Así como en su momento dijo que -si viviera en Buenos Aires- votaría por Macri en el balotaje, ahora el hijo (bobo) de la democracia dice que, si el que entra a la segunda vuelta en la Nación fuera Duhalde, él lo votaría.
El domingo pasado acá en Santa Fe estuvo Javier González Fraga, el candidato a vice del ¿radicalismo?, y también estuvo el propio Ricardito.
El problema es que mientras el candidato a presidente vino a felicitar a Barletta y Corral por el triunfo radical en la municipalidad de Santa Fe, el vice se fue derechito al búnker del PRO a festejar con Macri la elección de Miguel Del Sel, que era apoyado además por Duhalde.
Tiempo atras, la cosa había sido al revés: Duhalde había anticipado que, si Alfonsín iba al balotaje, él lo apoyaba; lo que hay que sumarle que el candidato a gobernador bonaerense de la UCR es De Narváez.
Dejando de lado que van en listas separadas, y que unos dicen que son progresistas (ultimamente cada vez menos), o los otros que hay que contener a los quieren a Videla, son lo mismo: el rostro decrépito de una Argentina que se resiste a morir, pero será sepultada en las urnas, irremediablemente.
Es la vieja rosca bonaerense (vertebrada por Luisito Barrionuevo y el Coti Nosiglia, socios desde los tiempos de Alfonsín padre y del asalto al PAMI en el menemismo), que esperaba agazapada que la inoperancia de De La Rúa lo volteara del gobierno, para asumir el mando e impulsar las leyes que reclamaban -entre otros- Clarín y Techint, en medio de la hecatombe del 2001.
Y ahí quieren volver, para hacer lo mismo, pero no van a poder. Nosotros se lo vamos a impedir.
El domingo pasado acá en Santa Fe estuvo Javier González Fraga, el candidato a vice del ¿radicalismo?, y también estuvo el propio Ricardito.
El problema es que mientras el candidato a presidente vino a felicitar a Barletta y Corral por el triunfo radical en la municipalidad de Santa Fe, el vice se fue derechito al búnker del PRO a festejar con Macri la elección de Miguel Del Sel, que era apoyado además por Duhalde.
Tiempo atras, la cosa había sido al revés: Duhalde había anticipado que, si Alfonsín iba al balotaje, él lo apoyaba; lo que hay que sumarle que el candidato a gobernador bonaerense de la UCR es De Narváez.
Dejando de lado que van en listas separadas, y que unos dicen que son progresistas (ultimamente cada vez menos), o los otros que hay que contener a los quieren a Videla, son lo mismo: el rostro decrépito de una Argentina que se resiste a morir, pero será sepultada en las urnas, irremediablemente.
Es la vieja rosca bonaerense (vertebrada por Luisito Barrionuevo y el Coti Nosiglia, socios desde los tiempos de Alfonsín padre y del asalto al PAMI en el menemismo), que esperaba agazapada que la inoperancia de De La Rúa lo volteara del gobierno, para asumir el mando e impulsar las leyes que reclamaban -entre otros- Clarín y Techint, en medio de la hecatombe del 2001.
Y ahí quieren volver, para hacer lo mismo, pero no van a poder. Nosotros se lo vamos a impedir.
Ricardito no es el hijo bobo de la democracia. Es el hermano de la hiperinflación
ResponderEliminar