LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

domingo, 21 de febrero de 2021

DOBLE VARA

 


"Ellos perdieron un submarino con 44 personas a bordo y no renunció nadie." "La Píparo atropelló y casi mata a dos personas y no le pidieron la renuncia." "González Fraga le dio miles de millones a Vicentín en forma irregular y nadie se escandalizó." "Macri amplió por decreto el blanqueo para favorecer aun más a su familia, y nadie se indignó". "Dejaron vencer en un galpón millones de dosis de vacuna y entonces no les preocupaba la salud". "Ahora les preocupa que los chicos vuelvan a clases cuando nunca se calentaron por la educación".

Podríamos seguir durante días enumerando los ejemplos que están circulando por las redes en éstas horas de la doble moral de ellos, a raíz del escándalo de las vacunas. El asunto -en nuestra opinión- es que nosotros no deberíamos pretender ser iguales, sino mejores. Porque precisamente por esas turradas que hicieron ellos y no los indignaban, es que -entre otras cosas- perdieron las elecciones en primera vuelta, y se tuvieron que ir del gobierno.

Y no se trata de asumir que tenemos en relación a ellos una supuesta superioridad moral, sino una diferente escala de valores para pensar la sociedad, y la política. Hay cosas que para nosotros son esenciales (la solidaridad, la inclusión, la justicia social, el acceso universal a bienes como el trabajo, la salud o la educación) que para ellos son irrelevantes. Esa es la verdadera grieta y ojalá que nunca se cierre. Así de sencillo.

Entonces conformarnos con un pensamiento de Jauretche -recortado y fuera de contexto- para justificar lo injustificable, es de una pobreza política, que pareciera macrista. Somos mejores que eso, y tenemos la obligación de demostrarlo. Así como no permitimos que asocien al peronismo con la barbarie, la incultura o el desprecio por la educación, no admitamos que se olvide que el peronismo nació precisamente para combatir los acomodos y privilegios, poniendo en su lugar dignidad y derechos, para todos.

No olvidemos que antes de Perón y de Carrillo no solo no había Ministerio de Salud, sino que muchas veces para conseguir atención médica o una cama de hospital , los más humildes tenían que ir a pedírselo al caudillo conservador del pueblo, entregando su voto a cambio. La mal entendida viveza criolla, el "favor", el saltearse la fila, no son peronistas. El peronismo es jubilaciones, voto y universidad gratuita para todos, sin necesidad de tener que pedírselos a nadie por favor.   

Una funcionaria de un gobierno que se dice nacional y popular nunca podría ofrecerle a su empleada pagarle el sueldo con un plan social no porque sea "inmoral", sino porque el peronismo les dio a quienes trabajan en casas  de familia el derecho a cobrar un salario, y a discutirlo en paritarias. Un ministro de un gobierno peronista o que se diga tal, no debería permanecer un minuto más en funciones luego de decir que "el salario digno es el que se puede pagar", porque el peronismo le dio rango constitucional al derecho del trabajador a percibir una retribución justa, acorde con sus necesidades, con su derecho a vivir dignamente él y su familia, y con el esfuerzo realizado.

A menudo nos olvidamos de éstas cosas ocupados como estamos, ladrándonos con ellos a través de la medianera de "la grieta", en lugar de gobernar y ver que hacemos nosotros, para la inmensa mayoría de la gente que no reclama privilegios sino derechos, en primer lugar para los que nos votaron.

Como decía Marechal, de los laberintos de sale por arriba, y el episodio de las vacunas "por izquierda" no es la excepción: hay que ponerse a gobernar, ya, mañana, con medidas concretas, que le cambien la vida a la gente haciéndosela más fácil, cumpliendo el mandato popular recibido en las urnas.

Así nos olvidamos de internas, críticas, buchoneadas, señalamientos, operaciones o conspiraciones mediáticas, imaginarias o reales. Y a este gobierno le podemos exigir más que al macrismo, en todo sentido, precisamente porque lo votamos. De ellos sabemos que no podemos esperar nada, salvo canalladas. No debería ser necesario tener que aclarar eso.

