El título del post corresponde a ésta nota de Clarín, escrita y publicada antes que se conociera el anuncio del gobierno de levantar el "cepo" cambiario a partir del lunes; en lo que refiere a la compra de dólares para ahorro de las personas físicas, previo trámite en la AFIP.
Una decisión que da cuenta del reconocimiento de lo obvio (algo decíamos ayer acá) : el gobierno perdió la pulseada contra el mercado por el valor del dólar.
Una pulseada que venía manteniendo desde el mes anterior a la reelección de Cristina en el 2011, cuando empezaron las primeras movidas con el dólar; que fueron un desafío político -más que económico- a un proyecto revalidado ampliamente en las urnas.
Hemos dicho acá varias veces (acá y acá por ejemplo) que la cuestión del dólar tiene en la Argentina centralidad no solo económica, sino política y cultural; y los que poseen las llaves para determinar su precio (fundamentalmente el sector exportador, incluyendo al agropecuario) tienen un poder de fuego inmenso para condicionar a un sistema político fragmentado, debilitado y en crisis.
Esto lo advirtió con claridad Néstor Kirchner, y con el fantasma de los golpes económicos de 1989 y 2001 a la vista, se lanzó desde el primer día de su gestión a acumular reservas en el Central: no estaba buscando sustentabilidad de un programa económico, tanto como soporte para la gobernabilidad política. Los logros de la última década son en buen medida fruto de esa decisión, y los grados de autonomía política que supuso.
Por eso es hasta cierto punto lógico que ahora, cuando ese poder de fuego del BCRA está disminuido en buena medida por haber usado las reservas para pagar deuda, el gobierno viene de perder votos en relación al 2011 y Cristina no puede ser reelecta, el mercado le termine torciendo el brazo: vieron la oportunidad, y no la dejaron pasar.
Hasta podemos pensar que otro gobierno u otro proyecto político (sin la decisión del kirchnerismo de enfrentarlo como lo vino haciendo) hubiera volado por los aires hace rato ya: sobran en nuestro pasado los ejemplos.
Es prematuro analizar en este momento (ni somos nosotros los más capacitados para hacerlo) que puede pasar en la economía como consecuencia de la medida de levantar (aun parcialmente) el "cepo" cambiario, y si la medida puede tener éxito en hacer desaparecer el mercado ilegal de divisas, y recomponer las reservas del Central.
Pero hay una consecuencia obvia de la aceleración de la tasa de devaluación, y que tiene que ver con la inflación; de allí que la jugada es riesgosa, y supone para el gobierno el desafío mayúsculo de evitar que los que pugnaban por la devaluación (con el argumento de "la pérdida de competivividad por la inflación"), trasladen sus efectos a los precios, en perjuicio del bolsillo de la gente común.
Y hay un nudo gordiano difícil de cortar, por la insuficiencia de los mecanismos con que cuenta hoy el Estado para manejar el comercio exterior y apropiarse de las divisas que genera: los que las poseen (los que exportan) pueden perfectamente sentarse a especular para empujar hacia arriba el valor del dólar; y tienen claro al mismo tiempo que si liquidan divisas, le están dando al gobierno una herramienta para fortalecerse en la puja por el tipo de cambio.
Pero detengámonos ahora en las implicancias políticas del asunto, con una mirada a futuro; para percibir el inmenso grado del cinismo de todos los que hasta ayer reclamaban (algunos sin decirlo abiertamente) una devaluación del peso, y el desmantelamiento del "cepo"; o alertan sobre la inflación.
Ayer mismo veíamos acá el caso del presidente de la Rural que (muy suelto de cuerpo) decía que ellos nunca pidieron una devaluación, y despotricaba contra la especulación; cuando están sentados sobre los silos bolsa hace meses sin liquidar sus stocks, y cuando el aumento del dólar en el mercado oficial les supuso una enorme valorización de la cosecha no vendida; sin tener que mover un dedo: apostaron a especular, y ganaron, pero siguen llorando porque nunca será suficiente.
Clarín habla de "trabajo sucio", reconociendo explícitamente que cuanto hemos dicho acá al respecto era cierto: el famoso síndrome del "pato rengo" (que en éste caso se aplica a Cristina por su impedimento para ser reelecta) se traduce en presionar al que gobierna para que haga ese trabajo, y le allane el camino al que vendrá.
Y eso supone tragos amargos o medidas antipáticas, que nadie quiere propiciar abiertamente en público, sean dirigentes políticos o grupos empresarios, para luego poder desmarcarse de sus resultados si finalmente se terminan tomando: aumento de las tarifas de los servicios públicos, contención del gasto público, limitación de la discusión salarial en paritarias, liberalización de los controles estatales a las actividades económicas; sobre todo el comercio exterior.
