LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

miércoles, 13 de julio de 2022

SIEMPRE MENCIONAMOS A PUGLIESE

 

Cuando Silvina Batakis asumió en el Ministerio de Economía en reemplazo de Martín Guzmán, dijimos acá: "Es difícil saber hoy si el cambio en Economía alcanza, y si Batakis podrá revertir el rumbo, o tendrá el respaldo del presidente para hacerlo. Porque como consecuencia de sus propios errores, la autoridad de Alberto se fue evaporando al mismo ritmo que las reservas del Banco Central, y los factores del poder real han tomado nota de ambas cosas, y obran en consecuencia: es muy posible que en los próximos días sigan los movimientos especulativos con el dólar, los bonos de la deuda y los ADR's, que son el modo en el que "los mercados" expresan que no están de acuerdo con el modo en el que se resolvió la sucesión de Guzmán.".

"Y esas turbulencias solo agregarán nafta a la hoguera de la inflación, que se carcome salarios, jubilaciones y planes sociales; y allí radica -en nuestra opinión- el principal problema: más allá de los equilibrios macroeconómicos, sin una recomposición de los ingresos populares el plan económico no tiene futuro, como tampoco lo tiene el gobierno de Alberto Fernández, ni el "Frente de Todos" como opción electoral de cara al 2023, si es que para entonces sigue funcionando como tal.".  

De allí para acá, se conocieron las primeras medidas anunciadas por la ministra, que para ser francos, parecen más de lo mismo. Para empezar, los destinatarios de los anuncios fueron exclusivamente "los mercados", en busca seguramente de calmar las turbulencias en los mercados financieros, más que de ofrecer respuesta a los sectores populares más golpeados por la crisis.

Sin Guzmán en el ministerio, el enfoque "fiscalista" parece haber llegado para quedarse, y el plan para combatir la inflación parece ser -al menos hasta acá- inducir un enfriamiento de la economía, como si la inflación fuera originada por la demanda o por el alto grado de ocupación de la estructura productiva. Hay una sobreactuación de la decisión de cumplir los compromisos con el FMI para generar "calma en los mercados", y desalentar todo temor de "reperfilamiento" de los abultados vencimientos de la deuda nominada en pesos.

No hubo ningún anuncio en materia de política de ingresos (incluso la ministra rechazó explícitamente el Salario Básico Universal), se habla de congelamiento de vacantes en el Estado (cuando el gasto en salarios apenas supera el 10 % del gasto público nacional total), de insistir en una segmentación de las tarifas que arroja más dudas que certezas y de implementar un presupuesto "de caja", condicionando los gastos a los ingresos efectivos, para converger hacia el equilibrio fiscal.

Es decir que lo poco que se ha dicho hasta acá no atiende ninguno de los problemas estructurales que tiene el país, y que -no casualmente- están en la raíz de los resultados electorales del año pasado, adversos para el oficialismo. Ninguna de las medidas anunciadas se puede asociar a mejoras en la distribución del ingreso, ni de la capacidad adquisitiva de los salarios, ni a la disminución de la pobreza. Tampoco resuelve la carencia de dólares ni la restricción externa.  

No hay medidas para desacoplar los precios internos del componente importado de la inflación (por ejemplo un aumento de retenciones), ni para recomponer las reservas del Banco Central de modo de tener más espaldas para soportar una corrida pro devaluación. Acaso el haber resistido tomar ésta medida en relación al dólar oficial sea la única previsión que se toma para no agravar más las cosas, pero no se puede saber por cuanto tiempo podrá sostenerse, en éste contexto.

Tampoco los anuncios garantizan que "lo mercados" no reaccionen en forma hostil contra un gobierno que claramente detestan, que ha cometido el error de poner su suerte en manos de aquellos que desean verlo irse, incluso antes de tiempo. No sería la primera vez -desde Pugliese para acá- que se les hable con el corazón, y contesten con el bolsillo.

Este "guzmanismo sin guzmán", más allá de la vuelta del diálogo interno y de que se hayan recompuesto los contactos entre Alberto y Cristina, deja al "Frente de Todos" en el mismo punto en el que estaba antes de la renuncia del discípulo de Stiglitz: con una elección perdida a cuestas, y la necesidad de recomponer más temprano que tarde capital político y volumen electoral, para afrontar las elecciones presidenciales del año que viene, con alguna chance de ganar.

Y deja a Cristina en el más incómodo de los lugares: conforme pase el tiempo sin cambios profundos de rumbo, la deriva del gobierno compromete su propio capital político, pues ya no será suficiente señalar -incluso en público- los errores del gobierno, para constituirse en alternativa, dentro del propio oficialismo. Tuits relacionados: 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Para que le pagamos el sueldo a un ministro como Dominguez, que supuestamente esta ahi para apaciguar al "campo", si en su mejor momento de precios el "campo" hace un paro? Este tipo.es un vende humo como la mayoria de los que enarbola el dialoguismo. En realidad son empleados de alguien o aspiran a serlo.

Anónimo dijo...

Ministra: Usted priorice disminuir el déficit fiscal. Pero invíteme a comer a su casa.
El Colo.