LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

viernes, 7 de abril de 2023

BUITRES AL ACECHO

 

En menos de una semana los fondos buitres demostraron que tienen intacto su poder de fuego para incidir en la política argentina en tiempos de elecciones, como lo hicieron con Paul Singer en el 2015, trabando los pagos a los tenedores de bonos de los canjes de deuda de 2005 y 2010. Primero con el juicio del fondo Brudford (que lo compró, porque jamás invirtieron un peso en la empresa) por la expropiación de YPF, y ahora con la demanda promovida por otros cuatro fondos en Londres por el pago de los cupones PBI del primer canje.

En ambos casos y como siempre que suceden estas cosas, la oposición mediática y política (que son una sola y misma cosa) se pusieron del lado de los buitres, y en contra de los intereses del país, lo que a esta altura no sorprende, porque en definitivas tributan a los mismos intereses. Y en ese tren, lo primero que hacen es sacar las cosas de su contexto, ocultando que en el caso de YPF la expropiación vino a detener el vaciamiento de Repsol, y en el del cupón PBI fue parte de la renegociación que tuvo que hacer el kirchnerismo, de las deudas que contrajeron otros gobiernos.

Y por supuesto aprovechando para pegarle a Axel Kicillof, a ver si de ese modo pueden mellar sus chances de reelección en la crucial provincia de Buenos Aires, ante la posibilidad de que eso tenga peso decisivo por arrastre en el resultado de la elección nacional: en éste sentido, hay un hilo conductor que vincula a estos juicios con el lamentable episodio de la muerte de un colectivero en el conurbano. Datos, no opinión, o como dijera alguien, "que yo sea paranoico no quiere decir que no me persigan".

En el afán de aprovechar el último fallo londinense para pegarle al gobierno, la oposición y los medios no reparan siquiera en el contrasentido que el argumento principal de éste es que, durante el kirchnerismo, el país creció más de lo que reconocía estadísticamente el gobierno, pero también más de lo que entonces decía la oposición; que en 2015 adujo que les dejaron un país destrozado, para a los pocos meses reconocer que pudieron endeudarlo, porque previamente el kirchnerismo lo había desendeudado.  

Ambos juicios además son una muestra de como funciona el sistema del capitalismo global financiarizado y cuáles son los actores que se mueven en él, de los cuáles los no estatales (como los fondos buitres) son los más relevantes; sobre todo porque los Estados (en especial en el denominado primer mundo) siguen sin regular adecuadamente su despliegue, porque la clase política -sobre todo en EEUU- es inoperante para enfrentarse a sus oscuros financistas de campaña. Lo que está pasando en estos momentos en el país del norte comprueba la actualidad de la conclusión.

En el caso argentino, los juicios y las sentencias de tribunales extranjeros tienen además un claro sentido aleccionador sobre decisiones soberanas, como recuperar el control de la petrolera estatal como pivote de un plan de desarrollo con soberanía energética, o reestructurar la deuda bajo condiciones que hagan compatible su pago con el crecimiento del país y el bienestar de sus habitantes. Decisiones como ésas, en éste contexto, no se perdonan; y el escarnio que los medios están lanzando sobre Kicillof es del mismo cuño del que esos mismos medios y la corporación judicial desataron sobre Amado Boudou, por haber ideado la recuperación de los fondos de las AFJP, y la disolución de su estafa organizada.

Dicho esto, quedan aun pendientes cuestiones estructurales por discutir en la política argentina, que no son ajenas al problema de fondo que la aqueja: su falta de volumen para plantarse frente a los poderes fácticos en condiciones de hacer respetar la soberanía popular, piedra basal de la democracia. Sobre los largos ciclos de endeudamiento de la economía argentina (que lamentablemente retomamos con el macrismo, precisamente cuando inauguró su gobierno capitulando incondicionalmente frente a los fondos buitres), dijimos bastante en su momento acá; y allí nos remitimos en cuanto a que el kirchnerismo perdió la "batalla cultural" por hacer comprender la importancia estrategia -en términos políticos, sociales y económicos- de las políticas de desendeudamiento.

Y en el camino, esos ciclos de endeudamiento fueron dejando jirones de la soberanía jurídica y política del país, desde la ya lejana decisión del gobierno de la Fusiladora de ingresar al FMI en 1956, o la reforma del Código Procesal Civil y Comercial de la nación por Videla y Martínez de Hoz en los primeros días de la dictadura genocida del 76', para permitir la prórroga de jurisdicción en favor de tribunales extranjeros. Luego vinieron los 90', los TBI, la aceptación de la jurisdicción del CIADI, las privatizaciones, las emisiones de deuda bajo ley extranjera y el resto de la historia conocida.

Retrocesos de los que aun no hemos vuelto ni siquiera en el ciclo 2003-2015 (el único en el que se registraron avances en ese sentido desde la recuperación de la democracia), y estamos peor aun que desde entonces; sin que se advierta un proceso de recomposición del "músculo" de la política democrática para dar esa pelea, o intención de hacerlo. Estos fallos, de estos jueces, con estos intereses en juego y favoreciendo a determinados intereses, también son "lawfare"; en éste caso contra las posibilidades de desarrollo económico y equidad social del país, y así deben ser entendidos. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena nota. Los mismos que batallaron contra Boudou y ahora contra Kicillof. Y es cierto que habrá que munirse de "músculo político" para la pelea. Algunos/as ya sabemos cómo levantaron la manito en el Senado favor de los buitres. Tal vez hoy han cambiado de opinión. O no ?

Anónimo dijo...

Arreglaste con los acreedores privados y con el FMI por la deuda impagable que dejó el macrismo. ¿Beneficios? Ninguno. Hoy tenés suba permanente del riesgo país y una inflación del 90%.
Vos arreglás, y te hacen terrorismo económico y te sacan fallos delirantes en londres con evidente cálculo electoral.
¿A alguien se le puede ocurrir que es conveniente buscar un acuerdo para pagar el fallo de YPF o el de los cupones del PBI?
Para Argentina, pagar trae mayores problemas que un default.
El Colo.