viernes, 9 de marzo de 2012

PAISAJE SANTAFESINO


La designación del intendente de Granadero Baigorria, Alejandro Ramos, como Secretario de Transportes de la Nación terminó cerrando una semana larga (tirando a quincena) de la política santafesina pródiga en hechos destacables para el análisis.

A propósito de Ramos: pese a sus vínculos con Agustín Rossi (jugó con su candidatura en las primarias del año pasado), tanto él como el propio Chivo se ocuparon de destacar que la designación le llega por el vínculo personal que supo construir con Julio De Vido desde la intendencia: ¿una descripción ajustada a la realidad, o una toma de distancia por las dudas ante la enorme papa caliente que el hombre acaba de tomar en sus manos, en el área hoy por hoy más conflictiva del gobierno de Cristina?

Como fuera, el caso de Ramos es un ejemplo interesante para analizar de cara a la (imprescindible) renovación del peronismo provincial: un dirigente joven, que supo alinearse con el gobierno nacional en lo más duro del conflicto de la 125, y que no vaciló en tocar las puertas que hicieran falta en los despachos nacionales para apuntalar su gestión municipal; aun en medio de la ola de augurios sobre el fin del kirchnerismo que sucedieron al "voto no positivo" de Julio Cobos, y la derrota en las legislativas del 2009.

Desde el gobierno nacional no le soltaron la mano, y se generó un vínculo de apoyo a una gestión ejecutiva en una ciudad de tamaño medio (unos 50.000 habitantes), que lo catapultó a una contundente reelección con casi el 71 % de los votos: no hay en el peronismo provincial muchos ejemplos de un derrotero similar; claro que el futuro político de Ramos estará signado por como le vaya en su nueva (y harto difícil) gestión.

Por el lado del gobierno del Frente Progresista, el episodio Fito Páez (motorizado por el diputado Angelini del PRO, uno que amaga con mantener un altísmo perfil mediático) oscureció una semana más que feliz para Bonfatti: empezó con el centro que le tiró Cristina en el discurso en el Congreso (elogiando su oferta salarial a los docentes provinciales) y terminó con la aceptación de su oferta salarial en las paritarias por los gremios estatales ATE y UCPN (uno encabezado por el ex candidato a vice de Rossi, el otro por un ex menemista-reutemanista, hoy kirchnerista de tercera selección).

Restaría conocer si la misma oferta será aceptada por los docentes (tradicionalmente el sector más combativo), aunque todo parece indicar que sí: salvo el año pasado cuando se recalentó la discusión por el cambio del régimen previsional, siempre termina prevaleciendo la buena onda que hay entre la dirigencia docente (mucha de la cual jugó para el FPCyS, al menos en la elección de Binner) y el gobierno del socialismo.

De darse, tendría Bonfatti un frente gremial calmado hasta julio o agosto, con la excepción del conflicto de los empleados municipales, que está en una fase más crítica: tanto como las finanzas de los municipios y comunas están más comprometidas que las ya complicadas cuentas provinciales.     

Y hablando de cuentas complicadas: por debajo de los hechos apuntados (que concentran la atención de los medios), el gobernador teje con un sector de los senadores peronistas (casualmente los más cercanos a lo que fue el reutemanismo) una reforma tributaria para llevar oxígeno a las arcas del Estado santafesino.

Se habla de retocar el Impuesto Inmobiliario Urbano y Rural (el primero en un 80 %, el segundo en un 200 %), eliminar exenciones de Ingresos Brutos a la industria (la reforma que verdaderamente se haría sentir: el impuesto aporta más del 75 % de los recursos tributarios propios de Santa Fe) y a las grandes constructoras (otro conflicto en puerta: al sector se le adeudan meses de certificados de obra, y todos los trabajos contratados por la provincia están virtualmente paralizados, con despidos y suspensiones de trabajadores incluidos); más una ratificación legislativa del decreto de Bonfatti por el cual aumentó la alícuota de Ingresos Brutos a las empresas con mayor facturación; del que dimos cuenta en su momento acá. 

Las tratativas son encaradas directamente por el propio Bonfatti y su ministro Galassi, continuando en la línea de diferenciarse en ese aspecto (y en el vínculo con el gobierno de Cristina) de Binner; quien en tanto ensaya su rol de embajador itinerante del progresismo, con expresiones verbales que están a la altura de su actual compromiso con la gestión cotidiana: nulo.    

