Aclaración: el posteo no tiene nada que ver con cuestionar o discutir las bondades del etiquetado frontal de los alimentos, tema que está bastante claro. Tan claro como los intereses de la industria alimenticia que se mueven en las sombras para impedir que salga la ley, porque los perjudica.
O con la previsible oposición de la oposición, que no aportó al quórum de la sesión de ayer con la excusa de que debían buscarse consensos más amplios, e incluir otros temas en la agenda: si estás de acuerdo con algo -como ellos dicen que están-, tratás ese algo, lo aprobás, y listo. Si no es puro chamuyo.
El asunto acá es cuando se intenta colar una agenda alternativa a las discusiones más urgentes, algunas de las cuáles pasan más por puertas adentro del gobierno, que en el Congreso, o instalar determinadas cuestiones un tono épico para "levantar a la tropa", a falta de cosas más concretas y tangibles con las que conseguirlo.
Y ese intento es bastante evidente, y corre el riesgo de ni siquiera conseguir esos módicos propósitos, dada la correlación de bancas en Diputados; cámara en la que -por cierto- el proyecto duerme hace largo rato, estando ya aprobado por el Senado.
Lo cual da cuenta que el lobby de las alimenticias no solo presionó y presiona sobre los legisladores de ellos, sino también sobre los nuestros; sumado en algunos casos a la defensa de ciertas producciones de las economías regionales, como pasa con el ahora jefe de gabinete Manzur, y el azúcar tucumano.
Los alimentos son siempre un problema al cual los gobiernos deben prestarle atención prioritaria, y en especial en estos momentos, en la Argentina y post PASO. Pero no solo son (o pueden ser) un problema para la salud, sino fundamentalmente, para el bolsillo.
Todo indica que septiembre volverá a superar el 3 % de inflación, y que otra vez los alimentos esenciales que consume la población liderarán los aumentos. Y no se advierten acciones concretas del gobierno para revertir ese proceso (de fatales consecuencias en las urnas, como se vio), ni tampoco una épica en torno al tema, que entusiasme a la militancia o a los votantes.
En un punto se entiende: cuando hay poco o nada concreto para mostrar, no hay épica que alcance para entusiasmar. O cuando lo que se presenta como una panacea, tiene alcances mucho más acotados en la realidad, y siempre y cuando se garantice que lo que se legisla, se cumpla. Como la ley de góndolas, ponéle.
De última, si esta otra ley es tan importante y decisiva, sáquenla por DNU de un plumazo, y listo. Como hizo Macri cuando desguazó la ley de medios. Sino vamos a creer que es puro fulbito para la tribuna. Tuits relacionados:
Bueno, listo, se cayó lo de las etiquetas. Pongámosle épica a otra cosa. La inflación en alimentos, ponéle.
— La Corriente K (@lacorrientek) October 5, 2021
El problema de ponerle épica a todo es que tenés que asegurarte de conseguir aquello a lo que se la pusiste, y una vez logrado, que se cumpla y sirva para algo. Remember ley de medios.
— La Corriente K (@lacorrientek) October 5, 2021
A mí de los alimentos más que la etiqueta me preocupa el precio. A mí, eh.
— La Corriente K (@lacorrientek) October 5, 2021
Respecto a la inflación de alimentos, porque lo otro ya sabemos por donde pasa; en un contexto de falta de oferta un aumento de la demanda solo puede resultar en un aumento de precios. Por otro lado, en algunos rubros se puede observar que los precios constantes no aumentaron e incluso bajaron, y eso, es un signo de alarma.
ResponderEliminarCómo están las cosas, los precios deben dejar de aumentar y gradualmente estacionarse. Pero jamás bajar. Contrario sensu, que los precios bajen significa que estamos peor que nunca.
Cómo incentivar la oferta? Sin dólares no sé puede.
Anónimo dijo...
ResponderEliminarLa teoría clásica de la inflación que fracasa siempre al contrastarla con la realidad.
Vayamos por la Ley de Agio Y Especulación.
Cuando cada pibe tenga un plato de comida todos los días porque lo☼ padres pueden comprar los alimentos, ahí habrá que ocuparse de la ley de etiquetado.
ResponderEliminarPara que la gente coma mejor, primero tiene que comer. Después elegimos.
¿Van a llenar la Plaza de Mayo con el clamor de la ley de etiquetado?
Estos berretines del porteñaje tilingo me tiene los huevos al plato.
El Colo.
Tal cual. Más posmoderno no se encuentra. Los trabajadores formales somos pobres por ingresos y se preocupan por qué un pedazo de atún envuelto en aluminio diga que no es sano comerlo.. No hay remate.
EliminarLa mayonesa es alta en sodio.. decime que mierda empaquetada no es alta en sodio? Lo dulce es alto en sodio y lo salado tiene demasiada azúcar y todo tiene 100 químicos en los ingredientes.
Pero el problema sabes cuál es? Cuesta más caro comer manzana que mierda empaquetada
Lo del etiquetado está bien, es correcto. Ahora le vamos a poder decir (¿sincerar?) al pueblo laburante que no llega con el mango a fin de mes, que sí, que lo único que puede comer es basura, y sólo cuando disponga del dinero suficiente. Esto, si no es épica, no sé qué es. Saludos
ResponderEliminarFabio
La ley de etiquetado esta ok, no hay discusión al respecto. Hay que convencer a Alberto que consenso, diálogo y coso no van en estado de sitio que le van a imponer el poder real (clarín ya le marco a la corte suprema y la oposición que los votos le pertenecen y los.invita/amenaza a subirse al bloqueo) así que el laberinto está planteado y solo se puede salir por arriba. Alberto tendrá que demostrar que está dispuesto y es digno para encabezar esta batalla para los próximos 2 años porque el poder real ya lo descarto y lo único que falta es que tengamos que descartarlo nosotros.
ResponderEliminarNota mental para mi: nunca un presidente peronista debe ser porteño, el puerto es enemigo del país, y el porteño mira desde el cemento hacia el océano, se ve blanco y cree que es europeo, alberto alucina socialdemocracia en el país de las matanzas, fue displicente y olfa, no tiene ejercicio de poder, quiso dar cátedra de República y convivencia mientras le tiraban muertos. Espero que esto despierte al tipo, aunque no me hago ilusiones. No se quien lo asesora pero las tocaditas a elegante y las reuniones de tupper vecinales no le van a aportar nada en la guerra de policía y degüello que se ha declarado contra su gobierno. La campaña se terminó, ahora es el llano, con poncho y facon. No se si tiene el perfil para la lucha, mi impresión es que es muy nabo, esta convencido que va a sacar algo dialogando con los unitarios que ya tienen la pica en la plaza para su cabeza. Si no se entera, lo van a clavar el problema que va a terminar clavado el peronismo, igual que alfonsin con el radicalismo, el acta de defunción del partido con vocación de poder.
ResponderEliminarCapaz es como dicen algunos, que Alberto ya pacto ser el Duhalde de Larreta.
ResponderEliminarAunque, que haría un Larreta con un Duhalde?
Que nos van a cagar de hambre no hay dudas.
En el norte del país todo es más caro. $112 el litro de súper.