Un extranjero no
muy interiorizado de la realidad de la Argentina que llegara a estas pampas y
observara los principales medios podría concluir que estamos viviendo una
especie de “mani pulite”, con un presidente comprometido a fondo en la lucha
contra la corrupción, y que encabeza una profunda cruzada de regeneración moral
del país.
Del mismo modo otro
extranjero más informado por los medios de su país de origen - donde el tema
tuvo más repercusión que acá- de los coletazos de los “Panamá paper’s” matizaría
la percepción, acaso porque sabría que ese mismo presidente es un conspicuo
representante de lo que nosotros llamamos “patria contrarista” y que ellos
denominarían “capitalismo prebendario”; con una larga tradición de esquilmar al
Estado en los contratos, evadir impuestos y fugar dinero a guaridas fiscales, a
través de empresas off shores, cuentas ocultas y sociedades pantalla.
Para poner en el
primer plano de la agenda política una presunta cruzada “contra la corrupción y
las mafias” es necesario encontrar el enemigo perfecto al decir de Durán Barba,
y en esto coincidimos con él: ¿Qué mejor que personajes impresentables e
indefendibles como el “Pata” Medina o antes, el “Caballo” Suárez, para usarlos
como muestra de que la cosa va en serio, y que nadie puede sentirse seguro y a
salvo de la espada flamígera del presidente moralizador?
Claro que la
cruzada moralizadora es perfectamente compatible con los negocios propios, y
más aun, estrictamente funcional a ellos: mientras nos entretenían con el
cinematográfico despliegue policial para detener a Medina, y en apenas los días
que corren de ésta semana, “Niky” Caputo, el amigo del alma -léase testaferro-
del presidente, se quedaba con contratos del gobierno para la provisión de
energías renovables por 500 millones de dólares y las acciones de sus empresas
volaban en la bolsa; la empresa de la familia del Jefe de Gabinete y del
secretario de Comercio se veía beneficiaba con un aumento del cupo de la cuota
Hilton adjudicada por el propio gobierno; y el ministro Aranguren anunciaba la
liberalización total del precio de los combustibles, para beneficio del cártel
de empresas petroleras que dominan el mercado, entre ellas su ex empleadora
Shell, de las que hasta no hace poco conservaba (¿ o aun conserva?) acciones.
Muestras evidentes
de que el “gradualismo” del que hablan para avanzar en reformas estructurales
(léase ajuste) no aplica a los negocios: que éste gobierno sea el vehículo
perfecto para una restauración neoliberal en el país no quita que sus miembros
(empezando por el propio presidente) no aprovechen la oportunidad dorada de
ocupar los dos lados del mostrador.
Dicho de otro modo,
que lo necesario (“lo que hay que hacer”) no les impida lo urgente, así como la
vidriera rota y la alarma desconectada en un negocio proveen a los cacos la
oportunidad perfecta, que sería un pecado desaprovechar; porque podría no
volver a repetirse jamás.
Y la avanzada del
gobierno contra sindicalistas corruptos es también perfectamente compatible con
su alianza con algunos de los más notorios en ese rubro como el “Momo” Venegas
(cuya hija ventila por estas horas un entramado de plata en negro y testaferros
que se quedaron con lo que no les corresponde); y también con la negociación
con los “gordos” de la CGT de una enigmática “cobertura universal de salud”,
que huele a negociado con la plata de las obras sociales (la principal fuente
de corrupción sindical), por donde se lo mire.
Del mismo modo, con la excusa de Cristóbal
López, sus deudas con el fisco y sus vínculos con el kirchenrismo y apalancados
en extorsionarlo con las causas en su contra, se cargaron a Navarro, que
amplificaba las denuncias de Verbitsky contra el presidente y familia, y ahora
lo obligarán a venderle sus medios a los Terranova; que por medios propios no podrían
comprar ni una gacetilla parroquial.
Y también con el mismo modus operandi,
cierran las tenazas sobre Víctor Santa María del SUTERH desempolvando viejos
carpetazos de hace más de una década, para acallar a Página 12 (donde también y
primero publica el “Perro” sus denuncias), en muestra de que no le preocupan
tanto las críticas a sus políticas, como las denuncias de sus curros.