Con el dólar y la devaluación (que ahora nadie pidió, al parecer) sucede lo mismo que con el problema de la inflación: todos lo apuntan como algo grave, y señalan sus efectos más obvios en punto a la pérdida de capacidad adquisitiva del salario.
Pero puestos a señalar causas y probables soluciones, casi todos apuntan al gasto público como causa, y por ende a la necesidad de disminuirlo como la casi mágica solución al problema.
Ninguno de ellos (medios, grupos empresarios, dirigentes opositores) hacen la más mínima referencia a los formadores de precios, a las situaciones de posición dominante en el mercado o al modo como (hacia el interior de cada cadena de valor) se van apropiando de excedentes aprovechando esas circunstancias.
Como tampoco señalan clara y precisamente, por donde empezarían a meter la tijera para podar el gasto público, al que señalan como el causante de la inflación: hace un tiempo contábamos acá como se compone ese gasto en el caso del Estado nacional, con un buen grado de rigidez estructural.
De lo que se deduce claramente que podés disminuir en parte los subsidios a las tarifas de los servicios públicos (aumentando las tarifas, e impactando en la inflación: la frazada corta), pero si verdaderamente quisieras bajar drásticamente el gasto, tenés que apuntar a otros rubros.
Y es allí donde se callan, porque no pueden decir que habría que suspender la ley de movilidad jubilatoria (por el contrario: te corren con el 82 % móvil), eliminar la AUH y -ahora- no implementar el plan PROGRESAR.
O -más allá del gasto público- suspender las paritarias, aunque en éste caso a algunos empresarios se le escapan diatribas contra "el alto costo laboral".
Paritarias a las que no se sentarían nunca, si fuera por su propia decisión.
El desafío para el kirchnerismo en los dos años que vienen es ver de que modo retoma su propia hoja de ruta y sostiene la iniciativa, sin que le vuelvan a torcer el brazo para hacer lo que ellos mismos llaman ahora (en un sinceridio) "trabajo sucio".
Y los resultados serán aleccionadores no ya para el gobierno, sino para el conjunto del sistema político argentino. Si alguno decide ignorarlos, se estará comprando un problema a futuro.
Más allá de la medida anunciada, y de los efectos que provoque a partir del lunes, en estos términos están planteados el debate y la lucha política de acá al 2015, más allá del cotillón de alianzas, fotos, candidaturas y posicionamientos.
10 comentarios:
Gran post.
Lo de Etchevehere es hipocresía en grado pornográfico...
Con respecto a la frase del día, recomiendo ver en la otra, la estampilla de la libertadora rescatada por el cuervo
La vimos, gran hallazgo
En cuanto a las divisas:
¿será posible implementar una herramienta como el IAPI de mediados del siglo XX?
Buen artículo. saludos.
Legalmente es complejo (por entonces el comercio exterior estaba nacionalizado por la Constitución). Políticamente te incendian el país
"Legalmente es complejo (por entonces el comercio exterior estaba nacionalizado por la Constitución). Políticamente te incendian el país"
El momento de hacerlo ya paso, como paso el momento de retirar gradualmente los subsidios a los servicios publicos. Lastima.
YO CREO QUE ESTAMOS EN EL HORNO
Si, claro, políticamente te incendian el país....O te destrozan con operaciones especulativas...O te desestabilizan acuartelando a alguna fuerza de seguridad...O te manejan (a fuerza de mentiras) la opinión publica y igual te desestabilizan...O van a la embasy y les piden que manden a los marines...O si consiguieran mayoría en el congreso, te hacen "la gran Paraguay" y te destituyen...O ¡Hay tantas que te pueden hacer! que me parece que IAPI como hizo el general, y que se pudra todo de una buena vez.
¿Y crear una sociedad mixta con las cooperativas con las que trabaja hoy el Estado? O mejor dicho, que autoriza exportaciones, ejemplo AFA, ACA, etc.
Tener una referencia :(y fijar) costos de toda la cadena, ya sea logística, acopio, pago efectivo al productor, precios de de bandas (máximos y mínimos).
Una herramienta pública para el comercio exterior, intervenir en el flujo de divisas porque nos llevan puestos (y lo muestran).
Saludos
Fede de rosario.
La verdad es que no se que estoy haciendo acá leyendo estas cosas, cuando nos están pegando un Golpe de Estado en la cara de todos nosotros.Esto se para con una sola medida, la gente en la calle!!!
Publicar un comentario