En medio de Nisman, pasaban todo el tiempo cosas que quedaban opacadas; y en ese sentido, el fallo de Rafecas de ayer disipó buena parte de la humareda, como para poder empezar a mirarlas con más detenimiento.
Por supuesto que la resolución no aborta definitivamente la ofensiva de lo que Cristina llamó el "partido judicial", sino en todo caso los obligará a dejar de lado la motosierra con la que venían operando, para empezar a usar el bisturí y mejorar la precisión.
De igual modo, la intensidad de la ofensiva -que seguramente no decrecerá- permitió tomar nota de que la tentación destituyente existe; a la espera de la oportunidad social, política o económica para ser canalizada.
La caída de la acusación contra Cristina y el visible impacto que ha generado en toda la oposición y el dispositivo mediático que la encuadra demuestra los límites de jugar cartas que son políticas por sus efectos, pero que no tienen detrás ni un sujeto social consistente cuyas demandas expresen, ni una construcción electoral capaz de canalizarlas; o de tener muchas de las segundas para intentar capitalizar poco del primero; lo que a los efectos prácticos, termina siendo lo mismo.
No es casual que la consolidación constante de Macri como la principal alternativa opositora coexista con el cada vez más ostensible desmoronamiento de Massa (en las encuestas y en el armado político, con fugas cotidianas), y la ya inexorable desaparición del FAUNEN: pescan todos en la misma pecera.
De aquel escenario con cuatro posibles fuerzas compitiendo electoralmente en condiciones más o menos parejas del que se hablaba hace meses, hoy todo indica que la puja en octubre será entre el kirchnerismo y el PRO, y el resto se quedará afuera; por lo que habrá que ver hacia donde migran sus electores si no en agosto, seguramente en octubre.
Los cambios en el gabinete que dispuso ayer Cristina ameritan una mirada política de cara a las definiciones propias de los tiempos electorales, mas que un análisis de lo estrictamente vinculado a la gestión: Capitanich y Manzur retornan a sus territorios (donde el kirchnerismo ha sido invariablemente fuerte en términos electorales) para participar activamente de la disputa local, y colaborar en el despliegue del dispositivo que buscará retener para el oficialismo nacional el gobierno, más allá del mandato de Cristina.
De hecho medido en términos de gestión, el paso de Capitanich por la Jefatura de Gabinete (un rol en el que se vio expuesto al roce cotidiano con los medios) marcó -ente otras cuestiones destacables, como su compromiso personal con el proyecto- la conformación de un equipo económico coherente en los lugares clave (Economía, Banco Central, Comisión Nacional de Valores); que, tras la devaluación de enero del año pasado y el fallo de Griesa a favor de los buitres, logró sofocar los intentos de desmadre de los "mercados" por ese lado, y mantener bajo razonable control las principales variables: la desarticulación del principal "golpe blando", como se dijo en éste blog.
También se apresura el tiempo de las definiciones del espacio kirchneristas de cara a las PASO de agosto, tomando nota de que -con esas definiciones pendientes- los mercados respiran euforia porque (como da cuenta acá El Cronista) descuentan que el próximo gobierno (para el que faltan casi diez meses) será "más amigable con los mercados"; lo que supondría que dan por cerrado el hecho de que la candidatura oficialista la encarnará Scioli.
No sería la primera vez que los mercados erren en un pronóstico, mas en tiempos kirchneristas, en los que la política recuperó espacio de autonomía ante ellos.
Para el acto del domingo (en el que todo indica habrá una importante movilización de apoyo al gobierno) la atención estaba centrada hasta hoy en el clima de tensión, y la delirante teoría del "autogolpe" de Carrió; que como dice Gerardo acá seguramente reinventará su propio relato, para concluir en que el autogolpe no llegó porque ella lo previno, o porque la providencial aparición de Rafecas lo hizo innecesario.
Quizás haya que empezar a ver más allá, pensando en los probables anuncios concretos de Cristina de cara a la gestión (ver al respecto algunos antiicpos acá en Ambito), en los alcances concretos de la movilización (porque si es contundente como se espera, no habrá decisión editorial que pueda eclipsar su efecto político) y en el panorama que se abre ahora que todo parece indicar que -conforme a lo señalado acá- el limón Nisman estaría llegando al punto en que ya no da más jugo.
4 comentarios:
¡Me encanta la frase de hoy!
repito: estoy preocupado con la polarización con el PRO. Hay mucho boludo que votara al contrabandista, en contra de sus intereses, como por ej (y con conocimiento de casos) en las terminales de autos. Matias
Buenas CKSF,
Mi reconocimiento al Coqui. Puso la cara siempre e hizo muy bien su trabajo.
Saludos,
Andrés
Dos acotaciones: a los mercados no les interesa acertar. Les interesa hacer que otros piensen que tienen razón. Así hoy, por que Scioli va a ser el candidato, venden caro. Después, si el candidato es Randazzo o AF, recompran barato. Ese es su negocio, jugar con las expectativas.
Y la turra de Carrió tiene su juego también: alerta sobre el "autogolpe", la invasión de los marcianos o lo que sea, no importa. si se produce, ella nos avisó. Si no se produce, es por que ella lo evitó cuando nos avisó. Así ganan siempre la tipa.
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