LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

viernes, 25 de junio de 2021

EL PLAN DEL DÍA DESPUÉS

 


El culebrón de daños autoinflingidos del gobierno con los cambios en el monotributo fue el hecho discordante en un panorama económico en el cual, si no se puede (o no se quiere) ir más a fondo en determinadas cuestiones, se trata de no dar malas noticias, por lo menos hasta las elecciones. El segundo semestre (ay, esa expresión) del año, en el que caerán los comicios, será el del anunciado congelamiento de las tarifas tras los aumentos en luz y gas, y de los precios de los combustibles, tras la catarata de aumento de los meses anteriores.

También será el momento en el que -dicen- se comenzaría a devolver en cuotas lo descontado por Ganancias a los salarios más altos, a partir de los cambios aprobados en la ley. Y también en ese segundo semestre regiría la reapertura acotada de las exportaciones de carne con cortes destinados exclusivamente al consumo interno, medidas con las que el gobierno espera contener la inflación.

El dólar permanece tranquilo y la disminución de la brecha entre las cotizaciones oficiales y el paralelo, junto con la acumulación de reservas en el Banco Central, desalientan las expectativas de una devaluación; mientras que los anuncios de avances en las negociaciones con el Club de París y el FMI calman a "los mercados", y evitan en lo inmediato turbulencias financieras.

Sin embargo, al mismo tiempo las pautas macroeconómicas del presupuesto están lejos de cumplirse: antes de llegar a la mitad del año ya se acumuló más del 70 % de la inflación prevista para todo el 2021, el crecimiento es más lento de lo proyectado y tiende a ralentizarse, y no está muy claro como se conseguirá el propósito de que los salarios le ganen a la inflación: de hecho, hoy están haciendo más por eso algunos gremios que impulsan paritarias por arriba de la pauta oficial (camioneros, bancarios), que las propias medidas oficiales.

Pese a los anuncios, no hay aumento de emergencia para jubilados o beneficiarios de la AUH, ni aceleración del cronograma de recomposición del Salario Mínimo, y el gasto público sigue creciendo por debajo de la inflación, generando un resultado de las cuentas públicas mucho más estricto incluso que el que estaba pautado con el FMI. Sin aportar desde allí a la demanda agregada, parece poco probable que ambas cosas (relacionadas íntimamente entre sí), a saber la recomposición salarial y el aumento del nivel de actividad inducido por la demanda, puedan lograrse para cumplir las metas del presupuesto.

Y no haría falta aclararlo, pero estamos en año de elecciones, y en ese contexto, hasta el macrismo allá por el 2017 y cuando necesitaba consolidarse políticamente, hizo "populismo" en dosis homeopáticas: planchó los aumentos de tarifas, liberó el cepo a las paritarias, aumentó las jubilaciones y la AUH. Claro que la diferencia vino después: con los buenos números de la elección en la mano, Macri decidió que era el momento de ir más rápido, y en aquella convocatoria del CCK lanzó las reformas laboral, impositiva y previsional. El final es conocido.

Hoy el gobierno ensaya mantener más o menos alineadas ciertas variables macro (con el dólar y los salarios como ancla inflacionaria), y no da demasiadas señales de lo que podría hacer el día después de las elecciones, en especial si los resultados le son favorables. Lo que no se termina de entender; ¿por qué no avanzar, por ejemplo y como se prometió en campaña, con desdolarizar las tarifas y contentarse solamente con congelarlas hasta fin de año?

¿Cuál es la razón por la que no se inyectan más recursos a los sectores más desfavorecidos precisamente para influir en las perspectivas electorales, al tiempo que se acelera la reactivación de la economía? Si los acuerdos con el FMI y el Club de París suponen patear para adelante los vencimientos y despejar el panorama financiero, por qué adelantarse hoy a ejecutar políticas que parecen pensadas desde las condicionalidades que tradicionalmente imponen los organismos multilaterales de crédito?  

La pregunta, en definitivas, es como se piensa ganar las elecciones, y que se hará si se ganan. Decíamos un mes atrás en ésta entrada: "La unidad de la coalición oficialista no está -hoy- en zona de riesgo, o al menos no se advierten sectores importantes que estén anunciando públicamente que van a sacar los pies del plato, ni siquiera los que formulan (formulamos) críticas. De hecho, esas críticas apuntan a retomar el rumbo que fue plebiscitado en las urnas en agosto y octubre del 2019: para críticas que haría el macrismo, quedan los verdaderamente funcionales al macrismo, como Randazzo.

Pero la unidad es una condición necesaria y no suficiente para ganar las elecciones, y tampoco puede ser un compromiso de todos los sectores internos del FDT para, en caso de ganar las elecciones y controlar ambas Cámaras del Congreso, ejecutar el día después una profundización del ajuste. Porque como decía Néstor, "unidad sí, pero no para bajar banderas". 

Y lo que se ve hoy, es un gobierno que está poniendo sus mayores esfuerzos en conseguir vacunas por un lado, y en cerrar el frente externo con sendos acuerdos con el FMI y el Club de París, por el otro. A eso apuntan el freno del gasto público (que crece por debajo de la inflación), la discusión por los subsidios, el aumento de tarifas y combustibles, las jubilaciones y salarios que pierden con la inflación  o le empatan sobre la hora sin recomponer el poder adquisitivo perdido en cuatro años de macrismo y uno de pandemia, el aumento con velocidad de caracol del SMVM. Que no nos guste llamarlo ajuste porque lo ejecuta el gobierno que votamos, no significa que no lo sea."

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Marco del pont. Haciendo todo mal desde siempre.

Anónimo dijo...

De acá a las elecciones el dólar se va a empezar a mover, como ya pasó esta semana.
Hay que ir probando el poder de fuego del gobierno.

Además, el consumo se encuentra con el problema de que aquellos a quienes les sobra dinero como para consumir más, no encuentran zapatillas importadas porque no hay stock, y así con la mayoría de los productos que tienen demanda. No hay stock.
El stock que existe es de productos que no tienen demanda o que no se van a consumir por ser obsoletos (notebooks, celulares y demás tecnología que cuesta fortunas pero es del año 2007).

Con la idea del gobierno de estimular el consumo, viene la lógica de que los dólares tienen que ir a los importadores, y sin esos dólares no se puede (aunque igual no se podría) contener una corrida cambiaría. Por lo tanto, si aumenta el consumo sube el dólar, pero si no, no hay consumo posible porque no hay stock de nada.

profemarcos dijo...

La pregunta, en definitivas, es como se piensa ganar las elecciones

El Frente de Toddys se afirma en lo ideológico (verde) pues no puede presentar resultados para la mayoría

Ya fue planteado en los libros de antropología. Cuando el clan dominante no puede garantizar la distribución de comida se opta por la mística.

Anónimo dijo...

Anónimo de las 9:36:
¿Vos decís que se reedita el problema del té de Ceylan?
El Colo.

Anónimo dijo...

Profe de que? Boludologia?

Anónimo dijo...

Digo lo que dije. Que ganas de rebuscarla.
El dólar al alza, a ver qué pasa el lunes.