RECORTÁME AHÍ

Ahora nos venimos a enterar que las elecciones de ayer en Venezuela no eran para renovar los gobernadores de los 23 Estados del país, sino para elegir al líder de la oposición.

Al que ya habían elegido en la interna abierta de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), para que terminara perdiendo con Chávez, por once puntos, cuando pronosticaban que ganaba.

Y el tipo que viene a renovar la política venezolana, a poco más de dos meses de fracasar en su intento de ser presidente, fue por la reelección como gobernador (reelección, no sé si les suena), y ganó por poco más de cuatro puntos, en un Estado donde el chavismo pierde siempre.

Chavismo que recuperó cinco gobernaciones que estaban en manos de la oposición, entre ellos Zulia, el Estado petrolero más rico y poblado del país; y ganó en 20 de los 23 Estados, pero lo importante para La Nación es que Capriles se consolidó como líder de la oposición, y el resultado de ayer lo fortalece, porque es el único que puede enfrentar a los sucesores de Chávez.

Con lo cual ya da por sentado que Chávez nunca volverá a ocupar sus funciones, y deberá llamarse a nuevas elecciones; donde seguramente nos volverán a decir que la oposición gana.

Y después somos nosotros los que vivimos en un relato, que construimos a la medida de nuestros deseos, y que nada tiene que ver con la realidad.  

Si les vuelve a pasar lo mismo acá el año que viene (como les pasó el año pasado), después no digan que no les avisamos.