También por estos
días y mientras veíamos en cadena nacional el operativo para detener a Medina
el Senado aprobada la ley de responsabilidad penal empresaria, sin incluir la
“cláusula Odebrecht” propuesta por el gobierno para controlar las “delaciones
premiadas” de los arrepentidos; cuando ya Macri no la necesitaba porque se
aseguró correr a los brasileños de la obra del Sarmiento reemplazándolos por la
italiana Ghella (muy presumiblemente otra cáscara de los negocios familiares);
que -oh sorpresa- conseguiría el financiamiento del HSBC (empleador del hoy
asesor presidencial Martino) y el Deustche Bank (ex empleador del ministro
Caputo) ambos habituales colocadores de deuda argentina con éste gobierno, para
llevar adelante una obra a la que el propio Macri le asignó 45.000 millones de
pesos por DNU.
La ley sancionada les permitiría (a sugerencia
de la OCDE, el “club VIP” de países al que Macri aspira que ingrese la
Argentina) a las empresas zafar de su responsabilidad penal por hechos de
corrupción si demuestran tener “códigos de ética internos” que penalicen esas
conductas: una especie de privatización del sistema penal; mientras en el
coloquio de IDEA los empresarios cargan contra los jueces para exigirles
avances en las causas por corrupción (contra los corruptos, no contra los
corruptores), pero para exigirle con más premura al gobierno y al Consejo de la
Magistratura que depuren el fuero laboral de jueces molestos.
Mientras el
periodismo servilleta marca los blancos como en los mejores tiempos de la
dictadura, se exhibe sin impudicias la profunda dualidad moral de estos
sepulcros blanqueados, y de buena parte de sus votantes: el “haciendo lo que
hay que hacer” que es moldear una Argentina post peronista, te lo quieren
vender como una cruzada moral; porque lo que les molesta no es la corrupción
sino los derechos, no son los bolsos de López o el yate de Jaime, sino el aguinaldo, las vacaciones
pagas o las indemnizaciones por accidente de trabajo o despido.
La jugada es de
manual y se le ven las costuras, pero no por eso es menos efectiva: les ofrecen a
sus electores cambiar dolores presentes (cada vez les importa menos disimular
al ajustazo que harán tras las elecciones) por esperanza futuras, y por la
sensación de sentirse parte de algo más grandes que ellos y que los excede, una
especie de mística honestista que haga las veces de taparrabos espiritual de
las desnudeces materiales.
Pero para mal de la
democracia argentina, avanzan sin pausas por un sendero de autoritarismo
creciente y cada vez menos reprimido, que siempre termina mal; con la
construcción de una realidad alienada y alienante, acumulando múltiples
facturas en el camino con la Gendarmería, los servicios de inteligencia, la
patota judicial y los medios; esos mismos que hoy elogian el vestuario del rey
Mauricio y mañana -de golpe- descubrirán que está desnudo, acaso si no
resuelve a favor suyo la puja con las telefónicas por el cuádruple play y la
convergencia, o cuando sostenerlo represente un costo que nunca están
dispuestos a pagar: así como en las crisis financiera ningún banco quiebra, en
los sacudones institucionales ningún Magneto debe irse de la redacción del
diario en helicóptero.
2 comentarios:
Che..." a las empresas zafar de su responsabilidad penal por hechos de corrupción si demuestran tener “códigos de ética internos” que penalicen esas conductas: una especie de privatización del sistema penal"
Esto es muy grave..me hizo acordar a este documental. Deben verlo.
Es la punta del iceberg
https://www.youtube.com/watch?v=y3aKtcf7A1o
"Serie documental sobre el TTIP, el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones, que negocian Estados Unidos y Europa. Este capítulo se centra en el ISDS o tribunales de arbitraje privados a los que acuden las multinacionales para resolver los conflictos con los Estados. Un auténtico secuestro y privatización de la justicia por parte de las corporaciones transnacionales."
Pal Quienque
x ahí es mas barato q coimear o buscar el apriete a jueces, sólo sería para maximizar las ganancias q devendrán en impensables derrames...
Publicar un comentario