LA FRASE

"SI LIJO QUIERE LLEGAR A LA CORTE TIENE QUE RENUNCIAR AL JUZGADO, NO PODEMOS PERMITIR QUE ACÁ ENTRE GENTE POR LA VENTANA." (MANUEL GARCÍA MANSILLA)

sábado, 8 de marzo de 2025

TWEETS POLÉMICOS

 

viernes, 7 de marzo de 2025

OTRA ESTAFA PIRAMIDAL

 

jueves, 6 de marzo de 2025

TWEETS POLÉMICOS

 

miércoles, 5 de marzo de 2025

RADICALISMO BANCARIZADO

 


Tuits relacionados: 

martes, 4 de marzo de 2025

AL FINAL LES SOBRÓ PLATA

 

Por estos días se puede ver en los medios y redes sociales una profusa propaganda del gobierno de la provincia sobre un presunto plan de obras públicas que sería el más importante de la historia de Santa Fe. El propio Pullaro protagoniza la mayoría de los spots junto a maquinaria vial o recorriendo las obras.

De ser cierto, significaría que por fin arrancaron después de un 2024 en el que -en línea con el gobierno nacional de Javier Milei- hicieron la plancha en ése aspecto. Y no es una simple apreciación nuestra: así lo indican las propias estadísticas oficiales sobre la ejecución presupuestaria del gobierno provincial en materia de inversión pública. Y si no, van dos botones de muestra con los dos decretos (343 y 344) firmados por Pullaro el pasado lunes 24 de febrero y cuyas imágenes ilustran el post.

Explicamos: por ambos se están transfiriendo a éste ejercicio partidas presupuestarias no invertidas (es decir, no ejecutadas o no gastadas) el año pasado por un total que roza los 43.137 millones de pesos, de recursos afectados, es decir que tienen un destino específico y no se pueden usar para otra cosa.

Lo cual supone no ya una política de ajuste del gasto público (que la hubo), sino una absoluta ineficiencia en la gestión, porque no es que usaron esa plata para atender otras necesidades más urgentes como pagar sueldos o compensar fondos que dejaron de llegar de la Nación, por ejemplo para pagar el incentivo docente (spoiler: Pullaro no lo solventó con recursos propios, como hizo Kicillof), o subsidiar el boleto de colectivo (spoiler 2: en ese rubro también dejaron recursos ociosos). 

Para poner en perspectiva la cifra de obra pública u otros gastos de capital (como maquinaria y equipo) que se dejó de ejecutar (solo la comprendida en estos dos decretos), el gobierno de Pullaro acaba de adjudicarle la obra del puente de Santa fe a Santo Tomé a la empresa constructora del accionista mayoritario del diario "El Litoral" por algo más de 39.000 millones de pesos. Lo que supone que -a juzgar por las propias cuentas públicas provinciales- al puente ya lo podrían haber hecho el año pasado, y les sobraba plata.

Recordemos que Pullaro y su gobierno están reclamando que la Nación no cumple acuerdos ni les transfiere las rutas nacionales para poder mantenerlas; además de haber endeudado a la provincia en 50.000 millones de pesos, supuestamente con ese fin: con haber usado los recursos que tenían disponibles y no utilizaron (solo los comprendidos en esos dos decretos, puede haber más), no era necesario el endeudamiento.

Dentro de los rubros de recursos afectados (es decir, con un destino específico asignado por ley) hay partidas de los importes que la provincia recibe de la Nación por el cobro del fallo de la Corte Suprema de Justicia por el descuento de parte de la pre-coparticipación que se destinaba a la ANSES (según el acuerdo alcanzado por el gobierno de Perotti), y la parte de la recaudación del Impuesto a los Ingresos Brutos que se debe destinar a la infraestructura vial. 

También se transfieren recursos no invertidos de la parte del Impuesto Inmobiliario que debe destinarse a infraestructura vial en los distritos rurales de la provincia (aunque hace poco el gobierno provincial le cambió el nombre al programa "Caminos de la Ruralidad" de Perotti con el aparente propósito de mantenerlo y ampliarlo) y los recursos destinados a la inversión pública según el Pacto Fiscal firmado en su momento por Lifschitz con Macri. 


Y resulta llamativo también -e indicativo del modelo de gestión- el hecho que, de acuerdo a los Decretos 343 y 344, esos 43.137 millones de pesos disponibles en éste ejercicio para hacer obra pública que no se hizo el año pasado, no son afectados a ninguna obra de las que ya están en marcha, o las nuevas que se puedan licitar {este año.

Quedan guardados en la "bolsa" de Olivares para usarlos en lo que les plazca, como por ejemplo atender las redeterminaciones de precios de los contratos de obra pública según la Ley 12046 (la "paritaria" de la patria contratista), o a aprobar modificaciones presupuestarias que impliquen incrementos en los gastos corrientes en detrimento de los gastos de capital hasta un monto equivalente al cuarenta por ciento (40%) del crédito inicial previsto para estos, según autoriza al Poder Ejecutivo el artículo 60 de la Ley 14.385 de presupuesto para éste año.

De ser el primer caso, significaría que el gobierno de Pullaro maneja dos inflaciones distintas: una a la baja con la que intenta (y en la mayoría de los casos lo logra) cerrar paritarias a la baja con los gremios de trabajadores estatales, y otra para indexar los precios de los contratos de obra pública. Y de ser el segundo, supone que el tan promocionado plan de obras públicas es en realidad otra venta de humo a las que la gestión provincial nos tiene acostumbrados.