Claramente Binner es una especie de jarrón chino que en el socialismo no saben bien donde poner (por ahora, en el exterior); sin embargo sería un error creer que esto marca una interna dentro del partido que hegemoniza el gobierno del Frente Progresista: no sería extraño que se tratara de roles perfectamente pautados entre él y Bonfatti, para combinar la autonomía política y discursiva propia de una fuerza opositora, con una relación fluida con el gobierno nacional; algo imprescindible para la gestión. 

Y a propósito de eso, las actitudes de Bonfatti son un buen ejemplo: conserva en la superficie un discurso en el que se abstiene de confrontar con Cristina y su gobierno (la muestra más reciente: su discurso en Rosario el día de la bandera, y su mutis por el foro frente a las quejas de Binner por la "partidización" de la convocatoria, un clásico del ex candidato presidencial del FAP); pero deja hacer libremente a sus ministros y funcionarios, que utilizan la victimización y la crítica con blanco en el gobierno nacional, como principal (si no única) línea discursiva.

El ejemplo más claro al respecto se dio con la discusión que se generó en la Legislatura por la situación de la EPE, y la multa que le impuso CAMESSA a la distribuidora provincial por haber aumentado las tarifas sin que disminuyeran los subsidios nacionales: el gobierno provincial (obviamente que por decisión de Bonfatti, quien prefirió el perfil bajo a la hora de hablar del asunto) judicializó la cuestión al mejor estilo de Macri con el subte porteño; y obtuvo de la Cámara Federal de Rosario una medida cautelar que suspendió el pago de la multa, y mantuvo firme el aumento de tarifas.

Es curioso el derrotero socialista: fue a litigar a la justicia en defensa del derecho al aumento de tarifas (con protestas de federalismo, disparate conceptual en el que sobresalió el diputado del GEN Fabián Peralta); así como en el 2008 lo había hecho (de la mano de "Pechito" Giustiniani y Polino) contra la decisión de Cristina de establecer un cargo para financiar la importación de gas, a través del Decreto 2067.

Más aun: Juan Carlos Zabalza (el alter ego de Binner en el Congreso nacional) presentó un proyecto para que se le impida a CAMESSA aplicar este tipo de multas (que también le llegaron a la EPEC de Córdoba, por la misma razón), en lo sucesivo. 

La buena onda que tira en público Bonfatti con el gobierno nacional hace correr la imaginación de muchos en el PJ provincial, pero lo cierto es que el calvo aprovecha el marasmo que reina allí para agarrarlos de a uno, como con una lupa a las hormigas que salen del hormiguero: claro que algunas hormigas son más caras que otras a la hora de plantear sus demandas, y a la Casa Gris tampoco le sobran las monedas.  

Con un 2011 que cerró con un rojo de 1665 millones, una deuda flotante con proveedores y contratistas por otros 1405, una política salarial que se está cerrando y (dicen en el gobierno) costará otros 2700 millones, la reforma tributaria aparece para el gobierno provincial como un salvavidas imprescindible para que la gestión no explote: no está claro si la mayoría de los dirigentes y referentes del PJ que rosquean tiempo completo con Bonfatti y sus emisarios lo hacen desde una perspectiva de responsabilidad institucional, o simplemente como en la cubierta del Titanic: apurados por agarrar el primer bote.

En ese contexto, los 250 millones que arrimaría el aumento de Ingresos Brutos ya decidido por el gobernador (en trance de ser objetado en la justicia) es una gota en el mar, y las  letras de tesorería que quiere emitir su ministro de Economía para fondearse durante el año (está por verse aun si con la correspondiente autorización de la Legislatura) no encontrarán lo que se dice una cola de gente dispuesta a suscribirlas; mientras los propios organismos estatales se verían en problemas para aceptarlas: el caso del giro en descubierto de la EPE por casi 60 millones para pagar sueldos y compra de electricidad a CAMESSA (que desató un escandalete, aunque no con la onda expansiva del affaire Páez) es apenas la punta de un iceberg; como se dijo acá.

