LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

jueves, 21 de noviembre de 2024

TWEETS POLÉMICOS

 

miércoles, 20 de noviembre de 2024

GRINGOS Y CRIOLLOS

 

En la zoncera Nº 8 de su "Manual", Arturo Jauretche analizaba como tal "la libre navegación de los ríos: "Es la primera zoncera que descubrí en las entretelas de mi pensamiento y con ello quiero demostrar una vez más que ‘anoche ío sonno pittore’, es decir zonzo, por lo que me las sigo buscando mientras lo invito a usted a la misma tarea.".

"En la escuela primaria no era de los peores alumnos y contaba con cierta facilidad de palabra, motivos por los que frecuentemente fui orador de los festejos patrios. En uno de esos había bajado ya de la tarima, pero no de la vanidad provocada por los aplausos y felicitaciones, cuando mi satisfacción empezó a ser corroída por un gusanillo.".

"Entre las muchas glorias argentinas que había enumerado estaba esta de la libre navegación de los ríos, y en ella empezó a comer el tal gusanito. El muy canalla –tal lo creí entonces- me planteó su interrogante, tal vez aprovechando lo vermiforme del signo: – ‘¿De quién libertamos los ríos?’. Y en seguida, como yo quedaba perplejo, agregó la respuesta: – ‘De nosotros mismos. ¡Je, je, je’ –agregó burlonamente.".

"¿De manera que los ríos los libertamos de nuestro propio dominio?’ –pensé yo de inmediato, ya puesto en el disparadero por el gusano. Y continué-: ‘Pero entonces, si no eran ajenos sino nuestros, y los libertamos nosotros mismos, ¿se trata sencillamente de que los perdimos?’.".

"Busqué entonces algunos datos y resultó que era así: la libertad de los ríos nos había sido impuesta después de una larga lucha en la que intervinieron Francia, Inglaterra y el Imperio de los Braganzas. Y en lo que no se había podido imponer por las armas en Obligado, en Martín García, en Tonelero, por los imperios más poderosos de la tierra, fue concedido –como parte del precio por la ayuda extranjera- por los libertadores argentinos que aliados con el Brasil vencieron en el campo de Caseros y en los tratados subsiguientes.".

La verdad histórica es estrictamente esa: la soberanía nacional sobre nuestros ríos interiores (en definitivas y por extensión, nuestra soberanía como nación independiente) fue reconocida por tratados por las principales potencias del mundo de su tiempo que quisieron pisotearla cuando hubo un gobierno digno que se los impidió; y fue abandonada en la propia Constitución Nacional y los tratados firmados en su consecuencia pocos años después, por otro gobierno indigno que llegó al poder cometiendo traición a la patria, en los mismos términos que esa propia Constitución la define: tomar la armas contra la Nación, o unirse a sus enemigos prestándoles auxilio y socorro.

Caseros fue así una desgracia nacional preludio de otras que vendrían después, presentada como una victoria, en nombre de la libertad: ¿les suena? Y así como los 40 años anteriores de guerras por la independencia habían sido pródigos en ambas cosas (honores y traiciones, glorias y derrotas), lo serían los tiempos que vendrían después; y la organización nacional nació marcada -y condicionada- por el signo de la traición al ideal de independencia y soberanía.

Por supuesto que el destino nunca está marcadode una vez y para siempre, y es así entonces que el país que eligió a Perón por sobre Braden, y nacionalizó sus recursos naturales estratégicos en la Constitución de 1949, terminaría décadas más tarde votando a alguien que quiere regalar esos recursos (empezando por nuestros ríos interiores) a través del RIGI, y que le ofrece al nuevo presidente electo de la principal potencia mundial su ayuda incondicional para hacer más grandes...a los Estados Unidos.

Ser un país no es solamente (y no tanto) tener bandera, moneda o autoridades propias, sino ser soberanos, decidir nuestros propios destinos, sin injerencias ni imposiciones de nadie. Si no se es eso, es otra cosa, da lo mismo si una colonia, un protectorado o un paraíso fiscal. Pero no un país.

Y en la lucha histórica por afirmar esa idea, el problema puede estar afuera, en los otros, pero por sobre todo está adentro: como también decía Jauretche, "si malo es el gringo que nos compra, peor es el criollo que nos vende.". Aunque lo rodeen de bellas palabras o apelen a principios abstractos (como la libertad), ellos consultan siempre sus propios intereses nacionales, que son bien concretos. Y por eso llegaron a ser grandes.

La soberanía nacional bien entendida empieza por casa, y antes de defendernos de los agresores o amenazas de afuera -que existen-, hay que ajustar cuentas con los cipayos de adentro. Para no volver a recorrer el camino que llevó de Obligado a Caseros, una y otra vez.

