Todavía hoy se
discute si en campaña Macri mintió sobre lo que iba a hacer en el caso de
llegar al gobierno, o dijo exactamente lo que luego haría; cuando lo real es
que hubo un poco de cada cosa: después del ajustado triunfo del PRO en las
elecciones porteñas dio un giro “kirchnerista” y empezó a bancar ciertas
políticas (incluyendo el “Fútbol Para Todos” y la recuperación de Aerolíneas e
YPF), intentando disfrazarse de lo que no era; tanto que en el debate previo al
balotaje fingió indignación ante las advertencias de Scioli sobre sus
eventuales medidas, advertencias que por entonces se colocaron bajo el rótulo
de “campaña del miedo”.
Y también es cierto
que siendo quien es y representando lo que representa, muchos lo votaron para
que hiciera lo que está haciendo, sin necesidad de que lo explicitara tan
claramente en campaña; porque además en el caso de haberlo hecho, piantaba
votos: puesto en espejo con Menem, hubo bastante de aquello de “si decía lo que
iba a hacer, no me votaba nadie”.
Y hablando de comparar
a Macri con Menem: éste posteo de Abel Fernández señalando las
diferencias entre ambos y -especialmente- de los contextos en los que le tocó a
cada uno desplegar sus políticas es particularmente ilustrativo para entender
que aun cuando Macri se propusiera replicar exactamente el menemato, no
necesariamente podría conseguirlo, lo que no implica que no intente maniobrar
políticamente con habilidad para generar otro ciclo largo del neoliberalismo en
el poder.
Precisamente
apuntando a eso y a otra comparación frecuente que le hacen a Macri (en éste
caso con De la Rúa y su viaje final en helicóptero), bien señala acá Ricardo que es un grave error
político partir de la suposición que estamos a las puertas de un estallido como
el del 2001, y obran en consecuencia con esa lectura: es justamente la “pesada
herencia” recibida del kirchnerismo la que le da a Macri cierto margen de
maniobra para seguir avanzando en sus políticas de reestructuración económica y
social, sin llegar aun a esos extremos.
Mientras tanto
recibe “fuego amigo”, algunos talibanes de las patrullas perdidas del
neoliberalismo imaginario como Espert o Milei lo critican por “populista”, “keynesiano” o “kirchnerista light” porque no se
decide a ajustar más, y porque a caballo de los compromisos políticos
adquiridos con el “peronismo gobernante” y de la necesidad de ganar las
elecciones del año que viene, soltaría la mano del gasto en la reparación
histórica de los jubilados o el plan de obras públicas; postergando las metas
del equilibrio fiscal y macroeconómico. Si hasta tuvo que posponer la rebaja en las retenciones a la soja, para no quedar pagando con los sectores sindicales que reclaman el cumplimiento de la promesa de eliminar Ganancias.
Con insistencia en
el foro del “mini Davos” y con más crudeza cada vez que sale del país (como
hace poco en su viaje a Nueva York) los inversores lo ametrallan a preguntas
más sobre la consistencia política de su programa de reformas, que sobre su
viabilidad económica: a cada generosa bajada de lienzos del macrismo entregando
algo (el mercado interno, la obra pública, el mercado de capitales, las
empresas nacionales) a cambio de la “lluvia de dólares” le responden con una sonrisa,
mientras le preguntan si está en condiciones políticas de garantizar sus
promesas.
Como reflejo de esa
preocupación de los “mercados”, en los medios de prensa extranjeros crecen los
interrogantes sobre la viabilidad electoral del macrismo a futuro; en tanto
toman nota de su impopularidad creciente (mucho más que en sus contrapartes
locales, gestoras del blindaje presidencial ante la opinión pública) y se
preguntan cuanto durarán en ese marco sus alianzas tácticas con la “oposición
responsable” encarnada en el massismo, en parte del sindicalismo y en el
peronismo “competitivo, moderno y funcional” (a Macri).
En respuesta a los interrogantes, las propias
fuentes del gobierno dejan trascender que tienen en claro la importancia de las
elecciones del año que viene en términos de la consolidación o crisis del
gobierno de Macri, y que por eso están dispuestos a poner toda la carne en el
asador para ganarlas y aumentar la fuerza propia en el Congreso; de modo de no
depender tanto de apoyos prestados.
Le están diciendo
claramente a los inversores y gurúes económicos del país y el extranjero (y
estos lo replican abiertamente en algunos casos) que el éxito de las reformas,
su continuidad en el tiempo y la posibilidad de profundizarlas estriba
exclusivamente en que “Cambiemos” gane el año que viene. Lo que no les dicen es
que si pierden, la cosa entra en el terreno del tembladeral, pero quizás no sea
necesario: justamente a ese temor responde la insistencia en las preguntas.
Como sea, lo que
está en claro es que están montando una nueva estafa electoral, peor aun que la
del año pasado pues lo que por entonces pudo ser para algunos un crédito
abierto a Macri por el desgaste del kirchnerismo y la idea de “cambiar”, hoy
tiene a la mano la constatación de lo que es el macrismo gobernando, para
sopesar la decisión electoral. Queda poco margen para seguir diciendo “yo no
sabía que iba a ser así”.
Y la estafa
consiste en que intentarán disfrazarse de “kirchnero-populistas” para ganar las
elecciones, y una vez ganadas, pasarnos por arriba con las “reformas de segunda
generación”, empezando por la flexibilidad laboral, y siguiendo por cambios en
el sistema jubilatorio o la “reconversión industrial”; sin agotar la lista.
Otro capítulo más
del “gané y cambié”, u otra vuelta de tuerca sobre el remanido “si decía lo que
iba a hacer, no me votaba nadie”: no pueden prometer ajuste porque espanta
votos y no sirve para ganar elecciones, pero quieren ganarlas para profundizar
el ajuste con el resultado puesto, legitimados por él y sin otra cita electoral
por dos años por delante.
Y lo más curioso del caso es que -si se los sabe
leer- lo están diciendo, casi con todas las letras: "necesitamos que nos votés, para cagarte".
2 comentarios:
A PARTE DE TI Y TU MENTIROSA BOCA
TU GABINETE DELARUISTA QUE ES POCA COSA
ODIO TU FORMA DE DECRETAR
CUANDO DAS UN PASO PARA ATRAS
ESO A MI ME PROVOCA
VERTE RETROCEDER EN LOS DERECHOS
Y LA ECONOMIA NACIONAL
CHAN CHAN CHAN
COMO YA INVENTO OTRA???????
SI LA VIEJA TODAVIA LA ESTA USANDO Y ANDA BASTANTE BIEN.
CHEEEE!!!!!
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