Evidentemente en éste país es una costumbre nacional hablar de lo que uno no tiene la más puta idea.
Por eso por ejemplo los empresarios opinan sobre cuestiones institucionales, como vemos en el recorrido que hace acá Infobae de las opiniones de algunos popes.
Que además de plantear dudas sobre la conveniencia de cumplir con la Constitución (o sea que el vicepresidente supla al presidente), inventan cosas extrañas.
Así por ejemplo leemos al hoy massista De Mendiguren: "hoy dejaría a todos tranquilos que la Presidente haga una delegación parcial de funciones, ya que delegar todo el poder en el vicepresidente generaría una discusión grande sobre la conveniencia de cederle todas las atribuciones a Amado Boudou, investigado en causas judiciales por enriquecimiento ilícito."
Sería interesante ver donde hace la Constitución el distingo, y por donde cortaría De Mendiguren para decir esto a Boudou sí, esto otro no.
Raro che, con Menem (que era presidente, y estaba investigado por todos lados) no se planteaban estos dilemas.
Además de -por supuesto- señalar lo execrable de estar planteando estas cosas mientras a Cristina la estaban operando pero en fin, no pidamos peras al olmo; ni sensibilidad a un empresario.
Sin embargo lo más interesante lo apuntó Gustavo Weis, el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (foto), quien "admitió cierta preocupación debido a que la jefa de Estado "comanda los destinos del país y es un Gobierno en el que ella toma las decisiones personalmente, lo cual hace más difícil el eventual reemplazo.."".
O sea que de algún modo el amigo Weiss confrma algo que se sospechaba: que antes del 2003 votábamos a un presidente, pero en realidad las decisiones las tomaban otros, o en otro lado.
Esa fue la costumbre con la que vino a terminar el kirchnerismo, primero con Néstor y después con Cristina.
Habráse visto, un presidente o una presidenta que toman ellos personalmente las decisiones que la Constitución dice que son privativas del presidente; donde iremos a parar.
En que quedaron aquéllos tiempos en que los empresarios formaban el gabinete, y así tenían siempre un ministro amigo a través del cual hacerle llegar al presidente -para que no perdiera tiempo en pensar, y pudiera dedicarse a jugar al golf, o andar en bicicleta- las decisiones que tenía que tomar, ya listas y para ponerse en práctica.
Pero tranquilos: a lo mejor después del 2015 volvemos a esas épocas doradas.
1 comentario:
Como decía Pergolini , cuidense que hay muchos garcas dando vuelta... ( entre ellos Pergolini, claro...)
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