Hace rato ya que el Tribunal de Cuentas de
la Municipalidad viene siendo noticia, y no precisamente por cumplir con sus
funciones y controlar la gestión de Corral, y como maneja los dineros públicos
de los santafesinos, mas bien por lo contrario: estuvo hasta hace poco en un
virtual estado de acefalía; y su integración sigue siendo irregular: Corral
quiere designar a una vocal en reemplazo de otra a la cual aun hoy no le aceptó
la renuncia.
Más atrás en el
tiempo y a poco de asumir la UCR (por entonces en el Frente Progresista) la
conducción municipal a través de Mario Barletta, impulsó la modificación de la
ordenanza que establece las funciones del Tribunal, sacándole la facultad de
control preventivo de los actos del intendente y sus funcionarios, antes de que
estos sean puestos en ejecución. Y hace poco, la presidenta del Tribunal apareció como aportante de campaña de "Cambiemos".
En todos estos años su
rol ha sido meramente decorativo, y fue controlado por el Departamento
Ejecutivo en la gestión del propio Barletta, y del propio Corral; como se pudo
comprobar con el escándalo de los “Corral paper’s”, o sea el uso de fondos
públicos para financiar una red de punteros políticos barriales de la UCR a
través del programa “Iniciativa Comunitaria y Cooperativas de Trabajo”: hace
dos años que el Concejo municipal (órgano del que depende el Tribunal de Cuentas)
trata infructuosamente de que el órgano de control amplíe su informe de
auditoría sobre el programa, para poder determinar si hubo o no irregularidades
en el manejo de los fondos.
Pero al parecer la
cosa no termina ahí: como vemos en la imagen de apertura y leemos en ésta nota de El Litoral a la cual corresponde, hay irregularidades administrativas en el
funcionamiento interno del mismo Tribunal, que dieron lugar a un pedido de
auditoría al órgano presentado por el bloque de concejales del PJ, pedido
rechazado por los votos de los ediles de “Cambiemos” y del Frente Progresista,
con argumentos poco claros.
Esa coalición de
hecho de los que son rivales en las elecciones que se harán el domingo en la
ciudad y en la provincia no debería sorprender: recordemos que hace un tiempo
atrás en una reunión publicada en los medios, Lifschitz y Corral acordaron
presionar al Ministerio Público de la Acusación (que radicales y socialistas
controlan a piacere desde 2007) para separar a los fiscales que investigaban los“Corral paper’s” y otras causas molestas para el gobierno provincial, como las
de las horas OSPE de la policía santafesina.
Recordemos también
que Corral propuso para cubrir una vacante en el Tribunal de Cuentas de
la Municipalidad a Germán Huber, imputado en la causa Bolsafe por estafas; quien se había desempeñado antes y a propuesta de la UCR como vocal del Tribunal de Cuentas provincial durante los gobiernos de Binner y Bonfatti, cuando socialistas y radicales eran socios en el Frente Progresista; y que muchas de las cooperativas truchas con las que el intendente
orquestó su red de punteros políticos pagos con dineros públicos obtuvieron su personería por parte de la Inspección General de Personas Jurídicas en lagestión del gobierno del Frente Progresista.
Eso sin contar con
que con los resultados de las PASO a la vista, el socialismo tiene esperanzas
firmes de manejar la municipalidad a partir de diciembre con Emilio Jatón, y
por ende aspira por un lado a heredar esa estructura de punteros a sueldo que
montó Corral; y por el otro a manejar el organismo de control de la hacienda
pública municipal (como por otro lado viene haciendo en la provincia desde el
2007), teniendo a sus vocales a su merced por haber contribuido a cajonear el
pedido para que se los investigue.
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