Si hasta apela a las mismas frases hechas, como aquélla de la "política criolla", que diseccionara Jauretche en su "Manual de Zonceras". Aunque repensando el título, quizás apelar al argumento de la senilidad (a cada día más evidente, por otro lado) de este muchacho, no es en cierto modo olvidar que siempre fue igual; y no se puede esperar nada distinto de su parte.
Como todo socialista argento (precisamente heredero del "maestro" Justo), Binner es un liberal crudo, hecho y derecho, un conservador formolizado, con el envoltorio de esa cosa difuminosa que llaman "progresismo": hace poco recordaba acá Barricada que lo de "la mano invisible del mercado" no fue un exabrupto, ni expresiones sacadas de contexto; sino una manifestación del profundo sentir ideológico del sujeto.
Lo mismo que sus declaraciones sobre que él "respetaría a la primera economía del mundo" y evitaría agravios a los EEUU, así como en su momento dijo que había que respetar la investidura de Griesa, y evitar caer en agravios hacia él porque se enojaba, y nos daba con un caño.
O que había que pagarles de contado a los buitres cuando embargaron la fragata, o que el hubiera votado por Capriles: tiene tiempo de acá al domingo para decir que si estuviera en Brasil, votaría a Marina Silva.
O como hoy dice que él no sabe decir a ciencia cierta si hay que pagarles o no a los fondos buitres, pero sugiere sentarse a negociar con ellos: ¿sobre qué bases sería entonces exactamente esa negociación?
Aun haciendo abstracción de la cuestión de la senilidad, estamos ante alguien que insiste en querer ser presidente, y tiene serios problemas para construir una oración coherente en una conversación, y -en general- expresar una idea concreta sobre casi nada; una especie de Fidel Pintos de la política, con la diferencia que aquel sanateaba ex profeso, y para hacer reír. Este por momentos da bronca, y por otros (muchos) pena.
A veces uno se siente tentado a pensar que el periodismo amigazo le tira centros constantemente, y no lo pone en aprietos con repreguntas; pero ve u oye cosas como las del video de apertura, y duda: a lo mejor, dejándolo simplemente hablar le están causando un terrible perjuicio; y no hay nadie de su entorno (político o familiar, para el caso lo mismo da) que lo saque para protegerlo, como en el fútbol.
Un tipo que se siente cómodo yendo a lugares cono la Fundación Libertad, y que no sólo recorre puntillosamente los medios hegemónicos para ir a repetir allí lo que esos medios quieren que diga (véanlo sino acá haciendo de Chirolita de Bonelli), sino que es editorializado discursivamente por esos mismos medios, y opina sobre los temas de actualidad como una doña Rosa de jopo; que repite como loro lo que dicen los títulos de los diarios, o los zócalos de los noticieros.
El video de apertura es bastante ilustrativo al respecto, cuando dice lo que dice sobre la ley de abastecimiento, y la supuesta confiscación de los silos bolsa.
Un personaje patético en franco declive, al que ya no defienden ni los trolls que solían aterrizar por acá, porque es indefendible: no hay modo de considerar a este esperpento una alternativa política de "centroizquierda" al kirchnerismo, y lo saben.
Lo sostienen ahí por razones más sencillas y concretas, que es que representa el candidato ideal para captar parte del voto gorila peléandoselo a Macri, Carrió o los radicales; y así asegurar por tracción de la boleta presidencial, algunas bancas en el Congreso para seguir vegetando.
Nadie puede suponer en serio que este remixado de De La Rúa pueda realmente gobernar la Argentina, algún día; y aun cuando por arte de magia, el almanaque dejara de correr.
Como tampoco nadie puede creer en serio que lo que le impide al socialismo en el FAUNEN, converger en una alianza con el PRO, sean diferencias ideológicas: no jodamos, hablemos en serio.
O que había que pagarles de contado a los buitres cuando embargaron la fragata, o que el hubiera votado por Capriles: tiene tiempo de acá al domingo para decir que si estuviera en Brasil, votaría a Marina Silva.
O como hoy dice que él no sabe decir a ciencia cierta si hay que pagarles o no a los fondos buitres, pero sugiere sentarse a negociar con ellos: ¿sobre qué bases sería entonces exactamente esa negociación?
Aun haciendo abstracción de la cuestión de la senilidad, estamos ante alguien que insiste en querer ser presidente, y tiene serios problemas para construir una oración coherente en una conversación, y -en general- expresar una idea concreta sobre casi nada; una especie de Fidel Pintos de la política, con la diferencia que aquel sanateaba ex profeso, y para hacer reír. Este por momentos da bronca, y por otros (muchos) pena.
A veces uno se siente tentado a pensar que el periodismo amigazo le tira centros constantemente, y no lo pone en aprietos con repreguntas; pero ve u oye cosas como las del video de apertura, y duda: a lo mejor, dejándolo simplemente hablar le están causando un terrible perjuicio; y no hay nadie de su entorno (político o familiar, para el caso lo mismo da) que lo saque para protegerlo, como en el fútbol.
Un tipo que se siente cómodo yendo a lugares cono la Fundación Libertad, y que no sólo recorre puntillosamente los medios hegemónicos para ir a repetir allí lo que esos medios quieren que diga (véanlo sino acá haciendo de Chirolita de Bonelli), sino que es editorializado discursivamente por esos mismos medios, y opina sobre los temas de actualidad como una doña Rosa de jopo; que repite como loro lo que dicen los títulos de los diarios, o los zócalos de los noticieros.
El video de apertura es bastante ilustrativo al respecto, cuando dice lo que dice sobre la ley de abastecimiento, y la supuesta confiscación de los silos bolsa.
Un personaje patético en franco declive, al que ya no defienden ni los trolls que solían aterrizar por acá, porque es indefendible: no hay modo de considerar a este esperpento una alternativa política de "centroizquierda" al kirchnerismo, y lo saben.
Lo sostienen ahí por razones más sencillas y concretas, que es que representa el candidato ideal para captar parte del voto gorila peléandoselo a Macri, Carrió o los radicales; y así asegurar por tracción de la boleta presidencial, algunas bancas en el Congreso para seguir vegetando.
Nadie puede suponer en serio que este remixado de De La Rúa pueda realmente gobernar la Argentina, algún día; y aun cuando por arte de magia, el almanaque dejara de correr.
Como tampoco nadie puede creer en serio que lo que le impide al socialismo en el FAUNEN, converger en una alianza con el PRO, sean diferencias ideológicas: no jodamos, hablemos en serio.
2 comentarios:
Juan B Justo era librecambista ,rivadaviano y mitrista,un socialista que no llegaba ni al reformismo.
Binner como Americo Ghioldi,es su fiel heredero.
Lo de Binner no es tan sofisticado como Juan B. Justo.
Primero por haber sido siempre un hombre de pocas luces, tema hoy agravado por la edad.
Binner es sencillamente un dinosaurio gorila reaccionario.
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