite un recambio generacional. Lo que no puede esperar a tenerlo es el periodismo político, jubilando a dinosaurios como éstos. Tuits relacionados:

2 comentarios:

  1. Dos delanteros que hace 25 años que no hacen un gol. Eran de madera cuando eran jóvenes, imaginate ahora. Algún amigo o pariente piadoso que los lleve a casa.
    El Colo.

    ResponderEliminar
  2. Lo que tengás para decirle a Pablo Benito decíselo a él, no nos usés a nosotros como mensajeros.

    ResponderEliminar