martes, 19 de enero de 2021

MACRISMO EN ESTADO PURO

 


Leemos en La Política Online: "La información ya circula en la cúpula de la coalición oficial y encendió luces rojas. Las firmas Everis y Datastar, muy cercanas al macrismo, podrían pasar a controlar el sistema nacional de expedientes electrónicos. Un recurso crítico que les aseguraría el acceso a información muy delicada. Pablo Pereira, CEO de la filial argentina de la multinacional Everis, es muy cercano a Eduardo Martelli, ex secretario de Modernización Administrativa durante el pasado gobierno y amigo personal de Macri.

Mientras que Roberto Olivero, presidente de Datastar Argentina, tiene aceitados vínculos con el PRO y el Consejo de la Magistratura porteño, cercano a Rodríguez Larreta. Ambas firmas pretenden quedarse con el contrato de Expediente Electrónico que acaba de llamar a licitación la Secretaría de Innovación Pública de la Nación. Everis y Datastar tuvieron contratos millonarios durante el macrismo, otorgados por Martelli, cuando avanzaron en el desarrollo y puesta en funcionamiento del Sistema de Expediente Electrónico.

Martelli en su momento enfrentó cuestionamientos porque "olvidó" incluir en su Declaración Jurada ante la Oficina Anticorrupción, una sociedad offshore llamada Cristina Finances S.A.. Muy cercano a otro amigo de Macri, el ex ministro de Modernización, Andrés Ibarra, fue el encargado de llevar adelante del proyecto Expediente electrónico. El expediente electrónico del macrismo se vendió como un avance ecológico de su gestión y en abril de este año, tras la firma del decreto 338/2020, se generó una gran polémica cuando Alberto Fernández habilitó nuevamente el uso de la firma en decretos de papel. El presidente tuvo que aclarar que no estaba en contra de la digitalización, sino que tuvo que habilitar nuevamente la firma en papel, ante las reiteradas fallas que presentaba el sistema de gestión documental del macrismo." (las negritas son nuestras)

Que tenemos hasta acá: macrismo en estado puro. "Conflictos de intereses", "puerta giratoria", funcionarios que habilitan negocios propios o de conocidos cuando son funcionarios, y que cuando dejan de serlo se ponen del otro lado del mostrador, y aparecen como empresarios, o vinculados a las empresas que negocian contratos con el Estado. 

Más allá de haber sido el vehículo electoral para la instauración del proyecto de la derecha (económica, social, cultural) en el país, el macrismo fue en su núcleo duro, una unidad de negocios: implicó en esencia trasladar las gerencias de SOCMA y el hólding familiar a la estructura de decisión del Estado, para garantizar los negocios de la familia Macri (el Correo fue el caso emblemático, pero no el único), y para explorar otras oportunidades de negocios. 

Se podría decir que esa fue la "tarifa" que les cobró Macri a los principales grupos económicos del país (de los que su familia era parte también) por organizar un instrumento electoral que les permitiera legitimarse en las urnas. Todo con la complicidad de una justicia cooptada (que excavaba pozos en la Patagonia buscando bóvedas pero no tuvo nunca la intención de seguir los hilos de estos enjuagues), y con el blindaje mediático de los medios hegemónicos; una de las contraprestaciones que obtuvo el hijo de Franco en el "trato".

Estas empresas son además y como diría Pagni (claro que pensando en los "empresarios K"), "expertas en mercados regulados":  hablando de fallas en el sistema administrado por Everis durante el macrismo (lo cual debería ser razón suficiente para sacarlos de carrera en la licitación), durante el gobierno de Lifschitz esa misma empresa anduvo por la provincia, por "sugerencia" del entonces ministro Ibarra, aceptada sin chistar por el socialismo.

Y no una ni dos, sino tres veces: primero en enero del 2017, luego en otro contrato firmado en febrero del 2018, y finalmente en 2019, en un contrato por más de 9,4 millones de dólares, para montar un sistema de información hospitalaria.  

Que éstas cosas pasaran durante el macrismo se entiende: como se dijo, están en su naturaleza, es lo que son y fueron siempre. Lo raro es que también pase acá donde desde el socialismo se sigue haciendo propaganda -ya fuera del gobierno- con aquello de "ni un caso de corrupción". ¿O no?

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