viernes, 4 de enero de 2019

REVUELTO GRAMAJO



En el reportaje que dio para un canal de Tostado y que pueden ver en el video de apertura (si no se lo quieren fumar entero, vayan directo al minuto 22), el actual senador provincial del PJ por el Departamento 9 de Julio Joaquín Gramajo dice que en las elecciones de éste año va a acompañar la candidatura de Bonfatti para gobernador; armando un frente departamental.

Repite así lo mismo que hiciera en el 2011, cuando armó una lista departamental "desenganchada" de la lista provincial del PJ, para bancar la candidatura de Miguel Del Sel; porque a Gramajo cualquier bondi que mida más o menos bien en las encuestas (como el mismo dice en el reportaje que pasa con Bonfatti) y le permita seguir en el Senado, lo deja bien.

Gramajo es uno de esos tantos personajes tenebrosos con esqueletos en el placard, reciclados en democracia en un peronismo "poroso" que emergió de la dictadura habiendo tenido gente de los dos extremos de la picana. En su caso habiendo sido ex cana y ex integrante del Poder Judicial entonces, nos podemos hacer una idea de cual de los dos lados.

El típico dirigente político que pudo prosperar en tiempos de Reutemann, en medio del marasmo conservador y neoliberal en el que se convirtió el PJ santafesino, un clima ideal para que florezcan estos especímenes; que cuando vieron que el ciclo peronista en Santa Fe llegaba a su fin por el advenimiento del Frente Progresista, apoyaron con entusiasmo el engendro de la boleta única; para salvar la ropa en sus respectivos feudos repartiendo la guita de los subsidios como Papá Noeles modernos, y al pobre tipo que le tocara encarnar la candidatura a gobernador del peronismo en cada turno electoral, que se las arreglara como pueda: no era su problema.

O sea, exactamente lo mismo que está haciendo ahora; de modo que su anuncio puede causar varias reacciones, pero nada de sorpresa. Es más, hay otros de sus compadres del senador (Baucero o Traferri entre los más notorios, pero no los únicos) que hubieran deseado dar el mismo paso, pero no los ayudaron las circunstancias, porque el PJ venía recuperando votos, y no se sabía como iba a terminar la novela de la reforma constitucional, y la candidatura a gobernador del oficialismo provincial: acaso se hubieran sentido más cómodos acompañando la candidatura de Lifschitz (de hecho Baucero propuso ponerle su nombre a un puente inaugurado en su departamento), que la de Bonfatti. Vaya uno a saber. (*)

Con lo que no se sienten cómodos -claramente, desde hace años- es con ponerle el cuerpo a las campañas para conseguir que en Santa Fe vuelva a ganar el peronismo. El peronismo, dijimos, no ellos, que tienen la vaca atada y pueden seguir siendo senadores hasta que se cansen; como Gramajo, que anuncia en el video que ésta será su última elección.

Pero el fichaje de Gramajo por nuestro maravilloso progresismo tampoco es nuevo: los nexos se remontan a las PASO del 2013, cuando el oficialismo provincial trató de colaborar desde el Tribunal Electoral con el senador en el fraude que intentó perpetrar para que su hijo fuera electo concejal en Tostado. Y al 2015 cuando Bonfatti era gobernador y Lifschitz ya estaba electo, y presentó un proyecto para disminuir el déficit de la Caja de Jubilaciones aumentando los aportes de los trabajadores y la edad jubilatoria; para ahorrarle al socialismo el costo político de tener que hacerlo ellos, después de que Bonfatti lo anunciara y le saltaran los gremios estatales a la yugular.

De allí que no sorprenda que el mismo socialismo que en el orden nacional lo pone a Lifschitz a construir "una tercera vía" por fuera del macrismo o Cristina con Urtubey, Schiaretti o Lavagna, acá sume a personajes como Gramajo (un facho hecho y derecho, nostálgico de la dictadura), mientras Bonfatti dice que "hay que frenarle el paso a la derecha para no perder los derechos conquistados" y coso.

El asunto entonces no es tanto enojarse cuando los turros -como Gramajo- hacen turradas, sino no comprar buzones; ni de los supuestos "progres", ni de los que plantean la necesidad de "lograr la unidad con todos adentro" para que el peronismo pueda volver a ganar. Unidad, sí, pero con los que juegan a ganar todos, no a rascarse para adentro.

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