Tuit relacionado:

martes, 19 de noviembre de 2024

AGENDA 1030

 

Perón decía que la verdadera política era la política exterior, y de un extraño modo, Milei parece darle la razón: desde que asumió el gobierno está proyectando a escala planetaria en los diferentes foros internacionales, las idioteces que configuran su discurso político y su pensamiento, si es que se lo puede llamar así.

Sin que digan nada los que otrora protestaban por la presunta partidización de la Cancillería en manos de la Cámpora en manos de Cristina, el presidente ha emprendido una cruzada contra lo que él llama "globalismo", que no serían otra cosa que los organismos multilaterales de los que el país es parte, y la Agenda 2030 de la ONU, un conjunto de objetivos y buenas intenciones que reemplazaron a la agenda del milenio, como metas deseables de la comunidad internacional. 

Disgresión: tampoco ninguno de ellos se ha pronunciado hasta acá sobre el propósito públicamente explícito del gobierno de hacer purgas ideológicas entre el personal del servicio diplomático, para garantizar que nadie adopte "agendas enemigas", en la guerra contra enemigos invisibles en la que -al parecer- Milei embarcó al país; con un oscurantismo digno de los tiempos medievales. 

Volvemos: una vez decidido ese rumbo de deriva, todo lo que se puede esperar de la política exterior del gobierno que padecemos son papelones, y en eso han superado las expectativas: en 11 meses de gestión Milei el país ha abandonado los reclamos por Malvinas, ha respaldado el bloqueo a Cuba en soledad junto a Estados Unidos e Israel (nuestra delegación votó en contra, pero eso le costó el puesto a Mondino), ha retirado la delegación de la cumbre de cambio climático, y ha votado en contra de las políticas compensatorias de género y de la prevención de la violencia contra mujeres y niñas, y del reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios, exabruptos en los que quedó en soledad mundial, violando además un claro mandato constitucional; como lo hizo con el reclamo de Malvinas.

Si la intención de Milei con esas decisiones es plantar bandera y dejar sentada una postura ideológica, lo ha conseguido: hoy la Argentina está quedando crecientemente aislada del mundo y empieza a ser identificada como un enclave de ideas estrafalarias, atrasadas e impracticables, tal como nuestro gobierno las plantea. La agenda del 1030, o algo por el estilo.

Pero no se trata simplemente de una disputa teórica, sin mayores alcances prácticos: de la mano de la extravagante política exterior de Milei hemos roto una tradición centenaria de no involucrarnos en conflictos externos apostando a la solución pacífica de controversias, simplemente por hacer seguidismo de la política exterior de Estados Unidos e Israel en Gaza y Ucrania, pese a sostener como muy posible sufrir en territorio nacional un nuevo atentado terrorista como los de la embajada de Israel y la AMIA; y pese también a apoyar posturas que son contradictorias con las bases jurídicas de nuestro reclamo de soberanía en Malvinas.

Y los caprichos de Milei han sido además nocivos para el interés nacional: ha provocado con su torpeza conflictos diplomáticos innecesarios con Brasil, España, Rusia y China, que están entre nuestros principales socios comerciales y destino de nuestras exportaciones; mientras declinó la invitación para que el país ingrese a los BRICS justo cuando el grupo amplía sus miembros, acreciente su influencia en el tablero internacional, y hasta el electo presidente de EEUU Donald Trump plantea dialogar con esos países.

Eso sin contar que el "globalifóbico" Milei que -junto con su vicepresidenta- hace una parodia de nacionalismo para -supuestamente- evitar injerencias foráneas en el diseño de las políticas nacionales, adhiere sin reservas a la verdadera globalización (que es la financiera), entrega en bandeja los recursos naturales del país a través del RIGI de la ley bases, y sostiene fluidos vínculos con el FMI, que es la única institución multilateral que al parecer no molesta.

Los dislates de la política exterior de Milei no son otra cosa que consecuencia y proyección del modelo que despliega fronteras adentro, con los resultados que están a la vista. Y parte de la obra de reparación futura, cuando esta pesadilla termine, es la reconstrucción de la imagen y los vínculos de la Argentina con el mundo, convenciendo a las demás naciones que los argentinos somos mejores que la pandilla de lunáticos que circunstancialmente nos gobierna. Tuit relacionado:

lunes, 18 de noviembre de 2024

TWEETS POLÉMICOS

 

domingo, 17 de noviembre de 2024

¿ESTÁS SEGURO?

 

ENTONCES TAMBIÉN...

 

...pensaron que prohibiendo cosas, cambiando nombres, quitando jubilaciones y derribando bustos, se iban a olvidar de nosotros.

 Y tanto se acordaron, que lucharon para que Perón volviera.

