UN CAPRICHITO CARO

"Que la Secretaría de la Producción considera trascendente, a los fines de impulsar la actividad productiva a través de una mejora en la conectividad de las personas en el Área Metropolitana del Gran Santa Fe, la implementación de un sistema de tren urbano que rentabilice la inversión existente en tierras, vías y demás instalaciones ferroviarias (estaciones, apeaderos, etc). Que, en tal sentido, este proyecto debería contemplar distintos ramales, uniendo el eje Recreo, Monte Vera, Laguna Paiva, Santa Fe, Santo Tomé, Sauce Viejo.

Que, el proyecto no sólo resulta indispensable desde la óptica del transporte público, sino también que en diversos tramos es factible pensar en la explotación turística del tren urbano, ya que tanto la Estación Guadalupe, la Estación Belgrano y el tramo portuario son sitios con interés turístico, habitualmente recorridos por nuestros visitantes. 

Que esta Secretaría entiende que la instalación del tren urbano provocará la revalorización del patrimonio ferroviario y de la conectividad ferroviaria, ya existente. Esta revalorización agregará un importante elemento de atracción para la ciudad de Santa Fe, que recuperará así su histórica función integradora de la región con el resto del país, abriendo nuevas posibilidades para otras intervenciones ferroviarias referidas al transporte de personas y de cargas." (las negritas son nuestras)

Los párrafos entrecomillados son cita textual de los fundamentos del Decreto 1977 del 2010 por el cual Barletta daba el puntapié inicial al proyecto de tren urbano, que como ven, nacía ambicioso de objetivos: era apenas la primera parte de una red ferroviaria que -vaya uno a saber como- iba a vincular a Santa Fe con otras localidades de la provincia: ver el anuncio en agosto del 2010 acá en la página de la municipalidad.

Pese a que el decreto nada decía de cuanto iba a gastar la Municipalidad en el proyecto y en especial en la compra de las unidades, en aquél momento el propio Barletta estimó el gasto en 1,6 millones de pesos; por los dos cochecitos, a razón de 800.000 pesos por cada uno.

Sin embargo salieron más caros: por el Decreto 281 del 2011 se adquirieron a Tecnotren S.A. (única oferente en la licitación) por $ 2.342.000, y por el Decreto 897 del mismo año se incrementó el contrato en otros $ 398.000 para hacer doble a uno de los coches.

Por otro Decreto (el 194 del 2012) se le adjudicaron a la misma empresa $ 1.096.000 en concepto de "compra de insumos y prestaciones de servicios" (?).

Y allí empezó una larga sucesión de papelones, comenzando por aquél inolvidable viaje inaugural interrumpido a los pocos metros por llevarse puesto el andén. 

El trencito estuvo parado por años porque había nacido flojito de papeles: sin gestionar ni obtener las autorizaciones previas de la nación, sin un marco regulatorio del servicio aprobado por el Concejo municipal (que todavía hoy no tiene), y pareció que caería en el olvido; hasta que Corral lo "rescató", aunque se haga el boludo y quiera despegarse del tema como si fuera una idea exclusiva de Barletta. Y para rescatarlo empezó a gastar plata a lo pavote, en un servicio que nadie ha definido como necesario, pero peor aun, no funciona.

En el año 2014 por el Decreto 2642 le adjudicó a la empresa Winkelmann S.R.L. la "construcción de vías nuevas" por $ 4.083.337,22, un 21,52 % por encima del presupuesto oficial.; y por el Decreto 2643 contrató a la misma empresa para el "reacondicionamiento de las vías existentes" por otros $ 3.750.488,98, un 20,98 % por arriba del presupuesto oficial. El primer contrato tuvo una "ampliación de ítems" de monto desconocido. 

Ese mismo año y por el Decreto 2865 se le adjudicó a la empresa Coemyc (una abonada a la obra pública municipal) la construcción de los apeaderos y la modificación de la traza de la ciclovía por $ 9.458.976,79, un 13,96 % más caro que el presupuesto oficial. El contrato tuvo una "redeterminación de precios" y una "ampliación de ítems" cuyos montos se desconocen, o que al menos no se puede saber con la información oficial disponible.

Ya en el 2015 Corral firmó el Decreto 238 por el cual le adjudicó a Autotrol S.A. la señalización por un monto de $ 7.483.359,77; y por el Decreto 1076 contrató a Electromecánica Tacuar S.R.L. para la "readecuación de la iluminación" de la traza del trencito, en el tramo entre Salvador Del Carril y Estanislao Zeballos, por $ 818.887,30.

Solo entre esos cinco contratos y sin contar las "redeterminaciones de precios" ni "ampliaciones de ítems" la gestión de Corral gastó $ 25.595.050,06 en el tren urbano, a los que hay que sumar los $ 3.896.000 que gastó Barletta en comprar los coches, el combustible (por los pocos viajes que pudo hacer), los repuestos, los sueldos de los maquinistas (a menos que ya fueran empleados de la municipalidad) y los $ 650.000 que se le habrían pagado a Autobuses Santa Fe S.R.L. por supuestas refacciones en los coches; a partir de la "concesión" del servicio que el intendente le otorgó por el Decreto 64/16, sin intervención del Concejo Municipal.

Lo que supone que la ciudad lleva gastados -a ojo de buen cubero- bastante más de 30 millones de pesos (es posible que mucho más) en un caprichito de Barletta, que Corral se empeña en sostener; mientras a los vecinos de los barrios de la zona norte y oeste (los más castigados y postergados de la ciudad) se les pide hacer un "esfuerzo compartido" comprando los materiales o pagando contribución por mejoras para tener asfalto, por ejemplo.

Y mientras la municipalidad incluye las partidas para el tren urbano en el presupuesto, en el ámbito de la Secretaría de Desarrollo Social (¿no era un subsistema de transporte público?), asignándole 2,5 veces los fondos que destina a las acciones contra la violencia de género: