sábado, 15 de junio de 2019

TRIBUNAL SIN CUENTAS


Hace rato ya que el Tribunal de Cuentas de la Municipalidad viene siendo noticia, y no precisamente por cumplir con sus funciones y controlar la gestión de Corral, y como maneja los dineros públicos de los santafesinos, mas bien por lo contrario: estuvo hasta hace poco en un virtual estado de acefalía; y su integración sigue siendo irregular: Corral quiere designar a una vocal en reemplazo de otra a la cual aun hoy no le aceptó la renuncia.

Más atrás en el tiempo y a poco de asumir la UCR (por entonces en el Frente Progresista) la conducción municipal a través de Mario Barletta, impulsó la modificación de la ordenanza que establece las funciones del Tribunal, sacándole la facultad de control preventivo de los actos del intendente y sus funcionarios, antes de que estos sean puestos en ejecución. Y hace poco, la presidenta del Tribunal apareció como aportante de campaña de "Cambiemos".

En todos estos años su rol ha sido meramente decorativo, y fue controlado por el Departamento Ejecutivo en la gestión del propio Barletta, y del propio Corral; como se pudo comprobar con el escándalo de los “Corral paper’s”, o sea el uso de fondos públicos para financiar una red de punteros políticos barriales de la UCR a través del programa “Iniciativa Comunitaria y Cooperativas de Trabajo”: hace dos años que el Concejo municipal (órgano del que depende el Tribunal de Cuentas) trata infructuosamente de que el órgano de control amplíe su informe de auditoría sobre el programa, para poder determinar si hubo o no irregularidades en el manejo de los fondos.

Pero al parecer la cosa no termina ahí: como vemos en la imagen de apertura y leemos en ésta nota de El Litoral a la cual corresponde, hay irregularidades administrativas en el funcionamiento interno del mismo Tribunal, que dieron lugar a un pedido de auditoría al órgano presentado por el bloque de concejales del PJ, pedido rechazado por los votos de los ediles de “Cambiemos” y del Frente Progresista, con argumentos poco claros.

Esa coalición de hecho de los que son rivales en las elecciones que se harán el domingo en la ciudad y en la provincia no debería sorprender: recordemos que hace un tiempo atrás en una reunión publicada en los medios, Lifschitz y Corral acordaron presionar al Ministerio Público de la Acusación (que radicales y socialistas controlan a piacere desde 2007) para separar a los fiscales que investigaban los“Corral paper’s” y otras causas molestas para el gobierno provincial, como las de las horas OSPE de la policía santafesina. 

Recordemos también que Corral propuso para cubrir una vacante en el Tribunal de Cuentas de la Municipalidad a Germán Huber, imputado en la causa Bolsafe por estafas; quien se había desempeñado antes y a propuesta de la UCR como vocal del Tribunal  de Cuentas provincial durante los gobiernos de Binner y Bonfatti, cuando socialistas y radicales eran socios en el Frente Progresista; y que muchas de las cooperativas truchas con las que el intendente orquestó su red de punteros políticos pagos con dineros públicos obtuvieron su personería por parte de la Inspección General de Personas Jurídicas en lagestión del gobierno del Frente Progresista.

Eso sin contar con que con los resultados de las PASO a la vista, el socialismo tiene esperanzas firmes de manejar la municipalidad a partir de diciembre con Emilio Jatón, y por ende aspira por un lado a heredar esa estructura de punteros a sueldo que montó Corral; y por el otro a manejar el organismo de control de la hacienda pública municipal (como por otro lado viene haciendo en la provincia desde el 2007), teniendo a sus vocales a su merced por haber contribuido a cajonear el pedido para que se los investigue.

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