...creyeron que nos estaban enterrando, cuando en realidad nos estaban sembrando.

...imaginaron que la historia se reescribe por decreto, y se puede ordenar que las cosas pasen como ellos se imaginan, aun en contra de la voluntad del pueblo.

...parecía que el presente era oscuro, el futuro era tenebroso y había cosas imposibles de lograr, pero la militancia demostró que no las hay, y que el asunto está siempre en nuestras manos.

...intentaron sostenerse exclusivamente a base de a fuerza, el odio y la negación del pasado feliz, y pensaron que haciéndolo, durarían para siempre y refundarían el país sobre la base de la exclusión y el sometimiento.

Pero igual se terminaron yendo.

...omitieron hacer lo único que podría habernos hechos desaparecer definitivamente, por falta de necesidad histórica: gobernar para la grandeza de la patria y la felicidad del pueblo. 

Por eso volvimos, y vamos a volver todas las veces que haga falta.

Feliz Día del Militante para todos los que militan por un país más justo. 

sábado, 16 de noviembre de 2024

PARA LA VUELTA

 

Si alguna vez nos toca volver a ser gobierno, hay errores de la fallida experiencia del "Frente de Todos" que no podemos volver a repetir. Empezando por la selección del candidato: nunca más tibios componedores puestos con la idea de "cerrar la grieta", y ofrecerles la paz a los que nos quieren muertos.

Otro asunto relevante es no volver a armar un mero rejunte electoral, sino definir claramente de antemano para qué queremos volver, es decir cuales serían las bases de un eventual plan de gobierno, y el propósito político central: simplemente administrar la crisis que seguramente heredaríamos, o intentar de una buena vez transformar las cosas, para no vivir de crisis en crisis. 

Y finalmente tampoco volver a repetir la experiencia de indultar al pasado, perdonándoles a estos hijos de puta todos sus latrocinios y estropicios que condicionan al país y sus habitantes por los siglos de los siglos, como pasó con la deuda contraída por Macri con el FMI. Basta de "unidad para que duela", y pasemos a la unidad para que les duela a ellos.

El concepto aplica también a las privatizaciones que Milei está intentando llevar a cabo aun en contra de la opinión del Congreso, porque quedaron expresamente afuera de la ley de bases, como es el caso del Banco Nación o Aerolíneas Argentinas. Desde ya que habrá que ir pensando también en nuestros propios DNU 70 y ley de bases, para no perder el tiempo; los que deberían incluir -necesariamente- la derogación de ese mega DNU, y de la ley de bases con el nefasto RIGI.

Una actitud responsable de la actual oposición (y eventualmente gobierno en el futuro), al menos de la que reivindique los valores del peronismo y del campo nacional y popular, debería ser advertirles claramente, por todos los medios y en todos los tonos posibles, a eventuales inversores, que cualquier negocio concertado en contra de la legislación vigente en el país (incluso la que ello mismos han dictado en éste gobierno) será desconocido, y dejado sin efecto. 

Otro tanto vale para cualquier canje de deuda concluido al amparo del DNU 946 (ver más info acá), venta de acciones o activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de ANSES o cualquier venta de bienes del Estado concretada en el marco del DNU 950 (ver al respecto esta nota en El Cohete a la Luna).  

Sin contemplaciones, y si no les gusta. hagan juicio, que al fin y al cabo es lo que saben hacer, como lo comprueba el caso de la expropiación de YPF; en el que vienen discutiendo hace 12 años si el Estado argentino puede o no ejercer una facultad que le otorga la Constitución Nacional.

Para lo cual además habría que ir advirtiendo ya, desde ahora, que en caso de ser gobierno el país abandonará la jurisdicción del CIADI y denunciará los TBI de inversión firmados en los 90' durante el menemato, por ser claramente perjudiciales para el país. Cosa que por cierto debimos haber hecho hace rato, y quedó entre los principales pendientes de la década ganada.

Como dicen, el que avisa no es traidor, y cuentas claras conservan amistades. 

viernes, 15 de noviembre de 2024

TWEETS POLÉMICOS

 

jueves, 14 de noviembre de 2024

LAS COSAS POR SU NOMBRE

 

En 2008 el intento de captar para el Estado una parte de la renta extraordinaria del campo privilegiado derivó en una cuasi guerra civil, con meses de rutas cortadas, piquetes y un intento de golpe de Estado encabezado desde el Congreso por el vicepresidente que se travistió en opositor. Desde entonces, nunca más se pudo intentar algo similar, aunque el campo siga teniendo rentas extraordinarias y la comida esté cada vez menos al alcance de los bolsillos populares.