La misma venta de humo con la que promocionan el superávit fiscal primario (antes del pago de deuda) del año pasado de 132.055 millones de pesos, cuando solo en 22 días del mes de febrero de éste año (entre el 3 y el 25de) Pullaró firmó 18 decretos transfiriendo para éste ejercicio recursos no invertidos el año pasado de fondos afectados a un destino específico: el 57 % del superávit promocionado. Tuit relacionado:

lunes, 3 de marzo de 2025

TWEETS POLÉMICOS

 

domingo, 2 de marzo de 2025

"SON PEORES QUE EL KIRCHNERISMO"

 

Poco importa si se está hablando de meter jueces de la Corte por decreto, prohibir que la prensa cubra la apertura de las sesiones del Congreso, votar cualquier cosa en la ONU y los organismos internacionales, promocionar estafas piramidales desde la presidencia de la nación, censurar medios y periodistas o estigmatizar colectivos sociales como hizo el presidente en Davos.

Cualquiera sea la atrocidad de Milei y su gobierno de la que se trate, siempre apareceremos nosotros -de un modo u otro- en la comparación, como si no pudieran criticar al actual experimento con seres vivos por sí mismo, o su naturaleza horrible no fuera suficientemente explícita. Gente que estuvo por años apostrofando contra Néstor, Cristina y los gobiernos kirchneristas y ahora se encuentra ante la realidad de que contribuyeron de ese modo a liberar al Kraken, e intentan diluir sus responsabilidades estableciendo comparaciones improcedentes y mentirosas.

Porque no se trata ya de discutir si en los gobiernos del kirchnerismo hubo o no corrupción o autoritarismo, o tuvieron o no la dimensión que los medios hegemónicos y sus escribas les adjudican desde hace años. Porque además estamos viendo ahora (como lo vimos durante el gobierno de Macri) que en realidad la corrupción, la ética en la gestión pública, la república, las instituciones o la división de poderes les importan o les dejan de importar, según quien gobierne.

Se trata simplemente de que nos meten a nosotros (al kirchnerismo, a sus gobiernos y a Cristina) donde no tenemos por que estar, en escenarios comparativos en los que nunca estuvimos, como si hubiéramos hecho cosas remotamente parecidas a las que está perpetrando Milei, pero jamás hicimos. O peor aun: hicimos exactamente lo contrario, pero les cuesta un órgano reconocerlo, porque sería tanto como reconocer que mintieron o engañaron por años.

Por caso, repasando cada uno de los temas que señalamos en el primer párrafo, en tres gobiernos y más de doce años de gestión, el kirchnerismo no hizo nunca nada de eso, ni cercano. Nos animaríamos a decir incluso que ni siquiera hizo cosas como ésas Alberto Fernández en el gobierno del "Frente de Todos". Y todos podríamos sumar un montón de temas a la lista, en los que la conclusión sería la misma.

El fenómeno tiene buena parte de su explicación en la persistencia del gorilismo como actitud mental patológica, que le impide a cierta gente reconocerle algún mérito al peronismo cuando gobierna, no hablemos ya de admitir que cuando eso pasaba, el país (y ellos) estaban mejor: antes se dejan cortar un brazo, como prometió (y no cumplió) Milei en caso de aumentar un impuesto. 

Y de ese fenómeno vienen otras consecuencias, como la demonización del kirchnerismo (como le sucedió al peronismo original), al que se le niega entidad política y de adversario con legitimidad democrática, para remitirlo a los territorios del delito, la persecución y la legislación penal. 

El hecho maldito del país burgués del que hablaba Cooke, un estigma leproso del que hay que mantener prudente distancia, aun cuando haga las cosas bien (o no tan mal), no haga nunca lo que ellos dicen que hará o -peor aún- o aun cuando esos horrores los perpetren efectivamente (incluso aumentados o superando los peores miedos y fantasmas) los gobiernos que ellos votaron, apoyaron y apoyan, o contribuyeron a entronizar con su críticas constantes para horadar al peronismo en el gobierno. Mucho de esto se vio hace poco en la discusión en el Congreso por los dichos de Milei en el foro de Davos y los dichos del diputado socialista Paulón analizados acá,  

La responsabilidad de estos comparadores de peras con manzanas (cuando además muchas veces las manzanas ni siquiera existen) es mayor si se repara en el hecho de que -al igual que pasó con Macri- cuando se intentaba advertir que votando gobiernos de derecha ciertas cosas pasarían, se desacreditaban las advertencias bajo el rótulo de "campaña del miedo"; y cuando tirando del hilo analítico de la insatisfacción democrática, nos echan exclusivamente a nosotros la culpa de que haya ganado Macri primero y Milei después, como si ellos no hubieran tenido nada que ver.

A estar entonces ahora y no comprar buzones de arrepentimientos que ni siquiera son tales de muchos que nos viven pidiendo autocrítica a nosotros (hasta por cosas que nunca hicimos), y ahora simplemente están dando cabriolas dialécticas en el aire tratando de despegarse de un experimento autoritario al que contribuyeron -les guste o no, lo acepten o no- a llegar al poder. Mucho más incluso que nosotros, y nuestros errores reales, que no fueron pocos.