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4 comentarios:

Anónimo dijo...

leyeron la carta de ginés y los descargos de taiana y valdés. yo les creo, así que ni ginés le dio la vacuna a nadie ni nada por el estilo, hubo un malentendido o error misterioso gestionado por secretarios mientras ginés estaba en entre rios,
cuando HV comentó casi como una broma lo de su vacunación, claramente dijo que ginés le informó que debía vacunarse en el posadas, que cuando estaba preparándose para ir al posadas lo llamaron para que fuera al ministero. ¿que parte no se entiende? ¿porque dicen que gines hizo algo que no hizo, incluso en la viñeta de arriba?
seamos prolijísimos con todo, especialmente con o nuestro, laa cosa debió haber sido despido de los secretarios, no patada en el tuje a ginés

Anónimo dijo...

es la lucha de clases estúpido

Anónimo dijo...

No querés reformar el sistema de salud? Fuera.
De Donda que podemos decir? Ya estuvo en todos los partidos, le falta crear uno propio y ser la nueva Lilita. Del frente de izquierda a cambiemos jugo en todos los bandos. Es una pelotuda inoperante, pero.. ah, si. Es gente de Massa.

Esto decían que iba ser Alberto al gobierno Cristina al poder, pero termino siendo Massa al poder.

Claudia dijo...

Estoy de acuerdo con lo que plantea, básicamente, el editorial. Y entiendo que en la militancia declarada corre un fastidio absoluto porque el sainete de la lista de acomodados espurios y de los habilitados por resolución del Ejecutivo (caso Taiana/Valdés) es lo más parecido a un puto octaedro que no puede aprehenderse de frente, sino que tiene muchas caras y derivaciones todavía incógnitas para incomodidad del bolsillo del caballero y de la cartera de la dama peronistas.
Pero solicitaría un mejor tratamiento para las personas que concurrieron a preguntarse qué demonios pasó en esa puntual circunstancia. Pediría no rebajarlos/rebajarnos a detectives de undécima.
Porque de seguir impugnando cualquier inquietud, de seguir soliviantando a quienes trataron de comprender, honestamente, ese escándalo y se preguntaron por él, podríamos terminar en la resolución más que sintética a la que arribó el compañero Oscar Cuervo quien declaró, directamente y resolviendo el tema a lo guarango, la existencia de una subcategoría ontológica: los "autopercibidos peronistas" o "autopercibidos compañeros". Es decir, un cierto tipo de fraude existencial que no merecería siquiera expresarse por no contar con un certificado de idoneidad ideológica que, al parecer, se expide en algún sitio.
Sí, es molestísimo cuando la gente de a pie no comprende que se los convoca para votar cada dos años y nada más. Que no les está permitido expresarse. Que deben acompañar en silencio y dejar que las mesas de arena acierten o se equivoquen a lo perro como es habitual que equivoquen. Que si comparten impresiones serán tildados de caceroleros mediocres o de maquiavellos berretas.
Pero la verdad de la milanesa es que este asunto durmió a todos, fueran militantes con pergaminos o meros simpatizantes del proyecto peronista. Y ante eso, no hay rango ni historial que valga. Nos jodieron por igual. Y como el peronista es un partido igualitario, putearemos en absoluta igualdad de estatus todos. Y así como al blog no le gustan muchas de las inacciones de Alberto Fernández (visión que comparto), pues a mí y a otros muchos no nos gustó, esta vez, la sesgada acción que emprendió el Presidente. No por labilidad ideológica, sino porque los tiempos y las formas no nos parecieron las correctas.
Una de las cosas que más aprecio del Peronismo es que, a pesar de la natural afición de sus élites por la endogamia, el partido es saludablemente promiscuo. De donde...la reproducción esta asegurada, ja ja. Saludos.