LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

domingo, 15 de abril de 2012

YPF: SENTIMIENTOS Y CONVENIENCIAS


                                                                     Por  A.C.

Argentina, en el marco de una economía de crecimiento sostenido, con un plan económico que desde el 2003, y pese a los augurios de catástrofe de la ortodoxia, consiguió tasas altísimas de incremento del Producto Bruto Interno, el año pasado debió recurrir a la importación de petróleo.

Hay quien planteará que eso es lógico, ya que ante el enorme crecimiento de la actividad productiva, la demanda de energia se incrementa de manera importante. Y es así , pero falta una parte de la explicación a la necesidad de importar combustible.

Desde el año 2005, la producción de petróleo en la Argentina -en manos privadas en su totalidad- se redujo notablemente.

Por eso, desde un sector se sostiene la responsabilidad del sector privado, por la falta de inversión y por tener como único objetivo obtener altas utilidades sin riesgo, riesgo necesario de asumir para actividades como la exploración petrolera. Otros sostienen que las sugerencias de precios para el mercado interno que el Gobierno instalaba, motivó la falta de inversión, porque así se reducían las expectativas de las empresas.

En el caso de REPSOL-YPF, esta empresa desde el año 2005, pagó a sus accionistas dividendos de un 116% anual promedio de sus utilidades totales anuales, mientras en el mismo período, la producción de crudo de YPF se redujo en un 17%.  Y si nos vamos un poco más atrás, durante la década del 90 (convertibilidad 1 a 1), YPF vendía el litro de su nafta Premium (que se llamaba Ultra, después Fangio XXI) a 2 dólares, cuando el barril de petróleo costaba 20 dólares. Vendía diez litros y cubría el costo de un barril. Rentabilidad astronómica asegurada, poca inversión y remisión de grandes utilidades al exterior.

La situación hoy es diferente. YPF, por la falta de inversión pese a las altas utilidades obtenidas desde los noventa, tiene una producción en constante disminución.

Como consignaba hace unos días el diario económico español ExpansiónLas acciones de la petrolera española perdieron 19,79% de su valor desde principios de año, afectadas por las dificultades que atraviesa YPF en la Argentina, donde algunas provincias han llegado a retirarle la licencia de operación”.

Pero la pérdida de valor de las acciones, no solo se debe al retiro de licencias, sino que la cotización cae por la causa que generó ese retiro: la constante disminución de la producción de REPSOL-YPF , originada en la falta de inversiones durante muchos años. Y eso en el mercado se conoce, porque basta mirar los números de producción de los últimos períodos. A las inversiones no hace falta evaluarlas, porque no las hubo. Por eso bajan las acciones, y no por culpa del Gobierno argentino.

En ese marco, aparece por Argentina el presidente de Repsol, Antonio Brufau, que exige sin éxito entrevistarse con nuestra Presidenta , mientrascrece la preocupación en el Gobierno español” del Partido Popular, ya que según expresan públicamente, “temen que Repsol pierda peso en su joya de la corona” y tenga que vender su filial a precio de saldo, como se puede ver en esta nota del diario Expansión.

La prensa española, mayoritariamente, se pliega a su gobierno de derecha, y en algunos casos con una agresividad llamativa contra el gobierno argentino. Y como si España no estuviera atravesando una profundísima crisis económica y social, dan instrucciones de como debería el Gobierno argentino manejar la economía y las inversiones extranjeras.

Pero la prensa española, como ocurre en muchos lugares del mundo, suele no coincidir con el pensamiento o las prioridades de la mayoría de la gente.

Una encuesta del portal español ABC, reveló que los españoles opinan que su gobierno debe respetar la decisión de la Argentina de reestatizar la petrolera YPF.

Como se puede ver en ésta nota, de los casi 12.400 lectores de ABC que respondieron, el 42,8% afirmó que se debería tener una “rotunda respuesta diplomática contra Argentina” y el 1,6% opinó que se “debe establecer nuevos contactos para revertir la situación”. La mayoría, representada por un 55,5 %, apoya la iniciativa de Argentina de recuperar YPF.

Más allá de porcentajes, o de la discusión de representatividad de una encuesta con un universo de solo 12.400 encuestados, es evidente que debe haber un alto número de españoles que en éste momento tienen otras preocupaciones, muy distintas a las de Repsol-YPF.  Pero los medios españoles, reproducen los intereses de la empresa y del Partido Popular, y el reaccionario gobierno español, pretende distraer con éste tema a la población, preocupada por las graves consecuencias de las permanentes políticas de ajuste,  y no por la cotización de las acciones de Repsol.

Y a éste panorama, se suman los chinos. El día 10 de abril, el diario económico citado antes, publicaba que Animada por los rumores de que la petrolera china CNOOC podría estar interesada en adquirir YPF, la petrolera ha llegado a subir un 3% a principio de la sesión. De acuerdo con un informe de los analistas de Bankinter, CNOOC estaría preparando una oferta 12.000 millones de dólares (9.175 millones de euros) y el compromiso de invertir en los descubrimientos de Vaca Muerta.”.

Es evidente que Repsol ya está en negociaciones con la firma petrolera china. Y la firma china CNOOC, ya está en Argentina, a través de Bridas, petrolera de la familia Bulgheroni.  Y también el Grupo Eskenazi, que tiene el 25% de las acciones, se mantiene expectante y especula.

Por eso, más allá de mostrarse amenazantes en la prensa,  y del viaje a la Argentina del ofendido presidente de Repsol, pareciera que están con ganas de vender la empresa.

Y pareciera que todo forma parte de una estrategia - incluídos chinos encargados de subir el precio haciendo ofertas-, para intentar levantar el precio de una petrolera que, con la capacidad de producción que tiene hoy, podría valer mucho menos que el precio nominal que surge del  valor de sus acciones.

Quizás por eso, hace unos días, Repsol-YPF pretendía capitalizar utilidades. Es decir, no repartir las ganancias entre los socios, sino convertirlas en nuevas acciones. Si las utilidades (ganancias) se capitalizan, al convertirlas en acciones, se aumenta el aporte de los socios y el capital social se incrementa, aumentando el valor de la empresa. Todo parece direccionado a vender, y a un precio superior al que la empresa vale.

Más allá de lo sentimental, del lógico deseo de recuperar nuestra empresa petrolera, habría que tener en cuenta que se estaría adquiriendo, con un esfuerzo económico enorme, una empresa con muchos años de desinversión sistemática, y que por eso,  después del esfuerzo de compra, aparecería la necesidad de nuevas y fuertes inversiones para poder aumentar significativamente la producción y llegar a abastecer el mercado interno.

Pero por otro lado, es indiscutible que para continuar y consolidar el camino de crecimiento económico iniciado en el 2003, se deben ampliar los objetivos. Luego de ésta etapa de incremento de la producción, de demanda agregada, de desendeudamiento, de sustitución de importaciones, de industrialización, es evidente que el Gobierno enfrenta el desafío de dar un nuevo paso, buscando sentar las bases de una planificación para el desarrollo integral de nuestra economía. Y para ese objetivo, resultaría relevante disponer de una empresa petrolera nacional.

Posiblemente, la adquisición solamente de parte del paquete accionario,  sea una opción razonable, en la medida que ese porcentaje accionario, le permita al Gobierno Nacional direccionar las políticas de inversión y comerciales de la petrolera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente artículo A C, felicitaciones. Cristina

Anónimo dijo...

Claro que quieren vender. Ya se llevaron afuera diez veces la inversión que hicieron en el 92.
Y ahora, se hacen los histéricos para ver a cuanto pueden levantar el precio.