Mientras tanto las internas para cargos partidarios de la UCR (en abril) y del PJ (en mayo) no mueven demasiado el amperímetro: en el caso de los radicales porque ya aburren (nunca se sabe cuantas internas por año arman y desarman) y están más ocupados en pasarle factura al socialismo porque los senadores del PJ se enteran antes que ellos de los proyectos que el gobierno mandará a la legislatura.

Y en el del peronismo santafesino, porque a juzgar por los dichos y hechos de superficie, la cosa viene de mega rosca de unidad; supuestamente alentada o bendecida desde Olivos, se verá que hay de cierto al respecto.

Como también se verá si es la interna la oportunidad elegida por Jorge Obeid para blanquear su presunto indulto de la Rosada por su pasado (cercano) en el peronismo federal, más concretamente en el duhaldismo hasta las propias elecciones del 23 de octubre. Por lo pronto el hombre recorre (dice) la provincia, habla (dice) con todos y se vende como el único reaseguro para destronar al FPCyS en unas elecciones del 2015 que están lejanísimas.

Antes están las legislativas y comunales del 2013, para las que el peronismo santafesino tendrá que encontrar más temprano que tarde un perfil político, aun para la crítica al socialismo gobernante: mientras algunos senadores rosquean con Bonfatti la reforma tributaria, otros (como Alcides Calvo, que reporta a Omar Perotti) la rechazan de plano, aun en el (imprescindible, en nuestra opinión) aumento del Inmobiliario Rural.   

Y la crítica a la forma en la que Bonfatti y su equipo gestionan el gobierno tampoco tiene una línea armónica de todos los sectores del peronismo provincial: a los dardos certeros lanzados por la desatrosa gestión de Antonio Ciancio al mando de las empresas públicas (EPE y Aguas Santafesinas), o de Angel Sciara para manejar las cuentas santafesinas, se les contraponen chicanas de vuelo más corto, como la lanzada por María Eugenia Bielsa sobre el nombramiento de parientes, familiares, amigos y favorecedores del socialismo a lo largo y a lo ancho del aparato del Estado; una verdadera tradición partidaria del partido de la rosa, pero el que esté libre de pecados en la materia, que tire la primera piedra.

Justo es decir que ese tipo de críticas (como las que obtuvo el contrato de Fito Páez) ranquean alto en la opinión publicada y en los sectores sociales por ella influidos; pero habrá que ver si es ése el camino que debe recorrer el peronismo santafesino para recuperar el gobierno en el 2015, sobre todo porque es notorio que es la línea que está recorriendo el PRO en la provincia.

2 comentarios:

  1. Santa Fe nunca fue peronista- Siempre fue adverso para el peronismo. Los que gobernaron "en su nombre" (por que asi fue)no hicieron nada para el pueblo,(justicia social p/ej) teniendo durante 25 años en sus manos esa posibilidad. Y que ahora quieren ser los salvadores del peronismo para "recuparar" la provincia cuando por culpa de ellos , hoy esta vacío el Partido- Durante 25 años gobernaron para los terranientes de siempre. Esta claro que hasta el 2014 hay que dedicarse a serrucharle el piso a los socialistas (valga la expresion), por que si para esa fecha llegan indemnes... estamos en el horno.-Hoy tenemos la posibilidad de tener algun dirigente peronista, pero no se ve nada , absolutamente nada.-.-
    Un Peronista.-

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  2. Muy bueno el análisis, ilustrado con números, es asombroso lo que está asomando a la luz pública de a gestión(?) socialista. Se nos viene la noche.
    Hay algunas cosas que tengo claro, la primera, que si llegase a ser dueño de un quiosco, ni empedo se lo daría aun socialista para que lo administre.
    Segundo, si el peronismo santafesino no incorpora nuevas ideas y nuevos hombres ( aún en unidad) nos devora el midachi.
    Tercero, si rossi quiere seguir en carrera en la provincia, va a tener que bajar al territorio, caminarlo, hablar con su gente. Es un dirigente capaz, probo, pero MUY alejado de las personas de carne y hueso.
    Cuarto, si los kirchneristas de santa fe que acompañaron (¿?) a rossi, no bajan los humos y su soberbia, quedarán con sus carguitos, pero habrán traicionado al peronismo y a rossi que dijeron defender.
    Saludos. Jorge

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