martes, 2 de octubre de 2018

SI NO ES CIERTO, PEGA EN EL PALO


Esta nota de Ignacio Fidanza en La Política Online de ayer sobre la reunión de Macri con los principales fondos de inversión en su visita a Estados Unidos puede que no difiera de la mayoría de las que se publican en el portal en orden a su credibilidad, sobre todo cuando ni siquiera se mencionan fuentes comprobables.

Sin embargo, si tenemos en cuenta que esa reunión había sido anunciada como el objetivo principal de la visita presidencial y luego nada se dijo de los resultados, los hechos que reseña Fidanza del encuentro adquieren otro nivel de verosimilitud, o en todo caso: la versión que en la nota se da de la reunión (a propósito de lo cual el periodista introduce otros aspectos de su propia cosecha) no debe diferir demasiado del pensamiento real de los presentes.

A nosotros nos interesa destacar algunas cuestiones que allí se señalan, porque nos parece que ilustran bastante sobre las relaciones entre el sistema político y los factores de poder en el presente argentino, y en su proyección hacia las elecciones del año que viene. Explican bastante bien los hilos que se mueven por detrás de las candidaturas, los alineamientos, las campañas y las estrategias electorales.

Dice Fidanza por ejemplo que los fondos de inversión le habrían dicho a Macri de frente manteca que, o realiza el brutal ajuste que ellos juzgan imprescindible para encauzar la economía argentina, y se olvida de su reelección, o posterga el ajuste para ganarla; pero las dos cosas juntas, imposible.

El razonamiento parece claro y contundente, y se alinea con lo que cualquier observador más o menos objetivo puede ver desde acá, pero se contrapone con la “esperanza” a la que se aferra el dispositivo político-comunicacional oficialista para permanecer en el poder más allá del 2019, que parece haber descubierto la cuadratura del círculo: peor gobierne y más haga retroceder las condiciones materiales de existencia de los argentinos, más chances tendrá de perpetuarse en el poder.

Según cuenta la nota, Macri les ofreció a los fondos inversores que compren baratas las empresas argentinas que perdieron valor por la crisis y la devaluación, porque con su ingreso subirán de valor, y harán negocios. No está muy lejos de lo que se pensaba que es la idea del gobierno y del propio Macri, sobre en que consiste la “lluvia de inversiones”: un shopping o barata de activos argentinos para aumentar la ya elevada extranjerización de nuestro aparato productivo, más que el ingreso de capitales que permitan ampliar nuestra capacidad productiva o exportadora, la generación de divisas, la diversificación industrial, o la capacidad de repago de la deuda. O sea, muy lejos de un plan de desarrollo nacional.

En un agregado de su propia cosecha, ejemplifica Fidanza con el caso Telecom-Cablevisión, empresa que perdió un 52 % de su valor en meses como consecuencia de la corrida cambiaria y el desplome de la economía, al mismo tiempo que tiene una importante deuda contraída en dólares que cada vez le cuesta más pagar, y debe financiarse en el país porque se le cortó el crédito internacional: sobre el tema hablamos acá y a lo dicho nos remitimos.

Cuenta la nota la anécdota de la charla entre los directivos de la empresa ahora insignia del Grupo Clarín con los referentes del “peronismo racional” en el Congreso, en la que les reconocieron sin tapujos que su valor como empresa depende de su relación con el poder político, y de su capacidad de influir en las decisiones del Estado (es decir de extorsionar, con sus cañones mediáticos), tanto como del fantasma del retorno de Cristina: con Macri en el gobierno pueden aspirar a recuperar valor porque les dará todo lo que pidan y más, con Cristina avizoran conflictos y pérdidas.

Posiblemente no sea estrictamente cierto en términos económicos, pero si así lo perciben, obrarán en consecuencia como ya lo están haciendo, y con esas reglas de juego se disputa la competencia electoral; para los que aun siguen creyendo que Clarín es nada más que un diario, y basta con no leerlo para que pierda influencia.

Las otras empresas que se mencionan en la nota están en las mismas condiciones que la firma del grupo Clarín (perdieron valor y se endeudaron en dólares), y también al igual que ella, tienen al Estado como accionista a través del FGS: al respecto ver lo apuntado acá (enlace al posteo anterior) sobre como los accionistas mayoritarios podrían aprovechar la oportunidad para intentar recomprar baratas esas acciones, que es exactamente lo que denuncia acá Ari Lijalad en El Destape está haciendo el Grupo Clarín en el caso de Telecom.-Cablevisión, y las acciones del propio Grupo que tiene la ANSES.

Finalmente el otro dato que aporta la nota y nos parece el más relevante, en especial si fuera cierto: en Wall Street los fondos inversores le habrían pedido a Macri veladamente (y no tanto) que la meta presa a Cristina para sacarla de la cancha electoral, porque si no se presente, gana, vuelve y defaltea y reestructura la deuda: lo interesante de eso (reiteramos: si fuera cierto) es que los que deciden en el mercado de capitales, y que le cortaron el chorro del financiamiento a Macri por las dudas sobre la capacidad de su gobierno para afrontar los pagos de la deuda, ya dan por descontadas ambas opciones (default y reestructuración) en el caso de un retorno del peronismo al poder. 

Un dato que además de reflejarse en los precios de los bonos y títulos de la deuda conforme avance el cronograma electoral, le permitiría al próximo gobierno avanzar en esa dirección (algo que aparece como imprescindible para lidiar con la bomba que le dejará Macri), en otro contexto.

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