LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

domingo, 17 de septiembre de 2017

DESMALVINIZACIÓN


A un año del infame Acuerdo firmado entre el Gobierno de Macri y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte que trata la Cuestiones de las Islas Malvinas, Antártida e islas del Atlántico Sur, reiteramos nuestro rechazo y reivindicamos la soberanía sobre dichos territorios y los recursos naturales que pertenecen a más de 40 millones de argentinos. Reclamamos el mandato de las Resoluciones de Naciones Unidas: establecer un diálogo entre ambas Naciones para encontrar una solución pacífica y diplomática a la controversia de soberanía.

Este acuerdo menoscaba y consuma vulneraciones flagrantes a la Constitución Nacional, leyes nacionales vigentes, resoluciones de Naciones Unidas, declaraciones nacionales refrendadas por el Honorable Congreso de la Nación como es la “Declaración de Ushuaia”, resoluciones emanadas de organismos regionales, en perjuicio de los intereses de la República Argentina relativos a la cuestión Malvinas, tanto en lo que hace a su soberanía territorial como a la marítima, hidrocarburífera, ictícola, acuífera, y antártica, entre otras.

Desde que se firmó el acuerdo entre los gobiernos de Mauricio Macri y Theresa May el 13 de septiembre de 2016, los británicos avanzaron en la explotación de nuestros recursos naturales. Según consta textualmente en dicho documento: “se acordó adoptar las medidas apropiadas para remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo comercio, pesca, navegación e hidrocarburos. En este sentido, es pertinente recordar que sólo con la venta de licencias de pesca se recaudan anualmente unos 30 millones de dólares que sumado a los recursos ictícolas producidos por la pesca ilegal aportan el 40% del PBI para el sostenimiento del “enclave colonial-militar” en nuestras Islas Malvinas. Asimismo, el avance en la explotación de recursos hidrocarburíferos indica que en la cuenca Malvinas existen yacimientos de petróleo de clase mundial con estimaciones que alcanzan un potencial de casi 1000 millones de barriles.

Al mismo tiempo, el grado de militarización se ha profundizado, como lo demuestra el incremento de los vuelos militares británicos con base en países vecinos, en violación a lo acordado desde el Mercosur la UNASUR. Este gravísimo hecho no ha sido denunciado por el gobierno de Macri. Pretender negociar nuestra soberanía en las Islas Malvinas a cambio de supuestos negocios no sólo está en contra de nuestro ordenamiento jurídico sino que resulta una torpeza política despreciar los apoyos regionales y globales que la Causa Malvinas ha cosechado en los últimos años, en Mercosur, UNASUR, OEA, otros foros multilaterales y Naciones Unidas, que rechazan la existencia de un enclave colonial al sur de nuestro continente y la expoliación de nuestros recursos naturales. En otros tiempos, dejar de lado la discusión de soberanía para avanzar en otros aspectos no ha beneficiado en nada la posición argentina. La única modificación al status quo fue favorable a los isleños, que consiguieron las regalías pesqueras y cierta autonomía frente al Reino Unido, como una legislatura local y la participación en las reuniones del Comité de Descolonización de ONU. Nuevamente, el gobierno de Macri desprecia la estrategia multilateral y elige la negociación bilateral con el compromiso de eliminar unos supuestos “obstáculos” que demuestran el alto costo político y económico que tenían para una potencia colonial distante.

Consideramos que lejos de haber rectificado los deplorables términos de ese Acuerdo, el gobierno de Mauricio Macri ha avanzado en políticas que implican la desmalvinización de la política exterior e interna, y que se ha producido un lamentable deterioro y retroceso en la reivindicación de la soberanía nacional sobre la Islas Malvinas, Sandwich del Sur, Georgias del Sur y los espacios marítimos circundantes. Muestra de ello es el incremento de las inversiones británicas en la expansión de las instalaciones militares en las islas; el aumento de las escalas de los vuelos militares británicos en Brasil consentidos por el gobierno golpista de Michel Temer; el avance de la exploración hidrocarburífera de los británicos con la complacencia del gobierno argentino; el desmantelamiento y remate del Instituto Antártico Argentino; la habitual omisión de diversos organismos públicos de incluir a Malvinas y al sector antártico argentino en mapas oficiales; la exclusión de nuestra aerolínea de bandera en un eventual acuerdo por la cuestión de los vuelos con origen y destino en las Islas; el abandono de una política de búsqueda de apoyo internacional en favor del diálogo por la cuestión de la soberanía; el veto presidencial a la Ley que establece el beneficio de la jubilación anticipada a los veteranos de Malvinas, entre otras gravísimas situaciones que atentan contra lo dispuesto por la Constitución Nacional en la Cláusula Transitoria Primera en lo relativo a la reivindicación de la soberanía argentina sobre Malvinas. A ello se suma el debilitamiento institucional del Instituto Antártico, lo que atenta contra la investigación científica y tecnológica y contra nuestra presencia en el continente antártico, cuya soberanía la Argentina reclama. La política de desmalvinización llega a su cenit con la firma del Acuerdo, que responde únicamente a los intereses británicos y soslaya el diálogo por la soberanía, que es la primera cuestión a resolver.

El Acuerdo Macri – May implica un retroceso en la política respecto a la Cuestión Malvinas, abandonando los reclamos y facilitando los actos unilaterales británicos. Se ha intentado imponer a espaldas de la ciudadanía, sin brindar información ni buscar consensos en nuestra sociedad y sin contar con el aporte del ámbito natural y constitucional para debatir la cuestión: el Congreso de la Nación. En este año, transcurrido desde la firma del Acuerdo, ni siquiera se ha convocado al Observatorio Parlamentario “Cuestión Malvinas”, creado en 2006, con el objetivo de estudiar, debatir, difundir, reunir antecedentes, realizar aportes y promover todo tipo de actividades académicas relacionadas con la Cuestión Malvinas. Las renuncias de Foradori y de Malcorra no han resuelto ni modificado la política llevada adelante por el gobierno de Macri, más preocupado por los negocios británicos que por la defensa de nuestros legítimos intereses.
El documento completo, acá.

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