Esta nota de Ignacio Fidanza en La Política Online de ayer sobre la reunión de
Macri con los principales fondos de inversión en su visita a Estados Unidos puede que no
difiera de la mayoría de las que se publican en el portal en orden a su
credibilidad, sobre todo cuando ni siquiera se mencionan fuentes comprobables.
Sin embargo, si
tenemos en cuenta que esa reunión había sido anunciada como el objetivo
principal de la visita presidencial y luego nada se dijo de los resultados, los
hechos que reseña Fidanza del encuentro adquieren otro nivel de verosimilitud,
o en todo caso: la versión que en la nota se da de la reunión (a propósito de
lo cual el periodista introduce otros aspectos de su propia cosecha) no debe
diferir demasiado del pensamiento real de los presentes.
A nosotros nos
interesa destacar algunas cuestiones que allí se señalan, porque nos parece que
ilustran bastante sobre las relaciones entre el sistema político y los factores
de poder en el presente argentino, y en su proyección hacia las elecciones del
año que viene. Explican bastante bien los hilos que se mueven por detrás de las
candidaturas, los alineamientos, las campañas y las estrategias electorales.
Dice Fidanza por
ejemplo que los fondos de inversión le habrían dicho a Macri de frente manteca
que, o realiza el brutal ajuste que ellos juzgan imprescindible para encauzar
la economía argentina, y se olvida de su reelección, o posterga el ajuste para
ganarla; pero las dos cosas juntas, imposible.
El razonamiento
parece claro y contundente, y se alinea con lo que cualquier observador más o
menos objetivo puede ver desde acá, pero se contrapone con la “esperanza” a la
que se aferra el dispositivo político-comunicacional oficialista para
permanecer en el poder más allá del 2019, que parece haber descubierto la
cuadratura del círculo: peor gobierne y más haga retroceder las condiciones
materiales de existencia de los argentinos, más chances tendrá de perpetuarse
en el poder.
Según cuenta la
nota, Macri les ofreció a los fondos inversores que compren baratas las
empresas argentinas que perdieron valor por la crisis y la devaluación, porque
con su ingreso subirán de valor, y harán negocios. No está muy lejos de lo que
se pensaba que es la idea del gobierno y del propio Macri, sobre en que consiste la “lluvia de inversiones”:
un shopping o barata de activos argentinos para aumentar la ya elevada
extranjerización de nuestro aparato productivo, más que el ingreso de capitales
que permitan ampliar nuestra capacidad productiva o exportadora, la generación
de divisas, la diversificación industrial, o la capacidad de repago de la
deuda. O sea, muy lejos de un plan de desarrollo nacional.
En un agregado de
su propia cosecha, ejemplifica Fidanza con el caso Telecom-Cablevisión, empresa
que perdió un 52 % de su valor en meses como consecuencia de la corrida
cambiaria y el desplome de la economía, al mismo tiempo que tiene una
importante deuda contraída en dólares que cada vez le cuesta más pagar, y debe
financiarse en el país porque se le cortó el crédito internacional: sobre el tema hablamos acá y a lo dicho nos remitimos.
Cuenta la nota la
anécdota de la charla entre los directivos de la empresa ahora insignia del
Grupo Clarín con los referentes del “peronismo racional” en el Congreso, en la
que les reconocieron sin tapujos que su valor como empresa depende de su
relación con el poder político, y de su capacidad de influir en las decisiones
del Estado (es decir de extorsionar, con sus cañones mediáticos), tanto como
del fantasma del retorno de Cristina: con Macri en el gobierno pueden aspirar a
recuperar valor porque les dará todo lo que pidan y más, con Cristina avizoran
conflictos y pérdidas.
Posiblemente no sea
estrictamente cierto en términos económicos, pero si así lo perciben, obrarán
en consecuencia como ya lo están haciendo, y con esas reglas de juego se
disputa la competencia electoral; para los que aun siguen creyendo que Clarín
es nada más que un diario, y basta con no leerlo para que pierda influencia.
Las otras empresas
que se mencionan en la nota están en las mismas condiciones que la firma del
grupo Clarín (perdieron valor y se endeudaron en dólares), y también al igual
que ella, tienen al Estado como accionista a través del FGS: al respecto ver lo
apuntado acá (enlace al posteo anterior) sobre como los accionistas
mayoritarios podrían aprovechar la oportunidad para intentar recomprar baratas
esas acciones, que es exactamente lo que denuncia acá Ari Lijalad en El Destape está haciendo el Grupo Clarín en el caso de Telecom.-Cablevisión,
y las acciones del propio Grupo que tiene la ANSES.
Finalmente el otro
dato que aporta la nota y nos parece el más relevante, en especial si fuera
cierto: en Wall Street los fondos inversores le habrían pedido a Macri
veladamente (y no tanto) que la meta presa a Cristina para sacarla de la cancha
electoral, porque si no se presente, gana, vuelve y defaltea y reestructura la
deuda: lo interesante de eso (reiteramos: si fuera cierto) es que los que
deciden en el mercado de capitales, y que le cortaron el chorro del
financiamiento a Macri por las dudas sobre la capacidad de su gobierno para
afrontar los pagos de la deuda, ya dan por descontadas ambas opciones (default
y reestructuración) en el caso de un retorno del peronismo al poder.
Un dato que además
de reflejarse en los precios de los bonos y títulos de la deuda conforme avance
el cronograma electoral, le permitiría al próximo gobierno avanzar en esa
dirección (algo que aparece como imprescindible para lidiar con la bomba que le
dejará Macri), en otro contexto.
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