LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

domingo, 20 de septiembre de 2015

BRASIL: EL EJEMPLO PERFECTO DE LO QUE NO HAY QUE HACER


Si se nos permite y a propósito de la situación económica en Brasil, vamos a insistir en lo dicho acá respecto de su situación política: es un enorme y cercano espejo en el que mirarnos; más eficaz que cualquier ensayo de laboratorio para comprobar la gravedad de seguir ciertas recetas que por acá se nos presentan a diario como "la única solución posible" a los problemas del país, especialmente en materia económica.

Según se explicaba en detalle en esta nota de Tiempo Argentino, el gobierno de Dilma ha decidido encarar la crisis con el enésimo plan de ajuste puesto en marcha en los últimos años, como que el primero se remonta ya a principios del 2013: veíamos por entonces acá como en su primer mandato aplicaba medidas de cavallismo explícito con masivas rebajas de impuestos a las empresas "para que recuperen competitividad" y emprendía un amplísimo programa de privatizaciones, solo parcialmente concretado luego por resistencias internas del PT.

Eso por no mencionar que aun con los gobiernos de esa fuerza y sus aliados desde el 2003, Brasil fue un alumno aplicado de las doctrinas sugeridas por la ortodoxia: persistentes tasas altas de interés para aspirar capitales, esquema de metas de inflación al cual se subordinaban todas las variables macroeconómicas, búsqueda del superávit fiscal a cualquier precio; lo que resultó en un crecimiento -en promedio en todos estos años- de la mitad del que obtuvo la Argentina.

Por si alguno se apresura a aclarar que esa diferencia obedece a que partió de un "piso" más alto que el que marcaba para nosotros la crisis provocada por la implosión de la convertibilidad, veamos que está pasando ahora, precisamente desde que el gobierno de Dilma profundizó el giro ortodoxo: el gobierno ni siquiera puede lograr aquéllas metas que se propone haciéndolo. 

El PBI sigue cayendo y se pronostica que lo hará aun más, aumenta el desempleo, los capitales empiezan a fugarse, el real se devalúa y el déficit fiscal no cede aun mermando el gasto; porque cae la recaudación por la baja del nivel de actividad.

Y para colmo, las mismas calificadoras de riesgo que mimaron por años a Brasil aconsejándolo como destino preferencial de las inversiones, le retiran el "investment grade" por sus pobres resultados económicos (echando fuego a la hoguera de la fuga de capitales); en una medida no exenta de crueldad, cinismo e hipocresía, porque esos resultados no son más que la consecuencia lógica de aplicar las políticas que esas mismas consultoras aconsejan como las únicas viables.

El nuevo paquete de ajuste contempla el congelamiento salarial para los empleados públicos, disminución de su número (o sea, despidos) y recortes en las partidas asignadas a los planes sociales; lo que supone a corto plazo una agudización del enfrentamiento con la propia base electoral del PT, y con sectores internos de esa fuerza disconformes con el rumbo del gobierno: ver al respecto acá.

Por su cercanía, por su tamaño, por su incidencia directa en nuestra economía (consecuencia de los dos factores antes enunciados) el caso brasileño deja inevitables enseñanzas políticas y económicas para que nosotros tengamos en cuenta; porque además Dilma y su gobierno parecen empeñados en quemar las naves y rifar el triunfo electoral, perseverando en el fracaso que provoca aplicar el plan del adversario derrotado en las urnas.

Que es exactamente el mismo que propone acá la oposición al kirchnerismo, y que ya se aplicara en el país, con los resultados conocidos.

El caso brasileño nos deja entonces -si lo sabemos aprovechar- el manual perfecto de todo lo que no hay que hacer, para que las cosas no empeoren.

3 comentarios:

Diego dijo...

Te ceñiste sólo a los aspectos económicos, pero también habría que señalar la presión de los medios de la derecha y el ataque de un sector del Poder Judicial (un juez, bah).

La Corriente Kirchnerista de Santa Fe dijo...

El post habla de lo que hace (mal) el gobierno. Lo que hace la oposición (mediática, política y judicial) ya fue analizado acá:http://nestornautas.blogspot.com.ar/2015/08/las-barbas-del-vecino.html y acá:http://nestornautas.blogspot.com.ar/2015/03/a-lo-mejor-en-tamano-gigante-lo-ven.html

ram dijo...

Más que resaltar cosas si no sabidas, al menos sospechadas, sobre el mal camino seguido por el gobierno de Dilma, un PT descafeinado, descremado y lo peor, más apostando a suicidarse en cuotas que a llevar adelante las razones por las que lo votaron, progreso social, crecimiento y autonomía nacional.
No es un combo complicado, lo complicado es hacerse cargo, hacerse.... uy, la palabra más temida!, hacerse kirchnerista.
Tal vez sea cierto que "en el exterior se nos cagan de risa" pero, me parece que no, si lo hubiera, nos mangarían un clon de la Kris, y muy seriecitos, eh!...