La ley de medios fue -como lo advirtió Cristina- una prueba ácida para las instituciones de la democracia, que no lograron superar: ampliamente debatida en foros en todo el país y votada por amplias mayorías en ambas Cámaras del Congreso, el intento de desarmar posiciones dominantes en el mercado de la comunicación audiovisual que implicaba naufragó en los tribunales -pese a que la Corte Suprema la declaró constitucional después de años de letargo-, para terminar mutilada por DNU por Macri, y con Martín Sabbatella condenado años después por tratar de aplicarla. Y el discurso mediático hegemónico formatea las audiencias, define la oferta electoral, decide -en buena medida- las elecciones. 

Son apenas dos ejemplos de como lo que fue calificado por algunos como el "tibio reformismo kirchnerista" ni siquiera pudo conseguir esos objetivos, pero igual haberlos intentado le valió persecución hasta hoy, sobre todo en la figura y la persona de Cristina.

Imaginemos por un momento como se las gastaría un poder económico que ha hecho de las instituciones y la república simples herramientas al servicio de sus intereses, si la política decidiera ir más a fondo en otras cuestiones, en las que ciertamente habrá que avanzar algún día si queremos profundizar esto que llamamos democracia, o hacer que el nombre tenga algo del sentido que perdió hace rato.

Porque pese a que sostenemos periódicamente el ritual de las elecciones, cada día va perdiendo un poco de su sentido profundo: Macri ganó en el balotaje del 2015 mintiendo descaradamente, como está comprobado con los registros audiovisuales del debate, y quien entonces lo desenmascaró hoy es funcionario y apologista del régimen de Milei, que no podría sostenerse sin el apoyo del contrabandista.

En condiciones similares a las de ahora -es decir, estando condenada por la justicia y sin sentencia firme- Cristina eligió a Alberto en el 2019 en lugar de ser ella la candidata, para ganar las elecciones y perder el gobierno, en lo que fue una profunda decepción por la traición al mandato popular. 

En el 2023, Cristina y el peronismo insistieron -por tercera elección consecutiva- en la oferta de paz de elegir un candidato conciliador con el régimen, el cual un año después de haber perdido el balotaje ni siquiera se hizo tiempo -al menos hasta ahora- para solidarizarse con ella por su condena, pese a que sin su generosidad jamás hubiera podido competir, por volumen electoral propio. 

Este contexto de ininterrumpida degradación institucional y democrática -en el que el vaciamiento y la parálisis del Congreso son uno de los puntales esenciales del régimen- debe iluminar también la hoja de ruta de un futuro gobierno, al menos si es uno que corresponda a la tradición nacional, popular y democrática, o se reivindica como parte de ella.

Después del experimento con seres vivos que está asolando a la Argentina hay que volver al gobierno por las urnas -no hay otro modo-, pero no basta con organizar una arquitectura electoral eficiente y esperar que el desgaste del régimen haga el resto: hay que darle ya, desde el llano, otro significado al voto futuro que le vamos a pedir a la ciudadanía. Que no es otro que su sentido real, el que nunca debió perder: cambiar las cosas en serio, para transformar una realidad injusta y lacerante para millones de compatriotas.

Lo que involucra recuperar palabras que fuimos dejando de lado por seguir los consejos de los asesores de campaña y consultores de imágenes, para hablar claro, llamar a las cosas por su nombre, y ser como ellos dicen que somos, pero por algún extraño complejo, nunca nos terminamos de animar a ser.

La propuesta no está exenta de riesgos, claro está, pero se trata de tensionar positivamente a la democracia en busca de su sentido profundo, para detener su progresivo vaciamiento y su prostitución que la está convirtiendo en un significante vacío, desprovisto de sentido, que termina generando engendros como Milei. 

No podemos seguir jugando a que: a que hay democracia, a que tenemos instituciones, a que rige la Constitución, a que nos preocupan la pobreza o la desigualdad, a que seguimos siendo un país soberano, o con los atributos de tal. Hay que intentar algo distinto y alguien tiene que hacerlo, por nosotros, por el país, por su futuro y el de la inmensa mayoría de sus habitantes. 

Hay que dejar de llorar proscripciones y persecuciones -que existe, quien puede dudarlo-, y forzar al régimen a desnudarse, y verse obligado a instrumentarlas realmente para defender sus privilegios: ya no tiene sentido desconocer -o actuar como si lo hiciéramos- los liderazgos naturales instalados en el corazón de los argentinos y ofrecer sustitutos que no están a la altura del desafío, simplemente porque ellos y sus jueces dicen que Cristina no puede ser candidata.  

Y si no somos nosotros (solos o acompañados por otros que piensen más o menos parecido) los que lo intentamos, ¿quién? Tuits relacionados:

miércoles, 13 de noviembre de 2024

TWEETS POLÉMICOS